• 22/12/2024

Alberto Fernández se juega su futuro político en el acuerdo con FMI: ¿qué pasa si no funciona?

La división del oficialismo expuesta en la votación del proyecto que avala el acuerdo con el FMI, nos deja la novedad política de un "Frente Sin Todos"
13/03/2022 - 09:00hs
Alberto Fernández se juega su futuro político en el acuerdo con FMI: ¿qué pasa si no funciona?

Sin lugar a dudas, la decisión de cerrar el acuerdo con el FMI, en los términos que se había venido negociando con el organismo, fue la decisión más importante que tomó Alberto Fernández desde el comienzo de su mandato.

Una decisión que el presidente tomó, por primera vez en el ciclo, a pesar de la opinión contraria de Cristina Kirchner y de Máximo Kirchner, quienes se manifestaron disconformes no solo con la forma en que se desarrolló la negociación con el FMI, sino también con los resultados que arrojó la negociación.

Pero la situación presenta una paradoja: el momento en que el presidente asume mayor autonomía en la conducción del rumbo de gobierno, es precisamente el momento en que su coalición de gobierno se descompone por las diferencias sobre el rumbo adoptado.

El acuerdo con el FMI ha logrado transformar al Frente de Todos en el Frente sin Todos, una coalición minoritaria integrada por el peronismo no kirchnerista que deberá implementar el programa acordado con el FMI, y eventualmente aspirar a que este tenga éxito para recomponer algo de la situación adversa que el gobierno enfrenta en materia de apoyo y popularidad.

La decisión de cerrar el acuerdo fue la más importante que tomó Alberto Fernández desde el comienzo de su mandato

El programa político acordado con el FMI nace sin consenso político

El espíritu que impulsó la sanción de la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública era el de dotar de legitimidad a la discusión de un nuevo acuerdo con el FMI. Una ley que le permitía a este oficialismo diferenciarse del acuerdo firmado por la gestión anterior en 2018, entendimiento que no tuvo el aval del Congreso.

Sin embargo, lo que parecía ser una oportunidad para dotar al eventual acuerdo de mayor legitimidad política, terminó siendo un difícil escollo que debilitó la autoridad del Ejecutivo para poder cerrar el acuerdo con el FMI. No solo porque el programa negociado no recibió el aval de la oposición, sino porque recogió el rechazo de una parte importante del oficialismo.

"Después de la discusión parlamentario del acuerdo queda claro que tampoco hay voluntad política detrás de este programa"

Si el acuerdo con el FMI podía proveer la caja de herramientas para fabricar soluciones para la economía argentina, lo cierto es que el acuerdo alcanzado -sin reformas estructurales-, no pareciera ser esa caja de herramientas necesaria para resolver los problemas de fondo que la aquejan al país.

Pero si además de las herramientas (las políticas) se requiere a los operarios que las empleen (la voluntad política), después de la discusión parlamentario del acuerdo queda claro que tampoco hay voluntad política detrás de este programa.

El Congreso finalmente logró consenso, pero para sacarse la responsabilidad sobre el programa económico acordado con el FMI, y solo ofrecerá la autorización para endeudarse nuevamente y así poder hacer frente a los vencimientos del Stand By de 2018.

La división del oficialismo quedó expuesta en la votación del proyecto que avala el acuerdo con el FMI

Alberto Fernández se debilita

La división del oficialismo expuesta en la votación del proyecto que avala el acuerdo con el FMI, nos deja la novedad política de este Frente Sin Todos. Y de un presidente que podrá conducir ahora la coalición de gobierno con más autonomía, sin el tutelaje del kirchnerismo, pero en condiciones de mayor debilidad. En definitiva, un balance que claramente termina teniendo un saldo desfavorable.

La posición manifestada por Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados contraria al acuerdo con el FMI, es la posición que sostiene Cristina Kirchner dentro de la coalición. Máximo no actúa por iniciativa propia, sino por iniciativa de su espacio, liderado por la vicepresidenta. Con esta manifestación, queda expuesta una diferencia profunda dentro del oficialísimo en un tema central.

Se pueden tener diferencias en temas accesorios, pero no en la decisión más importante que tomó la coalición gobernante. Sin 41 de sus 118 diputados, el presidente (debilitado popular y electoralmente) y su programa económico quedaron aun más debilitados de lo que estaban.

Pero hay algo más preocupante que la diferencia expresada, y es que esa diferencia alterará la dinámica interna dentro de la coalición. Ello es efectivamente así porque a partir de esta fractura expuesta dentro del propio oficialismo, habrá dos referencias posicionales respecto de dónde pararse para todos los miembros de esta coalición.

Desde el ministro más encumbrado hasta el último de los concejales del Frente de Todos, sabe que puede pararse más lejos o más cerca de esas dos posiciones, y ello dificultará las posibilidades de reunir consenso detrás de las decisiones que se tomen. Hoy podrá haber una mayoría que piensa que hay que apoyar el programa con el FMI porque la alternativa es el default, pero si el programa no funciona, la balanza se inclinará en sentido contrario.

La posición manifestada por Máximo en Diputados contraria al acuerdo con el FMI, es la posición que sostiene Cristina

A Máximo y a Cristina les sirve que el programa con el FMI fracase

Ello sucederá así porque quedaron en competencia (y cruzados) los incentivos que cada unos de los actores del Frente de Todos tiene de cara al futuro inmediato. Al kirchnerismo, a Cristina y a Máximo, ahora les sirve paradójicamente que el programa con el FMI fracase, porque curiosamente sería una legitimación de su postura política, y habilitaría el "Cristina y Máximo tenían razón".

Hoy muchos los cuestionan por su deserción y por su falta de apoyo, pero si las cosas salen mal muchos le reconocerán su diagnóstico correcto. Este incentivo conspira con el que tiene el resto de los miembros de la coalición para que el programa funcione, y ello puede dificultar la implementación del programa. Cada medida que haya que tomar, o cada política que haya que reorientar, deberá lograrse sin juntar el apoyo pleno de la toda la coalición gobernante.

Considerando nuestra matriz de análisis del comportamiento de Cristina Kirchner y su espacio, con esta decisión de no acompañar el acuerdo con el FMI quizá hayamos visto la primer señal de quiebre de la coalición. Un quiebre que no llegó a materializarse formalmente (nadie aún se fue del bloque del Frente de Todos), pero lo visto esta semana en el Congreso se asemeja mucho a una fractura, por las consecuencias evidentes que el hecho tendrá en la dinámica interna del oficialismo.

Elección 2023: el Frente de Todos, "unidos o dominados"

¿Cuánto de esta fractura expuesta en la votación del acuerdo con el FMI dentro del oficialismo se terminará expresando en la oferta electoral de 2023? ¿Es posible esperar que el Frente de Todos siga unido a pesar de estas diferencias? ¿Qué podría ocasionar que la fractura se exprese en ofertas electorales diferenciadas en 2023, que no puedan ser contenidas en una misma PASO?

Viendo el comportamiento de Cristina Kirchner, quizá hayamos visto la primer señal de quiebre de la coalición

Estas preguntas son las que surgen luego de que la votación de la autorización para endeudarse en el marco del Acuerdo con el FMI desnudara la división dentro del oficialismo. Y naturalmente para responderlas se requiere tener un supuesto económico: ¿cómo funcionará el acuerdo con el FMI? ¿Qué tan exitoso será en lograr los objetivos de sostener el crecimiento, reducir la inflación, fortalecer la balanza de pago, estabilizar el mercado cambiario?

"Al kirchnerismo, a Cristina y a Máximo, ahora les sirve paradójicamente que el programa con el FMI fracase"

Sin querer escaparnos al desafío de responder las preguntas iniciales, queda claro que para responder cómo evolucionará la política hay que saber cómo evolucionará la economía. Son dinámicas que se influyen mutuamente. Pero lo que sí se puede hacer, es trabajar con hipótesis de diferentes escenarios económicos.

Hipótesis 1: el programa con el FMI funciona

Si el programa con el FMI funciona, y logra sostener la recuperación, achicar los desequilibrios (déficit fiscal, brecha cambiaria, tasas reales positivas, etc.), reducir la inflación, mejorar las expectativas, y mejorar la tasa de inversión, entonces podríamos tener el siguiente escenario político:

  • Fortalecimiento del liderazgo presidencial
  • Mantenimiento de la unidad del Frente de Todos
  • Recuperación de la popularidad del Gobierno
  • Mejora de la competitividad electoral

Qué escenario tendríamos en el 2023

Si el programa funciona podremos tener una oferta electoral unificada por parte del peronismo, con Alberto Fernández como candidato a reelegir, acompañado de un referente kirchnerista (¿Wado de Pedro?) para reafirmar la unidad del peronismo y reproducir la fórmula 2019. Nadie se animará a disputar el liderazgo presidencial, que estaría fortalecido porque el programa económico del FMI despierta algún tipo de confianza y tendríamos un escenario tendiente a la continuidad de todos.

Todo ello ocurriría, a pesar de que quizá el triunfo ni aún así estuviera garantizado, porque la situación de debilidad de la que se parte, es la que quedó reflejado en la elección de noviembre pasado.

Si el programa funciona tendríamos una oferta electoral unificada, con Alberto como candidato a reelegir

Hipótesis 2: el programa con el FMI no funciona

Si el programa con el FMI no funciona porque no se sostiene la recuperación, no se logran achicar significativamente los desequilibrios, se incumplen las metas, no se logra reducir la inflación, ni mejorar las expectativas, entonces podríamos tener el siguiente escenario político:

  • Debilitamiento del liderazgo presidencial
  • Fractura del Frente de Todos
  • Popularidad del Gobierno sin recuperarse
  • Competitividad electoral sin mejoras

Qué escenario tendríamos en el 2023

Si el programa no funciona podríamos tener una oferta electoral fragmentada dentro del peronismo. Con el peronismo por un lado y el kirchnerismo por otro.

Con Gobernadores desdoblando elecciones, y con el kirchnerismo teniendo incentivos para no ir a una PASO con el peronismo, y así poder quedarse con todo el apoyo recogido sin compartirlo, logrando poner en el Congreso diputados leales para consolidar un liderazgo opositor frente a una eventual derrota electoral a nivel nacional.

Lo político no está saliendo bien en el inicio de este proceso de adopción e implementación de un programa con el FMI

Pero, ¿en qué medida estos escenarios económicos alternativos dependen de la dinámica política? En buena medida, y allí radica las principales razones para no ser demasiado optimista si miramos la crisis en la que dejó al oficialismo la discusión del acuerdo con el FMI.

Para que todo salga bien desde lo económico, iba a ser necesario que salga todo bien desde lo político. Y lo político no está saliendo bien en el inicio de este proceso de adopción e implementación de un programa con el FMI, que por mas modesto que suene, requerirá asumir algunos costos políticos inconvenientes de cara al proceso electoral de 2023.

La moraleja que nos deja toda esta secuencia sigue siendo siempre la misma: para resolver los problemas de un país no solo se necesitan ideas, instrumentos y políticas públicas, también se necesita voluntad política, consenso política y alguien que banque políticamente las decisiones por tomar.

Quizá el Frente de Todos tenía recursos políticos para bancar las decisiones por tomar al inicio del ciclo, pero va quedando claro que nunca hubo consenso ni acuerdo respecto de qué decisiones eran las que necesitaba la Argentina para salir de la situación de crisis en la que estaba.

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