SALUD Y PREVENCIÓN

Qué es la osteoporosis, cuáles son las causas y qué síntomas provoca

Detectar la osteoporosis a tiempo puede evitar secuelas inhabilitantes en quienes la padecen y, además, grandes costos en el sistema de salud
SALUD - 13 de Febrero, 2020

Si pudiera describirse a una enfermedad a partir de un adjetivo calificativo, podría decirse que la osteoporosis es, para quien la sufre, silenciosa.

Sin necesidad de que la persona sienta malestares que se lo pre anuncien, los huesos empiezan a volverse más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades que existen en su interior y se incrementa la fragilidad ósea.

Así, después de un tiempo de comenzado ese proceso, llega un momento en el que esos huesos debilitados pierden resistencia a los golpes y se rompen con mayor facilidad. En general, es en esa instancia cuando se hace el diagnóstico y las personas se enteran de que tienen esta patología. Cabe mencionar, además, que las fracturas más frecuentes son las vertebrales, las de cadera y las de la muñeca.

¿Qué causa la osteoporosis?

Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación: se desarrollan huesos nuevos y se descomponen los huesos viejos. En las personas más jóvenes, el desarrollo de huesos nuevos es más rápido que la descomposición en el cuerpo, por lo que la masa ósea aumenta.

Después de los 20 años, este proceso se ralentiza y la mayoría de las personas alcanzan su masa ósea máxima a la edad de 30.

A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea. Es ahí donde se encuentra la respuesta a la pregunta original.La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa ósea se obtuvo en los primeros 20 o 30 años de vida. Cuanto mayor sea la densidad ósea máxima que se haya adquirido, más tejido óseo se tendrá "en la reserva" y menor será la probabilidad de padecer osteoporosis en la edad adulta.

Si tenés osteoporosis, ¿podés darte cuenta solo?

Si bien la detección temprana de la patología es esencial para poder tratarla, la realidad es que es difícil que el paciente note su presencia. Dado que es asintomática en las etapas iniciales, es probable que la persona llegue a una etapa más avanzada -donde sí aparecen síntomas- sin haberlo notado. ¿Cuáles son esas manifestaciones? Una vez que la osteoporosis ha debilitado los huesos, el paciente podría tener signos y síntomas detectables. El dolor de espalda es muy frecuente, dado que la osteoporosis suele afectar la columna vertebral. Además, las fisuras y fracturas en las vértebras pueden afectar este sector del cuerpo, lo cual puede provocar dolores altamente molestos.

La pérdida de estatura es otra de las consecuencias que puede provocar la osteoporosis, aunque suele aparecer con el paso del tiempo y no de manera inmediata. La causa es el desgaste que se produce en los huesos y en las articulaciones de todo el cuerpo, lo cual a su vez provoca molestias y dolores que dificultan la movilidad.

El dolor de espalda es un síntoma característico de la osteoporosis

La modificación en la postura es una consecuencia de las dos manifestaciones mencionadas anteriormente. Es muy frecuente que las mujeres y hombres que padecen osteoporosis se paren y se sienten con una postura más encorvada de lo que deberían, no por elección sino porque su cuerpo no les permite hacerlo adecuadamente.

Por último, los huesos de todo el cuerpo se ven debilitados por la pérdida de masa que provoca esta enfermedad. Así, las probabilidades de lesiones óseas -fracturas y fisuras, sobre todo- son más elevadas en pacientes que la padecen. Una caída o un golpe inofensivo para cualquier persona, en un paciente con osteoporosis puede ser motivo de una lesión severa, que incluso puede llegar a necesitar intervención quirúrgica u otros tratamientos específicos.

¿Cómo evitar la osteoporosis?

Si se tiene en cuenta toda la información existente y los factores de riesgo mencionados, la prevención se constituye como un elemento clave. Estar informados acerca de la existencia de esta enfermedad y de los factores que aumentan en riesgo de padecerla es importante para todas aquellas personas que quieran llevar una vida longeva y saludable. Para ello hay una serie de pautas que se pueden seguir en el día a día y que contribuyen a prevenir o retardar la aparición de la osteoporosis en el cuerpo.

La buena nutrición y el ejercicio regular son esenciales para mantener los huesos sanos durante toda la vida. Comer variado y sano, en combinación con una rutina frecuente de actividad física puede impactar postivamente en la salud desde diversos puntos de vista; uno de ellos es la prevención de esta silenciosa patología.

La proteína es uno de los componentes básicos del hueso; se trata de un componente necesario para poder mantenerlos con buena salud, fuertes y resistentes para enfrentar el día a día. Sin embargo, las proteínas en exceso tampoco son buenas; existen pruebas contradictorias sobre el impacto de la ingesta de proteínas en la densidad ósea.

Cabe mencionar, además, que si bien la mayoría de las personas consumen proteína en su alimentación, hay quienes no lo hacen. Los vegetarianos y los veganos pueden consumir suficiente proteína en la alimentación si buscan intencionalmente fuentes adecuadas, como la soja, los frutos secos, las legumbres, las semillas para los veganos y los vegetarianos, y los lácteos y los huevos para los vegetarianos.

El peso, otro elemento fundamental al momento de prevenir la osteoporosis. Mantener un peso adecuado, en conjunto con una nutrición eficiente, muy importante. Las personas que padecen trastornos de la alimentación y son muy flacas son vulnerables a la aparición de este trastorno, dado que pesar menos de lo debido aumenta la posibilidad de pérdida de masa ósea y fracturas.

En contraposición, el exceso de peso aumenta el riesgo de fracturas en los brazos y muñecas, al igual que en otras articulaciones; esto responde, precisamente a la sobreexigencia que tienen los huesos por la carga de mayor peso.

La recomendación, entonces, es mantener el peso adecuado de acuerdo a la contextura de la persona. No se debe descuidar, sin embargo, la nutrición y el ejercicio; esto significa que no solo hay que mantener un peso adecuado, sino que se debe llegar a ese objetivo a partir de una dieta balanceada -bajo ningún punto de vista se aconseja dejar de comer para bajar de peso, por ejemplo, entre otros malos hábitos-.Calcio, otro nutriente esencial. Los hombres y mujeres que tienen entre 18 y 50 años necesitan 1000 miligramos de calcio al día. Esta cantidad diaria aumenta a 1200 miligramos cuando las mujeres cumplen los 50 años y los hombres, los 70. ¿Dónde encontrarlo? Las buenas fuentes de calcio son los productos lácteos, los vegetales de hoja verde oscuro, algunos pescados -como el salmón y las sardinas-, los productos de soja y los cereales. Incluir estos alimentos en la alimentación diaria es positivo para la salud en general, pero puntualmente para la salud ósea.

El salmón es una fuente de calcio y contribuye a prevenir la osteoporosis

En algunos casos, puede ser necesario tomar algún suplemento de calcio, aunque esta decisión debe ser consultada con un especialista. Es importante aclarar que se ha asociado el consumo excesivo de calcio con los cálculos renales, de ahí la importancia de la consulta médica.

La vitamina D mejora la capacidad del cuerpo para absorber el calcio y mejora de otras maneras la salud de los huesos. Las personas pueden obtener parte de su vitamina D a partir de la luz solar, pero no todos tienen tiempo de exponerse al sol de manera adecuada.

Es por eso que, en algunos casos, también puede ser necesaria la toma de un suplemento de este nutriente.

Por su parte, el ejercicio puede ser útil para fortalecer los huesos y retardar la pérdida ósea. La actividad física pueden beneficiar la salud de los huesos, aunque sea mínima y con frecuencia regular. De ser posible, se aconseja combinar ejercicios de fuerza con entrenamiento aeróbico, dado que ambos en conjunto son más efectivos que solo uno de ellos.

Factores de riesgo

Es importante tener en cuenta que cualquier persona puede desarrollar una osteoporosis, desde niños hasta adultos de ambos sexos, aunque existen ciertos factores de riesgo que facilitan su desarrollo. Ser mujer y estar atravesando la menopausia y postmenopausia, tener baja densidad ósea, poseer huesos pequeños y ser muy delgada o delgado, contar con antecedentes familiares de osteoporosis, tomar ciertos medicamentos.

El ejercicio es clave en la prevención de la osteoporosis

Además, la osteoporosis es más frecuente entre quienes cuentan con un nivel muy alto o muy bajo de determinadas hormonas en su organismo. Los bajos niveles de hormonas sexuales suelen debilitar los huesos; es por eso que la reducción de los niveles de estrógeno en las mujeres menopáusicas es uno de los mayores factores de riesgo de desarrollo de osteoporosis.

Por su parte, los hombres padecen una reducción gradual de los niveles de testosterona a medida que envejecen. Un nivel muy alto de hormona tiroides puede provocar una disminución de la masa ósea y, por otro lado, la osteoporosis también se ha asociado con la hiperactividad de las glándulas paratirina y suprarrenales.

Así, los especialistas suelen recomendar realizar una consulta médica preventiva en algunos casos particulares. Las mujeres que hayan tenido una menopausia temprana, aquellas personas que hayan sido tratadas con corticoesteroides durante varios meses seguidos, y quienes tengan antecedentes de familiares directos con fracturas de cadera, se encuentran dentro de este grupo.

El diagnóstico preciso de esta enfermedad se hace a partir de la cuantificación de la densidad mineral ósea (DMO), lo cual se conoce a través de una densitometría, que permite predecir el riesgo de fractura en pacientes sin ningún hueso roto. Según sea esa relación, el médico especialista decidirá si es preciso avanzar en un tratamiento con medicamentos que permitan aumentar la masa ósea y disminuir el riesgo de fractura.

En caso de que el diagnóstico dé positivo, será el reumatólogo quien valorará las características del paciente, sus antecedentes patológicos y los factores de riesgo de osteoporosis y, a partir de allí, decidirá cuál es el fármaco más adecuado para cada paciente en particular.

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