"Pimpinelismo de Estado" en un momento crucial: ¿qué se juegan Alberto y CFK en el Congreso?
Cara a cara. Así estarán en una semana Alberto Fernández y Cristina Kirchner ante la Asamblea Legislativa del 1 de marzo. Frente a las miradas de senadores y diputados y, fundamentalmente, a los medios y las redes que amplificarán los análisis acerca de la relación política de los protagonistas centrales del Frente de Todos.
Cada gesto será (sobre)interpretado para tratar de deducir el futuro cercano de la gobernabilidad argentina. A falta de mecanismos institucionales para debatir estrategias, las relaciones personales ocupan el vacío. O al menos lo intentan. Los resultados siempre son precarios y temporales. Precisamente, porque dependen mucho de los individuos y sus emociones y poco de la articulación y las mediaciones de los intereses y necesidades de los actores colectivos.
Pablo Touzon y Federico Zapata caracterizaron las internas a cielo abierto post PASO como "pimpinelismo de Estado". Lucía y Joaquín Galán, los Pimpinela, son hermanos que actúan cantando los conflictos de una pareja simulada. Su público asume la ficción y la disfruta. El Presidente y su vice están atados por los frágiles y volubles vínculos políticos. Sus espectadores lo saben y lo padecen.
Cada tanto, CFK interpreta su propia versión de "me engañaste, me mentiste" para drenar los sinsabores con el otro Fernández. Ahora hay un conflicto de importancia estratégica: el principio de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que negoció el ministro Martín Guzmán con el aval del primer mandatario. Se trata de un capítulo de mayor estrés al de los "funcionarios que no funcionan". Exige para el mundo kirchnerista una invitación a la apostasía, a la renuncia pública de su doctrina económica. Nada más y nada menos.
Alberto y Cristina: el pragmantismo y las convicciones
Desde el círculo íntimo de la casa Rosada, se amparan en la ética de la responsabilidad para justificar el cambio. "Es una exigencia de la realidad que, para los buenos peronistas, es la única verdad", dicen desde las oficinas con vistas a la Plaza de Mayo.
La biografía política del Presidente es más permeable a los cambios de opinión. Ahí están Google, YouTube y Twitter para aportar el material probatorio. El caso de la vice es diferente. Su celo por destacar la coherencia entre sus actos presentes y pasados posee para ella un valor esencial. Por supuesto que -como cualquier persona dedicada a la profesión política- tiene sus idas y vueltas. Pero, en general, su historial es más compacto conceptualmente que el de su compañero de fórmula. Quizás, por la necesidad de custodiar el legado de las tres presidencias 100% K. Tal vez, por el temor a una implosión de la coalición por la adhesión a las recetas fondomonetaristas.
"Cada tanto, CFK interpreta su propia versión de "me engañaste, me mentiste" para drenar los sinsabores con el otro Fernández. Ahora hay un conflicto de importancia estratégica: el principio de entendimiento con el FMI"
En siete días, con el Congreso Nacional como escenario, veremos los resultados del cruce entre el pragmatismo y las convicciones. Es de suponer que el equipo de redactores del discurso presidencial buscará palabras y halagos para los oídos de la dueña de casa. Pero en este caso, la melodía se llevará más atención que la letra.
Reeleccion de Alberto: por qué es clave para el hoy del Gobierno
Mientras tanto, actúan las bandas soporte. "A23" es el nombre de la que integran la diputada Tolosa Paz y el canciller Cafiero. Ellos comenzaron a rasguear acordes que riman con reelección. Todo lleva a pensar que la más maravillosa música para los oídos del Presidente fue sometida a un ensayo previo y que no responde a una manifestación espontánea. En un presente de tensiones internas y encuestas de opinión con saldo negativo para la gestión, algunos se preguntan si es el momento oportuno.
La respuesta es que los desafíos que enfrenta Alberto requieren de una jugada que lo ayude a encontrar la fuerza de la que hoy carece. Si todo el horizonte fuese terminar el mandato, no habría demasiadas voluntades dispuestas a sacrificarse dentro del oficialismo. Resulta casi imposible imaginar que dentro del universo peronista haya vocación de invertir capital político en un experimento de horizonte corto. La iniciativa reeleccionista busca retroalimentar virtuosamente el presente con el futuro. Alimentar ambiciones requiere audacia y perspectiva. Por eso, lo que unos ven como amenaza otros lo viven como oportunidad.
Mientras el kirchnerismo se mira con nostalgia en el espejo de Néstor Kirchner, el ministro de economía y el presidente del Banco Central avanzan en su tarea de demolición implementando los aumentos de las tasas de interés, acelerando la devaluación del peso y presionando por el aumento significativo de tarifas y la reducción de la emisión monetaria. A este partido los K lo están jugando de visitantes. Y con el resultado parcial en contra. Aún confían en rescatar al menos un empate y se ilusionan con la habilidad maradoniana de Cristina para inventar una gambeta que vuelva a equilibrar los tantos. Pero hasta ahora "la 10" del equipo camina el campo de juego sin siquiera amagar.
"A23 es el nombre de la que integran la diputada Tolosa Paz y el canciller Cafiero. Ellos comenzaron a rasguear acordes que riman con reelección"
Mientras tanto, los albertistas juegan. Y no solo en la cancha contra el equipo rival y algunos de sus propios "compañeres". También buscan conmover la atención de los dueños de los palcos -los mercados financieros- y de los plateístas de la clase media sin descuidar a los referentes de la popular que conducen las estructuras del justicialismo en provincias, municipios y sindicatos, con el discurso resultadista que plantea que sin acuerdo con Kristalina se viene el descenso para todos.
El DT del equipo practica sus "jugadas de pizarrón" para distraer a propios y extraños testificando favorablemente en los juicios que se sustancian contra su vicepresidenta para mitigar las dudas sobre su lealtad. Una de cal y otra de arena. Paralelamente, busca construir una narrativa épica que proponga a la sociedad seguir acompañando al mandatario que enfrentó las crisis de la deuda y la pandemia para solucionar los temas pendientes: inflación y empleo.
Alberto Fernández, entre una nueva épica y la fragilidad
Las vulnerabilidades del relato albertitas aparecen desde espacios inesperados. Una acción del influencer Santiago Maratea para recaudar fondos en favor de los damnificados por los incendios de Corrientes interpela la capacidad del oficialismo para los grandes propósitos. Es cierto que el fenómeno solidario está anabolizado por protagonistas no tan desinteresados ni apartidarios. Pero eso no invalida la fragilidad de la administración para responder con eficacia los desafíos que surgen.
Mientras tanto, en Juntos por el Cambio tratan de contener sus contradicciones, que no son pocas. Hay quienes verían desde la principal fuerza de la oposición con mucho agrado el empoderamiento presidencial, pues les permitiría poner en valor sus estrategias centristas para competir en las PASO. Otros ven en ello, precisamente, un gran riesgo. ¿Qué harían sin la presencia de Cristina, o con su figura devaluada, aquellos que han edificado su identidad y acumulando sus votos sobre la prédica constante del antikirchnerismo más militante?
El próximo 1º de marzo, Alberto Fernández comenzará a jugar la partida más importante de su presidencia. No le resultara fácil. Por recomendación del Fondo y por prevención frente a Cristina, deberá ir ajustándose el cinturón.