Candidatura del Frente de Todos: cuál será el rol de Cristina y por qué se abre una oportunidad para Sergio Massa
Cristina Kirchner se bajó de cualquier candidatura para el 2023 y el oficialismo se subió a todas las discusiones para responder a una pregunta simple: ¿qué hacer?
La respuesta no parece sencilla. En primer término, porque aun tomando como definitiva la decisión de la vicepresidenta de autoexcluirse del proceso electoral, no se puede concluir que haya resignado su condición de "armadora" del Frente de Todos. Anunció que su nombre no iba a figurar en ninguna boleta, no que abandonaría la política.
De hecho, luego de su mensaje, se reunió con los dirigentes más allegados de su espacio y los conminó a potenciar su militancia. De alguna manera existe en esa intimación un reproche implícito. Desde su percepción, quienes cantan en su favor y levantan banderas con su rostro se sienten cómodos con actitudes que distan de ser eficaces para protegerla en las cuestiones importantes. Se siente con derecho a conjeturar que el capital simbólico y político que ella aporta no le reporta los dividendos correspondientes.
Conclusión: para Cristina, a los cristinistas le va mejor que a ella. De allí que una postulación en esas condiciones sería perseverar en un "negocio japonés". Particularmente, cuando la evaluación del Gobierno está en niveles muy bajos, constituyendo más un contrapeso que una ventaja para quien quiera competir por el premio mayor el año que viene, una derrota personal en las urnas podría ser el pasaporte a la intemperie con las consecuencias previsibles. Y no está en sus planes convertir su domicilio de Juncal y Uruguay en el departamento del retiro a una vida familiar despojada de interés por los asuntos del poder, sino, por el contrario, se propone presentarlo como una versión vernácula de "Puerta de Hierro", la mítica residencia de Juan Domingo Perón en Madrid a la que propios y extraños iban en la búsqueda de guiños y bendiciones.
Los gobernadores empiezan a moverse
De lo dicho podríamos inferir que lucen algo apresurados los gobernadores y sindicalistas que se reúnen para dirimir la estrategia del año que viene apelando a recuperar el bastón de mariscal que cada peronista lleva en su mochila. CFK no abrió el espacio para un concurso de acreedores. La discusión por la fórmula y las listas no surgirá de una reunión de consorcio o de los conciliábulos del Consejo Federal de Inversiones, aunque los participantes tengan peso específico y voz propia. Todos ellos y muchos otros son piezas de un rompecabezas y, como tales, necesarios para construir la imagen deseada. Pero como en esos juegos para armar, el diseño y los encastres son previos.
Mientras analizan posibles escenarios nacionales, son muchos los mandatarios provinciales que ya han decidido fijar fecha anticipada en sus distritos para las elecciones locales. Así, confirman sus expectativas sobre la perfomance de la administración nacional.
En política, nadie separa su destino de aquel a quien supone ganaor. Salvo algunos distritos donde las constituciones locales imponen calendarios separados, la mayoría ha decidido o deja trascender su decisión de definir entre febrero y junio su destino.
Las condiciones para ser candidato, ¿apuntan a Massa?
Lo descripto hasta aquí nos permite aproximarnos al perfil del candidato del Frente de Todos: debe tratarse de alguien que tenga la voluntad de jugar aun con la cancha inclinada. Tiene que contar, además, con el aval de Cristina y ser paralelamente, una figura aceptable para el resto de los jugadores. También debe garantizarle al Presidente Alberto Fernández que no hará campaña castigándolo. Para muchos, esa semblanza remite directamente al ministro de economía Sergio Massa.
A pesar de haber manifestado públicamente que podría alejarse de la política, son varios los que creen que tiene la ambición intacta y la audacia necesaria para ser el elegido. Casi creen escucharlo apelar a las frases rituales del peronismo para estas circunstancias: "Si mi nombre es prenda de unidad", "si los muchachos (y la muchacha) me lo piden", etc.
Hay quienes especulan que aun presentándose y perdiendo haría negocio, porque su juventud lo dejaría posicionado para una revancha. Y los más optimistas de su entorno (no sólo el partidario, sino el empresarial) creen que, si la inflación se acomoda en niveles más tolerables, la economía no colapsa y la oposición se divide, hasta podría dar el batacazo.
En el frentetodismo no abundan los optimistas y voluntariosos. Quizás eso sea una oportunidad para el hombre de Tigre o para cualquiera dispuesto a asumir riesgos, condición indispensable para alcanzar grandes logros y divisar oportunidades donde los más prudentes solo ven peligros y amenazas.