¿Mito o realidad?: la ciencia definió si comer en platos más chicos ayuda a comer menos
La mayoría de las personas ha escuchado decir que comer en platos pequeños es mejor para la pérdida de peso. Por un lado, porque ver ese plato lleno da una sensación de mayor cantidad de alimento ingerido. Por otro lado, tener un plato pequeño permite servirse una porción más pequeña de la comida que haya, lo cual siempre es positivo cuando se habla de perder peso.
No obstante, ¿alguna vez alguien se preguntó si esto es cierto?
La realidad es que en 2018 el experto en comportamiento alimentario Brian Wansink tuvo que retractarse de 15 estudios publicados en JAMA. Una de sus investigaciones más conocidas afirmó que servir en platos grandes hace a la gente servirse porciones más grandes.
Aunque suene como una teoría lógica, los nuevos hallazgos de otros trabajos indican que estas afirmaciones no son del todo ciertas, según lo ha publicado el sitio Bussiness Insider.
Publicado en la revista Appetite, hay un nuevo estudio en el que un grupo de investigadores de la Universidad de Negrev (Israel) concluyen que comer en platos pequeños no logra engañar al cerebro, al menos cuando se tiene hambre.
La investigación señala que el tan difundido y popular truco de usar vajilla más pequeña se basa en la conocida como ilusión de Delboeuf. Esta ilusión hace que una persona identifique el tamaño de un objeto de manera diferente cuando este se coloca dentro de otro más grande o más pequeño.
Cuando esa teoría se traslada a la alimentación y a los hábitos en torno a la comida, este espejismo presupone que la misma cantidad de comida en un plato más pequeño parecerá más abundante, por lo cual la persona tenderá a comer menos.
De acuerdo a las conclusiones del estudio, cuando los participantes tenían hambre la ilusión no funcionaba.
El equipo de investigadores realizó dos ensayos, uno con 32 mujeres y otro con 41 mujeres y 40 hombres. Todos ellos fueron expuestos a alimentos en platos de diferentes tamaños, con el objetivo de medir el efecto de la privación de comida en base a la ilusión de Delboeuf. Después, se eliminó el componente de la comida y se les pidió adivinar el tamaño de unos objetos.
El resultado fue que aquellas personas que no habían comido durante al menos tres horas eran más propensas a identificar correctamente las proporciones de pizza colocadas en bandejas (más grandes y más pequeñas) que las personas que habían comido recientemente. A su vez, ambos grupos mostraron la misma inexactitud al identificar el tamaño de círculos negros y tapacubos colocados dentro de círculos de diferentes tamaños.
Según los investigadores han señalado, esto indica que el hambre estimula un procesamiento analítico que no es tan fácil de engañar por la ilusión.
"Este estudio desacredita esa noción. Cuando las personas tienen hambre, especialmente cuando hacen dieta, es menos probable que se dejen engañar por el tamaño del plato, es más probable que se den cuenta de que están comiendo menos y más propensas a comer en exceso más adelante", afirma Tzvi Ganel, jefe del Laboratorio de Percepción y Acción Visual del Departamento de Psicología de BGU y autor principal del estudio.