Hamburguesas, papas fritas, pizza y gaseosas son algunos de los productos que entran en la denominación de comida chatarra
SALUD - 02 de Marzo, 2018
Cuando se habla de comida rápida, ¿qué es lo primero que se piensa? Hamburguesas con papas fritas y gaseosa. Si bien este menú está incluido dentro del gran grupo de comidas que se conocen como rápidas, lo cierto es que dentro de esa denominación se pueden incluir otro tipo de comidas. La pizza, sándwiches de todo tipo y las gaseosas son algunos de los productos alimenticios que se pueden considerar “basura” y que, por lo general, no contribuyen a la nutrición de las personas. Por un lado, son comidas realmente sabrosas que para muchos son irresistibles. Por otro lado, la rapidez con la que se pueden comprar o preparar constituye un punto a favor de ellas en una época en la que reinan la inmediatez y la falta de tiempo.
Te puede interesar¿Cuántos niños padecen obesidad en Argentina?Sin embargo, dentro del gran abanico de opciones que se pueden encontrar dentro de este mundo, algunas tienen valores calóricos más altos que otras y, consecuentemente, contribuyen más al aumento de peso que otras. Una hamburguesa completa incluida en cualquier menú de un comercio de comida rápida puede tener entre 500 y 600 calorías. En la mayoría de los casos este producto contiene carne -cabe aclarar que es procesada y por eso tiene más grasa y es menos nutritiva-, pan, quesos muy calóricos, como el cheddar, lechuga, tomate o ambas. Puede ser que los ingredientes difieran en diversos locales, pero por lo general estos son los ingredientes de una hamburguesa de estas características. Por otro lado, una simple hamburguesa con queso -lo que se conoce como cheeseburger- tiene alrededor de 350 calorías. Sorprendentemente, la porción de papas fritas supera este valor, con 400 calorías. La pizza, por su parte, no se queda atrás: dos porciones regulares tienen entre 300 y 400 calorías, valor que duplica al sándwich de jamón cocido y queso, que tiene 250 calorías. Con respecto a los postres que muchas veces se ofrecen en los locales de comida rápida, se debe considerar que un helado chico (1 taza pequeña aproximadamente) posee alrededor de 190 calorías. El problema con este producto es que la porción suele ser mayor a esa cantidad, por lo que podrían ser 300 calorías o más. Por último, las gaseosas son otro de los componentes centrales de un menú de comida chatarra. Un vaso mediano de este tipo de bebidas puede contener hasta 200 calorías de pura azúcar.
Te puede interesarCinco consecuencias del consumo excesivo de azúcar en el organismoSe puede decir, entonces, que un menú en un local de comida rápida -que por lo general incluye una hamburguesa, una gaseosa mediana y una porción de papas frutas- puede alcanzar muy fácilmente las 1000 calorías. Si se suma, además, un postre puede llegar a agregar entre 300 y 500 calorías más. Pero aparte de las calorías, todas las comidas tienen otros valores nutricionales que se deben considerar al momento de ingerirlas y de diseñar una dieta balanceada. La principal deficiencia que todos los platos de comida rápida tienen es que los porcentajes de fibra, minerales, vitaminas y proteínas que contienen son muy bajos y en muchos casos nulos. Por el contrario, poseen grasas, salsas de todo tipo, azúcares simples -en el caso de las gaseosas-, harinas refinadas y mucho sodio. El consumo de este tipo de comidas en forma regular puede producir diversas consecuencias en el organismo y la salud. Por un lado, el aumento de peso y obesidad se encuentran entre los principales efectos. Además, pueden tener un impacto negativo en la salud cardiovascular por la cantidad de grasas saturadas y sodio que contienen. Por eso, la persona se predispone más a enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión o la insuficiencia cardíaca, entre otros. En consecuencia, se recomienda mantener este tipo de platos por fuera de la dieta regular y consumirlos únicamente en ocasiones particulares. Así se podrá mantener una dieta variada y el organismo tendrá los valores adecuados de cada uno de los nutrientes que necesita para su buen funcionamiento.