NEUROSALUD

¿Machismo o ciencia?: cuáles son las diferencias entre el cerebro de un hombre y el de una mujer

El cerebro controla el funcionamiento del cuerpo; una investigación ha estudiado qué diferencias hay en este órgano según el género
SALUD - 06 de Marzo, 2020

El cerebro es un órgano complejo, que abarca todo lo que las personas sienten y piensan, lo que desean y creen, pero al mismo tiempo controla todas las funciones del cuerpo. Cada movimiento, cada sensación, cada acción, están controlados por el cerebro.

Es común escuchar que es un órgano que todavía no ha sido estudiado en su totalidad. Esto implicaría, de ser cierto, que el cerebro tiene funciones y características que los médicos y científicos que se dedican a analizarlo y estudiarlo todavía no han descubierto. Los comportamientos de los hombres y de las mujeres suelen ser distintos, lo cual responde a una serie de variables que operan en el desarrollo de cada uno de ellos y de ellas. La crianza, el ámbito de desarrollo, la familia, los amigos, los educadores -o la falta de ellos-, son algunos de lo factores determinantes de la personalidad y del comportamiento que tanto hombres como mujeres tendrán en su vida joven y adulta.

Sin embargo, siempre se ha tratado de probar que existen diferencias desde el momento de la concepción, desde el momento en que los cromosomas se juntan y determinan que ese ser que se está gestando va a ser femenino o masculino. Hay una gran cantidad de investigaciones que han tomado este tema como objeto de estudio y han buscado despejar las dudas acerca de si verdaderamente existen diferencias entre el cerebro de una mujer y el de un hombre.

Este tipo de investigaciones han estado rodeadas de polémica y debates, dado que muchas de ellas están nutridas de hallazgos confusos y contradictorios. De hecho, es importante aclarar que todavía hoy es difícil dar por hecho que alguno de ellos pueda ser objeto de consenso global; o considerado como un factor explicativo sustancial para las diferencias cognitivo-afectivas, actitudinales y conductuales entre los sexos.

Al comparar el encéfalo de ambos sexos, uno de los detalles que salta a la vista es que el de los hombres es más grande y pesado que el de las mujeres. Se estima, además, que el cerebro masculino es un 10% mayor, y que tiene un peso entre el 10%-12% superior. Sin embargo, es esencial tener en cuenta que la discrepancia está asociada a la diferencia de tamaño corporal que en general hay entre géneros, y no se asocia a una diferencia de inteligencia.

Por otro lado, si se observa la materia gris y la materia blanca en sujetos de ambos sexos se hace visible que el varón tiene hasta un 6,5% más de neuronas y que la mujer dispone de un 10% más de "redes".

Por otro lado, cuando se mira el cerebro afuera del cráneo se puede ver un cuerpo calloso de mayor densidad entre las mujeres. Tal estructura está compuesta por un haz de fibras nerviosas que tiene la función de unir los hemisferios, facilitando la interacción y colaboración mutua. Esta zona, ubicada en las profundidades mismas del órgano, es esencial en múltiples tareas cotidianas para las que se precisaría de un procesamiento "integrado" de la información.

Otro dato importante: ante la observación de ambos hemisferios se aprecian ligeras diferencias en el izquierdo (más grande en hombres) y el derecho (el cual se equipara con su contrapuesto en el caso de la mujer). Es a partir de esa diferencia que aparece la idea tradicional de disonancias entre los sexos en aspectos como el lenguaje o el procesamiento espacial.

¿Quién habla mejor? Precisamente en lo relativo a la capacidad verbal, se ha hallado una diferencia para el volumen y el tamaño del planum temporale (un 11% más grande en las mujeres), una estructura posterior a la corteza auditiva implicada en el desarrollo neurológico de funciones cognoscitivas relativas al uso y el aprendizaje de un idioma. La mayor asimetría en el varón da cuenta de su tendencia hacia la especialización hemisférica, en contraste con el "holismo" propio de las mujeres (funciones cognoscitivas más distribuidas).

En cuanto a los pliegues que el cerebro muestra en el exterior se ha comprobado que la comisura anterior es un 12% más extensa en las mujeres. Se cree que sirve para conectar los lóbulos temporales de los hemisferios a través de la línea media, facilitando su interacción en aquellas personas que nacieron sin un cuerpo calloso (agenesia). Asimismo, se sabe que el giro postcentral es un 10% más pronunciado entre las mujeres, lo que se asociaría con el procesamiento central de la vibración y con las funciones motoras de naturaleza fina.En cuanto a los lóbulos cerebrales, se dispone de evidencia sobre la presencia acentuada de neuronas en el neocórtex temporal del hombre, aunque el dato se invierte en región posterior, donde las mujeres disponen de mayor número de neuronas en promedio -reconocimiento del lenguaje hablado y percepción de rostros-.

Por otra parte, el lóbulo parietal inferior es de más grosor en varones (sobre todo en el hemisferio izquierdo), y se relaciona con las destrezas de orden espacial/matemático (conexión entre las partes de algún objeto, rotación tridimensional, percepción de velocidad y tempo o estimación de distancias).

Por último, algunas estructuras del lóbulo frontal son de mayor grosor entre las mujeres. ¿En qué interviene esta parte del cerebro? Participa en el desarrollo de las funciones cognitivas superiores y en la inhibición central de actos impulsivos.

Es importante tener en cuenta que todos los datos mencionados salen de dos investigaciones publicadas en revistas científicas reconocidas. Una de ellas fue titulada Male or Female? Brains are Intersex. Frontiers in integrative neuroscience, y estuvo a cargo de especialistas de la Universidad de Tel Aviv, en Israel. La otra, conocida con el nombre de Gender Differences in Brain and Behavior, y se publicó en la revista titulada Pharmacology, biochemistry, and behavior.

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