Adiós a las grasas trans en las comidas: el plan para eliminarlas por completo
Desde el punto de vista nutricional, la mayoría de las personas ha escuchado hablar de las grasas trans y sabe que son una sustancia que se recomienda consumir lo menos posible.
En general, se encuentran en grasas vegetales endurecidas, como la margarina y la manteca vegetal, y generalmente están presentes en los bocadillos y en los alimentos horneados o fritos. El motivo por el que se introdujeron en los alimentos es su mayor tiempo de conservación que otras grasas, lo cual hace que el alimento en sí tenga mayor duración.
Por otro lado, es importante destacar que este tipo de grasas aumentan los niveles de colesterol LDL, un biomarcador que se relaciona con la enfermedad cardiovascular, y reducen el colesterol HDL, conocido como "colesterol bueno".
Para tener un parámetro, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta total de grasas trans se limite a menos del 1% de la ingesta energética total, lo que se traduce en menos de 2,2 gramos por día como parte de una dieta de 2000 calorías.
Actualmente, existen alternativas menos perjudiciales para la salud, que no afectan el sabor ni el costo de los productos alimenticios, y que, por supuesto, son más recomendables al momento de elegir qué comer.
Es por eso que los países americanos acordaron eliminar este componente de todos los alimentos que se produzcan de manera industrial. El objetivo de esta medida es reducir las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el hemisferio.
El Plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025 promueve acciones regulatorias para eliminar un contribuyente clave a unas 160.000 muertes a nivel continental cada año. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que hay evidencia que muestra que las dietas ricas en grasas trans aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca en un 21% y el riesgo de muerte en un 28%.
Para cumplir con ese objetivo ha quedado demostrado que las medidas voluntarias no son suficientes, deben aplicarse medidas regulatorias para proteger a todas las poblaciones. Si bien hace más de diez años que existe esta recomendación, las grasas trans todavía se usan en al menos 27 de los 35 Estados Miembros de la OPS.Los países que han restringido o eliminado las grasas trans desde este acuerdo son Argentina (2010), Canadá (2017), Chile (2009), Colombia (2012), Ecuador (2013), Estados Unidos (2015), Perú (2016) y Uruguay (2017). Actualmente, Bolivia está desarrollando regulaciones sobre grasas trans, y Brasil y Paraguay están en una etapa avanzada de un proceso similar.