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Alberto Fernández, entre la tormenta global y el motín kirchnerista

El Presidente capitanea un barco en el que muchos tironean del timón y crecen las suspicacias sobre el liderazgo en un momento clave
06/04/2022 - 17:08hs
Alberto Fernández, entre la tormenta global y el motín kirchnerista

"El motín del Caine" es una película dramática norteamericana rodada en 1954 y protagonizada por Humphrey Bogart. Relata la historia del capitán Queeg, designado nuevo comandante de un dragaminas de la marina estadounidense quien, a poco tiempo de asumir, se va distanciando de la mayor parte de la oficialidad de la nave. Decidido a imponer su autoridad el comandante se aisla de sus subordinados que lo perciben como un obsesivo en asuntos irrelevantes y un indeciso en cuestiones fundamentales.

Un tifón en alta mar y la reacción inadecuada del capitán frente al peligro dan lugar al relevo del mando. Hasta allí el film solo enfoca la mirada en la conducta y la personalidad de Queeg. Todo parece justificar el motín. Pero con la narración del juicio posterior que se lleva adelante para establecer la pertinencia del accionar de los oficiales el guionista y el director comienzan a aportar un enfoque alternativo.

No hay dudas acerca de que el comandante es una persona emocionalmente inestable. Sin embargo, una mirada minuciosa y la reconstrucción de los hechos acontecidos exponen también que el desplazado comandante ha sido víctima de mobbing, es decir de violencia psicológica o acoso laboral (ascendente en este caso) por parte de aquellos que debieron haber colaborado con el. No vamos a spoilear. Invitamos a buscar en alguna plataforma la obra dirigida por Edward Dmytryk que mereció siete candidaturas al Oscar.

El timón de la Argentina, disputado.
El timón de la Argentina, disputado.

La accidentada capitanía de Alberto Fernández

A partir de aquí nos interesa soltar amarras con la ficción y anclar en nuestra presente coyuntura. El presidente Alberto Fernández también experimenta un motín en su gobierno: amenazas de renuncia por parte de sus funcionarios, abandono de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque en diputados, votos en contra del acuerdo con el FMI de legisladoras y legisladores K y críticas explicitas de distintos integrantes del oficialismo a su modo de llevar adelante la nave Argentina en la tormenta del mundo actual.

Muchas críticas a la "conducción" parecen fundadas y pertinentes. El mandatario no se muestra muy afecto a las cartas de navegación, improvisa y suele pasar de la condescendencia al fastidio en lapsos muy breves, distribuye los tiempos de manera peculiar y la comunicación de sus decisiones suele ser contradictoria. De hecho, en reiteradas ocasiones, la ciclotimia y la ansiedad parecen apoderarse de su persona. Pero cabe preguntarse si estos son los motivos reales de la insubordinación o la misma responde a otros estímulos definidos a priori.

"El presidente Alberto Fernández también experimenta un motín en su gobierno"

¿Es posible que desde el mismo momento del anuncio de la candidatura por parte de CFK en mayo de 2019 estuviese instalado el ánimo de la desobediencia? La hipótesis merece tenerse en cuenta. Quizás el origen del Frente de Todos contiene la semilla de la discordia que germinó en estos años: la separación de política y gestión. Administrar una crisis del tamaño y la prolongación de la que aqueja a nuestro país supone la necesidad de un poder ejecutivo diseñado para honrar su rol, que es precisamente el de ejecutar. La fórmula que diseñó Cristina obliga al presidente a procrastinar, a postergar permanentemente las decisiones para preservar la unidad de su fuerza partidaria.

Primero está el Movimiento, después está la Patria y en el medio las mujeres y los hombres con sus reclamos cruzados. Una alteración sustancial de la verdad número ocho de las otrora famosas y hoy olvidadas veinte verdades peronistas. Las anteriores divisiones del justicialismo (y el Frente de Todos no es otra cosa que un fallido intento de reunificación de ese tradicional espacio, no una coalición) se dieron precisamente por la incapacidad de conciliar divergencias de intereses económicos, sociales y territoriales. Siempre fue la política, más allá de las relaciones interpersonales que no ayudan. 

Creer que el problema es el temperamento de CFK o la falta de carácter de Alberto, o que todo se arregla si "se juntan y hablan" es tributar a una mirada "buenista", impropia para resolver este tipo de conflictos. "No es personal, son negocios" dirían en la zaga de los Corleone, aquella que la cinéfila presidenta del Senado solía recordar en épocas pasadas para denostar al Padrino Duhalde.

El kirchnerismo intenta incidir en el rumbo económico, el Presidente se aferra a su círculo.
El kirchnerismo intenta incidir en el rumbo económico, el Presidente se aferra a su círculo.

¿Podrán seguir navegando juntos?

En esta película de Alberto-Bogart el asunto estaba latente antes de salir del puerto. El "Caine" del Presidente está poblado con marineros cristinistas que ante cada orden miran a la primera oficial de a bordo para ver si cumplen o no. Ahora, cuando el mar picado de la inflación y las tarifas requiere de mayor coordinación para evitar que el barco zozobre, surgen diferencias entre virar a babor o estribor.

¿Cómo pueden llevar adelante sus funciones Guzmán y Kulfas si no logran la obediencia de Martínez, Bernal, Basualdo y Feletti quienes tienen otras terminales y otras instrucciones? ¿Podrán seguir navegando juntos o algunos serán arrojados por la borda?

"El "Caine" del Presidente está poblado con marineros cristinistas que ante cada orden miran a la primera oficial de a bordo para ver si cumplen o no"

Mientras el Gobierno ve cómo resuelve estos dilemas, la principal fuerza de oposición aprovecha para intentar fortalecer su músculo electoral. Nadie puede reprochar la actitud. Es natural a la actividad política. Pero debe señalarse que ese otro barco también transporta la simiente de futuros motines.

La inflación, otro de las temas que recibe miradas diferentes del cristinismo y el albertismo.
La inflación, otro de las temas que recibe miradas diferentes del cristinismo y el albertismo.

Entre los economistas de Juntos por el Cambio hay quienes defienden la dolarización como herramienta válida y quienes la consideran "una estupidez" y conviven en los mismos camarotes quienes se definen liberales de izquierda con referentes orgullosos de la nueva derecha.

La consigna "para resolver las diferencias están las PASO" resulta más efectista que efectiva. Las internas abiertas pueden ser de gran utilidad para seleccionar candidatos, pero insuficientes para cerrar distancias conceptuales. Como el "Caine", los países necesitan liderazgo, responsables a cargo que tengan autoridad. Esta última cualidad refiere, de acuerdo a la Real Academia, "al prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad, su calidad y su competencia".

No sabemos quiénes en el poder leyeron o leerán el interesante libro de Juan Carlos Torre "Memorias de una temporada en el quinto piso". Pero esperamos alguna consulta previa al viejo diccionario para fijar conceptos básicos y comprender mejor lo que el autor de esa obra quiso transmitir.