Atención: este dolor puede ser un síntoma de Covid-19 pasado por alto
Los médicos han empezado a notar que hay pacientes con infecciones por Covid-19 con un raro síntoma. Se trata de la costocondritis, que es la inflamación del cartílago que conecta a las costillas con el esternón.
La persona usualmente siente un dolor en la parte izquierda del pecho persistente en el tiempo. Además, hay sensibilidad en el tórax y dolor la zona de las costillas que empeora al respirar profundamente o toser.
Al dolor de garganta, la fiebre, las náuseas y las sudoraciones nocturnas, comunes con la variante Ómicron, se le añade este raro síntoma. El dolor agudo en el pecho puede asustar, pero según los expertos, no es grave.
A diferencia del dolor por un infarto al corazón, el dolor de la costocondritis no se irradia hacia el brazo, sino que es en un punto específico que se agudiza al moverse.
De todas formas, un síntoma de estas características no debe subestimarse y es primordial consultar al médico.
¿El Covid-19 puede dar dolor en el pecho?
Conocido también como síndrome costoesternal, se trata de una afección inofensiva que suele desaparecer por sí sola. Según la Clínica Mayo, a veces, este dolor viene acompañado por una hinchazón denominada síndrome de Tietze. Los principales síntomas son el dolor agudo generalmente en la parte izquierda del esternón, aunque también es posible sentirlo a ambos lados del pecho. La causa no está del todo clara, aunque según la Clínica Mayo algunos factores que pueden provocar el síndrome son:
- Lesiones
- Tensión física tras haber levantado objetos pesados, hacer ejercicio intenso y tener tos
- Artritis o artrosis
- Infección en la articulación por virus, bacterias u hongos
- Tumores cancerosos o no cancerosos
Como no se conoce con certeza la causa, tampoco existe una cura específica para acabar con esta inflamación. De hecho, el tratamiento se centra en aliviar el dolor mientras el síndrome desaparece por sí solo a los días o incluso semanas.
Asimismo, hay dos métodos naturales que pueden ayudar a aliviar el dolor. Se trata de colocar compresas calientes en la zona que te duele varias veces al día, aunque el hielo también puede resultar de ayuda para las inflamaciones. Por último, priorizar el descanso y evita las actividades que puedan empeorar el dolor.