Bolsonaro toma hidroxicloroquina por el coronavirus: estos son sus temidos efectos adversos
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio positivo en el test de coronavirus. La noticia se conoció este martes en boca del propio ejecutivo, quien dio una conferencia de prensa muy cerca de los periodistas de las cadenas nacionales e internacionales.
Bolsonaro encarará su tratamiento con una droga que ha sido muy cuestionada en los últimos meses. Se trata de la hidroxicloroquina, un medicamento que también ha promovido el presidente Donald Trump, a pesar de las contraindicaciones de entidades reconocidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la FDA y otras instituciones sanitarias.
Cabe mencionar que tanto Trump como su par brasileño han impulsado la producción y uso de este medicamento en el tratamiento de pacientes con Covid-19. A tal punto ha llevado Trump la situación que él mismo comenzó a tomar este fármaco sin tener diagnóstico positivo de la enfermedad, una medida muy cuestionada por especialistas estadounidenses pero avalada por el equipo médico de la Casa blanca.
¿Qué es la hidroxicloroquina y para qué se utiliza?
La hidroxicloroquina es derivado del antipalúdico cloroquina, una droga que se usa para tratar el paludismo, es decir, la malaria, así como para inmunizar a quienes visitan países con presencia de estas enfermedades.
Además de su efecto positivo en el tratamiento del paludismo y en la inmunización de pacientes contra esta patología, los fármacos de este grupo también se usan para tratar algunas enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus eritematoso o la artritis reumatoide.
Una investigación publicada en 2016 en la revista Scielo asegura que la "hidroxicloroquina es, por lejos, la más utilizada en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes sistémicas y otras enfermedades reumatológicas. Sin embargo, no en todos los casos en que se la emplea están claros los beneficios que su uso determina".
A su vez, aclara que el objetivo del estudio fue actualizar los aspectos farmacológicos más relevantes, los beneficios del tratamiento en diversas enfermedades autoinmunes y reumatológicas y la seguridad de su uso. Este último punto resulta fundamental, dado que se trata de un medicamento que puede tener una serie de efectos adversos que deben ser analizados antes de prescribirla a un paciente.
Los medicamentos antipalúdicos tienen algunas particularidades farmacológicas relevantes. Es característica la variabilidad interindividual en la absorción, lo cual implica que cada paciente puede requerir dosis distintas en función de sus características particulares y de cómo el fármaco se absorbe en su cuerpo. Además, las concentraciones de plasma en la sangre pueden alterarse con el nivel dentro del propio individuo, ya no solo entre dos diferentes.
Una vez que se toma la hidroxicloroquina se distribuye ampliamente en el tejido muscular, hígado, bazo, riñones, pulmones, células de la sangre, glándulas pituitaria y suprarrenal y tejidos que contienen melanina; al igual que todos los medicamentos de este grupo, se metaboliza en el hígado y se excreta por vía renal.
La vida media de eliminación de esta droga del cuerpo es de 30 a 50 días y demora cerca de 4 a 6 semanas para producir su efecto antiinflamatorio. Esto significa que desde el momento en que se comienza a tomar tarda entre 4 y 6 semanas en producir el efecto deseado, sobre todo el patologías autoinmunes, y que desde finalizada la toma tarda entre un mes y un mes y medio en irse por completo del organismo por vía renal.
Efectos adversos
La seguridad del tratamiento con esta droga ha sido analizada por diversos especialistas, no solo en su aplicación en enfermedades autoinmunes, sino también en otras patologías. Así, se puede decir que, de acuerdo a lo mencionado por los autores del estudio citado, los efectos adversos más frecuentes son leves; algunos de ellos pueden ser molestias gastrointestinales, prurito acuagénico -una condición que hace que el contacto con el agua produzca picazón- y pigmentación cutánea.
Es común que aparezcan al inicio y mejoren con la prolongación del tratamiento; excepcionalmente determinan su interrupción. La psoriasis, por ejemplo, es una de las enfermedades que se puede ver afectada por la toma de esta medicación. Si bien hidroxicloroquina no la provoca, se ha propuesto que su uso puede determinar exacerbación de la enfermedad, lo cual no se ha confirmado consistentemente.
El efecto adverso más severo conocido hasta el momento es su potencial daño oftalmológico, específicamente a nivel de la retina. El mecanismo por el cual estos medicamentos pueden dañar la retina no está claramente establecido, pero es conocido que los antimaláricos se unen a la melanina de la capa epitelial pigmentada de la retina, lo cual puede afectar a los conos y bastones. Existen lesiones tempranas, denominadas pre-maculares y se manifiestan como edema, granularidad y pigmentación macular.
Si bien es una lesión potencialmente reversible, en caso de no detectarse y suspender el tratamiento en ese momento podría llevar a la progresión al extremo más temido e irreversible, la maculopatía en "ojo de buey". Es importante tener en cuenta que la frecuencia de estas complicaciones con el tratamiento es muy baja, en el orden de 1 a 3/1.000 pacientes expuestos durante los primeros 5 a 10 años de tratamiento.
A nivel cardiovascular se han reportado trastornos de la conducción y falla cardiaca por antimaláricos, pero ambas complicaciones son muy poco frecuentes con el uso de esta droga puntualmente. Por último, cabe destacar que el fármaco es seguro durante el embarazo y lactancia. Su interrupción es riesgosa para la gestación, por lo que debe mantenerse durante todo el período grávido-puerperal.