¿Querés prevenir los cinco principales tipos de cáncer?: seguí estas recomendaciones
El cáncer como tal es la segunda causa de muerte en el mundo, de acuerdo a las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aproximadamente, cada año provoca 8,8 millones de defunciones, lo cual implica que uno de cada seis fallecimientos en el mundo se debe a esta enfermedad.
Un dato destacable es que cerca del 70% de las muertes por cáncer se registran en países de ingresos medios y bajos. Por eso, es posible afirmar que los hábitos y condiciones de vida existentes en dichos países pueden impactar negativamente en la salud de la población, incluso al punto de desencadenar algún tipo de cáncer.
Por otro lado, casi un tercio de las muertes por cáncer se debe a los cinco principales factores de riesgo conductuales y dietéticos: el índice de masa corporal elevado, la ingesta reducida de frutas y verduras, la falta de actividad física, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Así, es posible afirmar que muchos casos resultan prevenibles a partir de la información y el cuidado de la salud.
Si bien hay diversos tipos de patología oncológica que pueden afectar la salud del paciente y poner su vida en jaque, hay algunos subtipos que se presentan con mayor frecuencia. Las cinco patologías que causan un mayor número de fallecimientos son el cáncer pulmonar -1,69 millones de defunciones-, el hepático -788 000 defunciones-, el colorrectal -774 000 defunciones-, el gástrico -754 000 defunciones-, y el mamario -571 000 defunciones-.
La causa inmediata de este tipo de enfermedad es la transformación de células normales en células tumorales en un proceso en varias etapas. Las alteraciones resultan de la interacción entre los factores genéticos del paciente y tres categorías de agentes externos. Los carcinógenos físicos -como las radiaciones ultravioletas e ionizantes-, los carcinógenos químicos -como el amianto, los componentes del humo de tabaco, las aflatoxinas -contaminantes de los alimentos- y el arsénico -contaminante del agua de bebida- y los carcinógenos biológicos -como determinados virus, bacterias y parásitos-.
Sin embargo, las causas mediatas se relacionan a los hábitos de vida que lleva la persona.
El consumo de tabaco y de alcohol, la mala alimentación y la inactividad física son los principales factores de riesgo de cáncer en el mundo, y lo son también de otras enfermedades no transmisibles.
Cáncer de pulmón
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Se trata de la primera causa de muerte por cáncer a nivel mundial, tanto en hombres como en mujeres.
Las personas que fuman son quienes corren un mayor riesgo de padecer esta patología, aunque es posible que aquellas que nunca hayan fumado la desarrollen. La cantidad de cigarrillos y el tiempo que una persona haya fumado son los principales determinantes de este tipo de cáncer.
Es importante tener en cuenta que el cáncer de pulmón en general no produce signos ni síntomas en los estadios tempranos. La sintomatología general se presenta solo cuando la enfermedad está avanzada, por lo que en muchos casos es difícil encarar un tratamiento.
La tos continua, en algunos casos con sangre, la falta de aire, el dolor en el pecho y la ronquera son los principales síntomas de la enfermedad. Al mismo tiempo, es común que el paciente sienta dolor en los huesos, dolor de cabeza y adelgace significativamente sin proponérselo.
Las principales medidas preventivas para este tipo de cáncer están relacionadas al cigarrillo. Evitar su consumo es la situación ideal, dado que se recomienda nunca poner a los pulmones en contacto con las sustancias que contiene el tabaco en combustión. Sin embargo, todas aquellas personas fumadoras siempre están a tiempo de dejar de hacerlo y empezar a revertir los efectos perjudiciales que tuvo sobre su salud.
Cáncer de hígado
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Este tipo de patología oncológica se puede presentar de diversas maneras, es decir, hay distintos tipo de cáncer de hígado. El tipo más frecuente de cáncer de hígado es el carcinoma hepatocelular, que comienza en el tipo principal de células hepáticas -hepatocitos-. Otros tipos de cáncer de hígado, tales como el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma, son mucho menos frecuentes.
Al igual que sucede con el cáncer de pulmón, la mayoría de las personas no presentan signos ni síntomas en las etapas iniciales del cáncer primario de hígado. Cuando se manifiestan la enfermedad suele estar en un estadio más avanzado y suelen ser pérdida repentina de peso, pérdida de apetito, dolor en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos y debilidad generalizada. La hinchazón abdominal, el color amarillento en la piel y el color blanco de los ojos -ictericia- y las heces blancas con apariencia calcárea también son síntomas frecuentes en quienes padecen cáncer de hígado. Los principales factores de riesgo son la infección crónica con el virus de la hepatitis B o C, la cirrosis -es la formación de tejido cicatricial en el hígado a partir de una hepatitis-, la diabetes y la exposición a aflatoxinas -venenos producidos por el moho que crece en algunos cultivos-.
La prevención, entonces, está relacionada a la reducción de todos los factores mencionados. Tomar alcohol con moderación, mantener un peso saludable y cuidar el consumo de los productos químicos son elementos esenciales para evitar el desarrollo de cáncer de hígado.
Cáncer colorrectal
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Según el lugar en el que se originen, es decir, en el colon o en el recto, se denomina el tipo de cáncer.
Los factores de riesgo que pueden predisponer a desarrollar la enfermedad son similares a los que pueden desencadenar otros tipos de cáncer. El sobrepeso u obesidad, la inactividad física, el consumo constante de algunos alimentos -embutidos, carnes de todos los tipos, sobre todo si se cocinan fritas o asadas-, y el tabaquismo son algunos de los principales. A su vez, el consumo de alcohol en forma consuetudinaria, el envejecimiento, y los antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal y de enfermedad inflamatoria del intestino, son factores de riesgo de este tipo de enfermedad.
Así, la forma de prevenir el cáncer colorrectal es revertir e intentar eliminar los factores de riesgo. Hacer actividad física, comer saludablemente, mantener un peso estable y no fumar son las claves para evitar el desarrollo de esta patología.
Cáncer gástrico
Durante las últimas décadas, se volvió más frecuente padecer cáncer en la parte superior del estómago -cardias-, donde este se une con el extremo inferior del tubo de deglución -esófago-.
Los signos y síntomas del cáncer de la unión gastroesofágica y el cáncer de estómago pueden ser fatiga, sensación de hinchazón después de comer y la sensación de saciedad después de ingerir pequeñas cantidades de comida. Además, la fuerte indigestión presente de manera constante, las náuseas sin causa aparente, el dolor estomacal y los vómitos recurrentes también son síntomas de esta enfermedad. La dieta rica en sal o alimentos ahumados, la dieta baja en frutas y vegetales y el hecho de comer alimentos contaminados con aflatoxinas son los factores de riesgo más comunes. La historia familiar y personal de patología oncológica también puede repercutir negativamente en la salud del paciente.
Es importante tener en cuenta que la prevención se puede realizar a través de la actividad física, el consumo de una dieta saludable y la reducción de alimentos salados y ahumados. Dejar de fumar -o no hacerlo nunca- también puede contribuir a la prevención del cáncer.
Cáncer de mama
El cáncer de mama es el quinto tipo más común de patología oncológica en todo el mundo, según estima la OMS por las defunciones registradas. Los factores de riesgo son similares a los mencionados para los otros tipos de cáncer. Sin embargo, cabe agregar que los períodos cortos de lactancia - o no haber tenido lactancia- y no haber tenido ningún embarazo a término pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.
De la misma manera, la prevención se puede encarar desde los mismos aspectos que los otros tipos de esta patología. Respecto del cáncer de mama particularmente, es importante considerar que la lactancia prolongada y la multiparidad, es decir, haber tenido varios partos, contribuyen a la prevención de la enfermedad.