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La inmunidad contra el coronavirus es uno de los aspectos de la pandemia que se está estudiando actualmente. Después de que la cifra de infectados haya superado con creces los 4 millones, los especialistas tienen en marcha estudios que apuntan a conocer su respuesta inmunitaria. Esto significa que quieren analizar cómo responde el cuerpo después de haber tenido el coronavirus y qué niveles de inmunidad desarrolla.
Una investigación reciente señala que no todos los pacientes que fueron hospitalizados por Covid-19 han desarrollado anticuerpos. Esto permite pensar que no serían inmunes al virus si entran en contacto con él nuevamente. Sin embargo, los hallazgos indican que sí han desarrollado inmunidad a través de otras células, aún cuando su cuerpo carece de anticuerpos específicos contra este virus en particular.
En este punto están trabajando los especialistas de uno de los proyectos que lleva a cabo el consorcio de IrsiCaixa (Can Ruti), el CReSA, Grifols y el MareNostrum (BSC), todos ellos situados en Barcelona.
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Es importante tener en cuenta que, por su parte, el Instituto Karolinska -el mismo que da los premios Nobel- ya ha dado a conocer un avance de sus resultados provisionales en esta misma línea de investigación y ven que la respuesta inmunitaria a través de células T es el doble que la que dan los test de anticuerpos entre las personas positivas asintomáticas o con pocos síntomas. De esta manera, se podría concluir que la protección de la población, a pesar de que los tests serológicos dan un porcentaje bajo de generación de anticuerpos, sería superior.
Cómo funcionan los anticuerpos en el organismo
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Los anticuerpos pertenecen a una faceta de la inmunidad, que se conoce como inmunidad humoral. Esa faceta se encarga de generar inmunoglobulinas (como las IgG y las IgM). Cada una de ellas tiene un funcionamiento distinto en el cuerpo; algunas aparecen al principio de la enfermedad para combatirla y luego desaparecen, mientras que otras, por su parte, se desarrollan más tardíamente y proveen inmunidad en el tiempo.
Sin embargo, no todas las personas reaccionan igual a los virus y las inmunoglobulinas responden de maneras diversas en función de una serie de factores. Esto significa que no todas son capaces de neutralizar al virus y su aparición varía mucho según lo expuesto que hayan estado los infectados. "Por ejemplo, en el 40% de los asintomáticos, o con síntomas muy leves, no hay anticuerpos neutralizantes. Ni siquiera inmunoglobulinas que sean detectables en los test rápidos", explican los autores del estudio. No obstante, eso no quiere decir que no haya respuesta inmune: "sí pueden tener inmunidad celular, de la que se ocupan los linfocitos, sobre todo los CD4 y CD8".
¿Respuesta inmunitaria sin anticuerpos?
El trabajo que desarrollaron en España apunta a identificar cuáles son los pilares de esa inmunidad celular con el objetivo de desarrollar una vacuna potente y duradera.
Pero no termina allí. Los autores del estudio creen que muchos ciudadanos del planeta, sin haber estado nunca en contacto con este coronavirus nuevo, han desarrollado una sensibilización previa eficaz contra el coronavirus. ¿Cómo? A través de antígenos que el virus comparte con otros. Esto significa que podría haber inmunes, capaces de una reacción baja "pero que, de forma rápida podrían incrementar su respuesta al virus y es suficiente para protegerse".
La conclusión de los profesionales que llevan adelante el estudio es que los test serológicos resultan insuficientes para medir la inmunidad de la población. Es por eso que continúan trabajando con una muestra poblacional muy amplia. El objetivo es conocer personas expuestas que no tienen anticuerpos neutralizantes. Unos con PCR positiva, otros con PCR negativa pero que son contactos estrechos de positivos y que tienen muchas probabilidades de haber hecho una inmunidad celular, que es la de los linfocitos.
Por último los especialistas señalan que gran parte de la información que se tiene está relacionada a los pacientes que tuvieron cuadros medianamente graves o muy severos y que requirieron atención hospitalaria. En ese proceso se ha dejado de lado el estudio de personas asintomáticas o con pocos síntomas que luego no generan anticuerpos. Focalizar la atención allí también podrá contribuir a la comprensión de un virus que irrumpió en el mundo de manera absolutamente repentina.