Mucho más que arrugas: cómo envejece el rostro con el paso del tiempo
El signo de envejecimiento por excelencia son las arrugas que aparecen en la piel. Sin embargo, no son el único elemento que puede indicar que la piel sufre el paso del tiempo, sino que hay otros signos también.
Cuáles son los otros signos de envejecimiento
Con la edad y el paso del tiempo, en el rostro se dan tres procesos naturales que van cambiando el aspecto de la cara y de la piel, y que contribuyen a la percepción del envejecimiento: la pérdida de grasa facial, la resorción ósea y la flacidez.
"A partir de los 25 o 30 años, aunque parezca muy pronto, ya se empieza a involucionar o a envejecer", le aseguró a BBC Mundo la cirujana Ainhoa Placer, miembro numerario de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre).
Ese proceso será más notable en función de la dieta y de factores externos, como el tabaquismo o el fotoenvejecimiento, que afecta a largo plazo a la calidad, elasticidad e hidratación de la piel.
La pérdida de grasa facial
De acuerdo a lo que explicó la experta, el principal motivo del envejecimiento del rostro es la pérdida de grasa facial. El envejecimiento se manifiesta particularmente en la pérdida del volumen y en su distribución en la cara.
Cabe mencionar que en la cara hay muchos compartimentos grasos, situados en distintas capas, unas más superficiales que las otras. "Son como bolsitas de grasa (repartidas) por toda la cara", detalló la médica, "sobre todo en la parte de las mejillas, no tanto en la frente".
Con el paso de los años "esa grasa se va reabsorbiendo, va desapareciendo", indicó, algo que se da como parte de un proceso natural que es independiente de que la persona suba o baje de peso. Como consecuencia de ese proceso las caras tienden a afinarse y a perder volumen con la edad.
La resorción ósea
Aunque los huesos son rígidos, el tejido óseo es dinámico y sigue un proceso continuo de formación y reparación a lo largo de toda la vida.
"Así como los huesos crecen hasta llegar a la edad adulta, con el tiempo se inicia un proceso inverso llamado resorción ósea, en el que los huesos se van reabsorbiendo", detalló la profesional, que a su vez aclaró que este proceso se da en todo el esqueleto, incluso en los huesos de la cara.
El surco nasogeniano o pliegue nasolabial es una de las arrugas típicas del envejecimiento, que resulta de la resorción ósea y la flacidez.
En la infancia, la formación de tejido óseo excede a la actividad de destrucción.
Con el paso del tiempo se iguala esa actividad y en las edades más avanzadas la destrucción puede exceder a la formación, por eso aparecen enfermedades como la osteoporosis, causada por el debilitamiento de los huesos.
En la cara, en ese proceso de reabsorción ósea se producen varios movimientos.
"El arco cigomático, lo que llamamos el pómulo, pierde volumen", señala. "La fosa piriforme, que está en la unión entre el maxilar superior y el arco cigomático, se reabsorbe, y al hundirse esa zona sale una arruga típica del envejecimiento", conocida como surco nasogeniano o pliegue nasolabial.
Por otro lado, "el hueso de la mandíbula, que dibuja el contorno de la parte de debajo de la cara también se va reabsorbiendo, y eso hace que se vaya perdiendo la definición del ángulo de la mandíbula, que es, de hecho, uno de los símbolos de juventud en un rostro", aseguró la cirujana.
En general, las caras que tienen una estructura ósea muy angulosa, con pómulos y el ángulo de la mandíbula muy marcados, "tienden a envejecer mejor, más tarde, porque tienen un andamiaje óseo más fuerte".
Si bien el proceso de resorción ósea ocurre tanto en los hombres como en las mujeres, el impacto que tiene en el rostro femenino tiende a ser más visible. Esto es así porque "no partel del mismo punto", según la experta.
"Los hombres tienen casi siempre una estructura ósea más potente, un andamiaje más grande. Entonces, aunque pierdan masa no se nota tanto, se mantiene un poco más esa estructura", señala, al tiempo que agrega que los hombres tienden a tener menos grasa en la cara, con lo cual el cambio en la pérdida de esa grasa tiende a notarse menos.
La flacidez cutánea
El otro proceso que muestra el envejecimiento es la flacidez, que tiene que ver con la combinación de dos factores: la pérdida de tersura en la piel, que se da por la disminución de proteínas como la elastina o el colágeno, y el efecto de la gravedad, que como sabemos hace que todo se vaya cayendo.
Proporcionalmente la nariz o las orejas pueden parecer más grandes con la edad, pero eso no se debe a un aumento de volumen sino al descuelgue de los tejidos, detalla la experta.
De hecho, el mito de que las orejas y la nariz siguen creciendo durante toda la vida tiene que ver, en realidad, con la flacidez. De acuerdo a la Dra. Placer, lo que le da el aspecto o incluso la medición más grande a las orejas de una persona adulta o mayor es la flacidez.
"No es que siga creciendo el tejido sino que con la flacidez el lóbulo va a colgar más, en lugar de estar terso y sujeto", asegura.
La estructura de la nariz tampoco crece, "más bien al contrario, al perder estructura ósea. Lo que va pasando es que se va descolgando".
Asimismo, "los ojos pueden dar aspecto de ser más pequeños pero puede ser porque se descuelgan los tejidos de los párpados y las cejas, que van cayendo", comenta la doctora.