¿Lácteos sí o no? Para las mujeres es esencial conocer los resultados de este estudio
El consumo de lácteos ha estado en jaque por un tiempo. A la mayoría de las personas desde una muy corta edad se les ha dicho que la ingesta de este grupo de alimentos es central para llevar una alimentación saludable. Es así que gran parte de la población mundial actualmente tiene ese principio como una máxima de la alimentación y de la nutrición y se trata de respetar.
Durante la infancia se suele recomendar el consumo de leche ya que los productos lácteos contienen más de 12 nutrientes esenciales que promueven la mineralización ósea, incluidos calcio, fósforo, vitamina D y proteínas de alta calidad.
Más allá de la nutrición en el presente, al consumo de lácteos se le atribuye la capacidad de prevenir -por su consumo constante y sostenido en el tiempo- ciertas patologías a lo largo de la vida. La mayoría de ellas están asociadas a la falta de calcio y de otros nutrientes que se encuentran en la leche y sus derivados.
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Sin embargo, todavía las posturas de los profesionales son contrapuestas y no existe una respuesta aceptada de manera general. Es por eso que los estudios e investigaciones continúan, con el objetivo de probar cuál es la respuesta a este interrogante, siempre con la salud y el buen funcionamiento del organismo como centro de los análisis.
En este sentido se ha realizado y publicado recientemente una investigación, que estuvo en manos de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS, por sus siglas en inglés). La entidad estadounidense se puso como objetivo analizar la acción de los productos lácteos en el cuerpo, puntualmente en la pérdida ósea o en las fracturas relacionadas con la edad post menopausia.
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¿A qué conclusiones llegó el estudio?
Las conclusiones de la investigación aseguran que el consumo de lácteos no ayudaría a prevenir la pérdida ósea ni tampoco las fracturas relacionadas con la edad, particularmente durante la menopausia y después de ella.
Esto significa que comer y tomar productos derivados de la leche -queso, yogurt, entre otros- no sería garantía para evitar ciertas patologías óseas que se suelen presentar en las mujeres a partir del fin de su vida fértil. Cabe mencionar que esta es una etapa en la que se suelen presentar los trastornos relacionados al deterioro de los huesos de manera más evidente; trastornos que se desarrollaron a lo largo de toda la vida -la osteoporosis, fundamentalmente- y que se expresan o se descubren en dicho período.
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¿Cómo se encaró el estudio?
El motivo central por el que se realizan estos estudios es la necesidad de conocer en profundidad el efecto que tienen, o no, los productos lácteos en el cuerpo. Esta investigación puntualmente apuntó a saber si verdaderamente este tipo de alimentos tienen un impacto positivo en la prevención de la pérdida de densidad ósea y de las fracturas relacionadas con la edad. Cabe mencionar que la información es uno de los pilares para que las personas puedan cuidar su salud y mantenerse en un estado de bienestar general.
Para llegar a los resultados que se alcanzaron en este estudio particularmente, los autores analizaron el efecto de la ingesta de artículos lácteos en la densidad mineral ósea de dos huesos: el fémur y la columna vertebral.
Este estudio se suma a los datos existentes, aunque inconsistentes, que sugieren una falta de beneficio de la ingesta de lácteos sobre la densidad mineral ósea y el riesgo de fractura. Sin embargo, hay muchos otros beneficios para la salud de una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, cereales, así como proteínas magras como pescado y lácteos bajos en grasa.
Además, el ejercicio regular, como caminar o trotar, puede ayudar a mantener la fortaleza ósea y las actividades que mejoran la fuerza y el equilibrio, como el yoga y el tai chi, pueden ayudar a prevenir caídas". Así lo afirmaron los autores de la investigación.