Se terminó "la previa" en Juntos por el Cambio: Larreta y Bullrich aceleran sus campañas
Lección aprobada por Mauricio Macri en lo que refiere a hacer de la necesidad virtud y presentar una imposibilidad como un gesto.
El expresidente consolida el cambio que comenzó con la dura derrota en las PASO de 2019, aquella que lo llevó a abandonar la pasión por los microdatos, las encuestas y las redes para elegir el camino de las manifestaciones callejeras y la política artesanal elaborada por sus dueños.
La necesidad, que siempre tiene cara de hereje, lo llevó a la apostasía de los principios duranbarbescos, aplicados con verdadero rigor por el entonces Jefe de Gabinete Marcos Peña. De allí en adelante, hizo un uso creciente y constante de las clásicas variables de la política: el territorio y los vínculos personales directos.
Con las herramientas tradicionales remontó ocho puntos porcentuales entre las primarias y la primera vuelta cuatro años atrás y comprobó la utilidad de los artefactos denostados hasta entonces. Y, entusiasmado, fue por más. Transitó el llano y el rigor que la derrota le brinda a los derrotados a fuerza de "rosca" y desligado de operadores para constituirse en artífice de su propio destino, sin delegaciones o tercerizaciones. Recorrer el camino de la periferia al centro no le resultó sencillo.
Hay que reconocer también el mérito de la gestión del Frente de Todos en la difícil tarea de la recuperación parcial por parte del ingeniero. El último verano se mostró activo, dinámico, casi radiante, solicitado por los dirigentes de su espacio en su reducto de Cumelén.
Ahora, las baterías estaban recargadas, no lo suficiente para intentar el segundo tiempo soñado, pero sí para demostrar que seguía en el juego con capacidad de negociar y condicionar. De allí la necesidad de destacar el mérito, la oportunidad y la conveniencia para presentar por Twitter su renunciamiento. Y también merituar la coordinación de los integrantes del espacio para completar la representación colmando de elogios su gesto.
Todos jugaron las cartas adecuadamente para sacar provecho y distancia de un oficialismo que se muestra enredado entre las internas y los pliegues de la crisis económica. Así, construyeron lo que se dice un juego de suma variable: ganaron todos. Esta vez, la iniciativa y la sorpresa estuvieron de oferta en la góndola de Juntos por el Cambio.
"Todos jugaron las cartas adecuadamente para sacar provecho y distancia de un oficialismo que se muestra enredado entre las internas y los pliegues de la crisis"
Juntos por el Cambio, ante un nuevo escenario
Hasta aquí hemos hablado de lo que se pudo observar, de aquello que se interesaron en exhibir. El paso de las semanas brindará información sobre lo que hasta ahora permanece oculto o no del todo explicitado: las candidaturas en la Ciudad Autónoma para Jefe de Gobierno, la confección de las listas nacionales y provinciales, los nombres para un eventual elenco de ministros y otros asuntos relevantes en los asuntos del poder.
Ya sea entusiasmado por el impacto de su anuncio o, precisamente, para amplificarlo, el expresidente fue concediendo entrevistas para desarrollar conceptos, ratificar posiciones y hasta para sugerir que puede no ser prescindente en la competencia, si así lo exigiesen las circunstancias.
¿Qué pensaran al respecto Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich? ¿Considerarán que son expresiones admisibles para alguien que está viviendo su momento y no le darán mayor trascendencia o sentirán que deben estar en guardia ante cualquier manifestación futura que busque condicionarlos?
Ambos reaccionaron de manera inmediata con loas al "renunciamiento". Cada uno podrá argumentar en función de sus necesidades y gustos. "Pato" se considera la auténtica heredera del capital del "Gato", pues su discurso "halcón" la emparenta con el Macri idealista, defensor del libre mercado y la mano dura. Para "el pelado", el razonamiento es otro: si el más genuino representante de la grieta por el lado opositor no se puede presentar, las posibilidades de las segundas marcas se reducen.
Mientras tanto, los radicales ven sus acciones moverse a un ritmo muy especial. Inmediatamente después de las legislativas de 2021, la cotización de la UCR aumentó merced a nuevos y viejos jugadores con buena performance. Muchos se entusiasmaron hasta el punto de imaginar una boina blanca en el Sillón de Rivadavia. En las últimas semanas, la moderación le ganó a la euforia ubicando las expectativas en un despacho vicepresidencial de Balcarce 50. Mejor que en la experiencia 2015-2019, con algo más de peso específico en la coalición, pero sin desplazar al PRO de la conducción de la estrategia de la principal coalición opositora.
Posiblemente, expresen en privado el alivio de participar en boletas que no lleven a Mauricio Macri, particularmente aquellos dirigentes del más que centenario partido que se auto perciben como progresistas o liberales de izquierda. Cuentan ahora con un costo simbólico menos. Y la esperanza de un protagonismo mayor en un hipotético futuro gobierno.