La pasión de dos hermanos que revitalizó al emblemático Palacio Barolo
Palacio Barolo Tours cumple 20 años de un legado familiar y de esfuerzo dedicado a resaltar y reposicionar cultural y turísticamente al Palacio Barolo, un edificio icónico de Buenos Aires. Esta iniciativa, fundada por los hermanos Miqueas y Tomás Thärigen, ha sido el motor que impulsó la restauración y el renombre internacional del edificio, despertando en la comunidad una valoración profunda de su historia y belleza arquitectónica.
Desde su infancia, el Palacio Barolo ha sido un lugar significativo en la vida de los hermanos Thärigen. El vínculo comenzó con su bisabuelo, Carlos Jorio, quien en la década de 1920 alquiló una oficina en el edificio, plantando las raíces de una conexión que hoy sigue viva en cada visita guiada.
Esta relación histórica se extendió a través de su abuela Amelia Jorio, quien contribuyó con una réplica de la estatua "Ascensión" en 2010, pieza icónica creada originalmente para el Barolo y que se creyó perdida por décadas. En 2021, Miqueas Thärigen halló una parte del original a más de 400 kilómetros de Buenos Aires y, junto a su hermano, la recuperaron, consolidando un símbolo de perseverancia y orgullo familiar.
Como guías de los primeros recorridos en un edificio entonces poco valorado, los hermanos han sido testigos de su evolución y, con el tiempo, han transformado al Palacio Barolo en un espacio dinámico, donde la historia y el arte convergen. Ejemplares de "La Divina Comedia", objetos de época y donaciones de los visitantes han enriquecido el acervo cultural de Palacio Barolo Tours, reflejando la afinidad y respeto que los Thärigen han cultivado entre el público local y extranjero.
A lo largo de los años, Miqueas y Tomás no sólo han mantenido vivas las historias del edificio, sino que han contribuido activamente a acrecentar su legado. En el 96.º aniversario del Barolo, donaron estatuas a escala de sus figuras fundacionales, Mario Palanti y Luis Barolo, y establecieron un nuevo Centro de Informes de estilo Art Decó en el Pasaje Barolo, complementando la estética histórica con toques contemporáneos.
El nacimiento de la Fundación Amigos del Palacio Barolo
Palacio Barolo Tours fue la idea que germinó para que pudiera florecer la Fundación Amigos del Palacio Barolo, creada en 2019, que es la que le permite posicionar al emblemático edificio como un ícono porteño para los argentinos y para el resto del mundo.
La Fundación es una organización sin fines de lucro que busca ofrecer espacios participativos que promuevan la "Cultura Barolo", abordando su historia, arquitectura innovadora del siglo XX, y sus vínculos con "La Divina Comedia" y el esoterismo. Además, implementa actividades en promoción cultural, educación, inclusión social y preservación patrimonial, apoyándose en alianzas con instituciones públicas y privadas Por tal motivo, es habitual escuchar a los hermanos Tomás y Miqueas Thärigen que es "indudable que la cultura salvó al Barolo".
También promovieron la campaña "ILUMINATE" para concienciar sobre el cáncer de mama, reconocida por LALCEC en 2015 y distinguida por la Legislatura de Buenos Aires en 2022.
La Fundación ha contribuido a la estructura del edificio donando estatuas de Luis Barolo y Mario Palanti, además de la "Esmeralda del Infierno", un Centro de Informes de vitral verde, que fue instalado en 2022 y destaca como pieza de Art Decó, en el aniversario 99 del Palacio.
Asimismo, la Fundación tiene, como parte de sus objetivos, generar espacios de encuentro participativo que permitan al público la inmersión en la "Cultura Barolo", entendiéndose como un proyecto dinámico que engloba todas las singularidades del edificio: su historia y relevancia para la ciudad, su innovación en la arquitectura en los inicios del siglo XX, como así también, su relación con La Divina Comedia y el esoterismo en general.
También fue la responsable de transformar al Barolo en un edificio "inclusivo". En 2021 se sumó a TOCAR3D de Ágora 3D Academy, acción premiada por el Ministerio de Cultura de la Nación Argentina. El objetivo del proyecto es dar acceso a la población de personas ciegas al arte y patrimonio arquitectónico, mediante la digitalización de obras o estructuras para su posterior impresión en 3D.
A mediados del 2022 se concretó, en el hall central del edificio, la instalación del Barolo háptico, apostando que el incorporar tecnologías de fabricación digital al ecosistema de la educación patrimonial contribuirá a mejorar el acceso al conocimiento, otorgando igualdad de condiciones en el aprendizaje.
La gastronomía también es un punto fuente del Palacio Barolo. Su rooftop fue inaugurado en el 2019 y, casualmente ese año, se cumplía un siglo de emplazar la piedra fundacional del edificio y SALÓN 1923 completa el sueño de sus creadores (el Arq Mario Palanti y el empresario Luis Barolo) que proyectaron instalar un bar en su azotea. Es por eso que el nombre homenajea sus orígenes: la palabra azotea y salón figuraba en los planos originales del edificio y el número 1923 remite al año en que se inauguró el Barolo.
De esta forma, el Barolo se ha posicionado como un ícono porteño gracias a la presencia y leal apoyo tanto de los visitantes como de los vecinos, contando además con el fundamental respaldo de los consorcistas del edificio que avalan los eventos y actividades culturales; lo cual ha generado que el Palacio se mantenga vigente a través del tiempo.
"Queremos que la gente siga queriendo visitar el Palacio Barolo porque es admirable su arquitectura y en su interior puede sentirse la energía del edificio", indicó Tomás Thärigen.
Un compromiso con la cultura y la Ciudad
Con una visión integradora, los hermanos Thärigen generaron acontecimientos que posicionan al Palacio Barolo como un espacio clave en la escena cultural de Buenos Aires. Entre estos destaca el ciclo "Eventos de Luz", que ha permitido a miles de personas disfrutar de actividades artísticas gratuitas en el Pasaje Barolo, así como los festejos anuales que conmemoran el aniversario del edificio.
A su vez, los hermanos han contribuido a causas sociales de alto impacto. Como ya se ha dicho, desde 2015, el Palacio Barolo se ilumina de rosa en octubre como parte de la campaña de concientización sobre el cáncer de mama, impulsada por Miqueas Thärigen, quien es médico mastólogo, con el apoyo de LALCEC. Este gesto colocó al edificio en una red de monumentos históricos que se iluminan a nivel mundial en apoyo a esta causa.
Tomás Thärigen, por su parte, ha apostado por la innovación tecnológica para llevar al Barolo a nuevas generaciones, fortaleciendo su presencia digital y optimizando la experiencia del visitante.
"Nos entusiasma ver que cada detalle que agregamos al Barolo, desde esculturas hasta tecnología, contribuye a que cada visitante sienta que ha estado en un lugar especial, a la altura de los íconos arquitectónicos mundiales", expresó Tomás.
Dedicación, pasión, esfuerzo y mérito son cuatro conceptos claves que aplican Tomás y Miqueas en cada acción y cada idea que llevan adelante relacionada con el Palacio Barolo, haciendo honor a la visión de Palanti y Barolo, que sigue intacta cuatro generaciones después.
Mirando al futuro: Palacio Barolo como ícono internacional
Para los hermanos Thärigen, el camino por recorrer es aún largo, y su ambición es posicionar al Palacio Barolo en el mismo nivel que otros emblemas arquitectónicos mundiales como la Torre Eiffel o el Empire State.
"Nuestro objetivo es que quienes nos visiten se lleven la certeza de que el Palacio Barolo es un ícono arquitectónico global", comentó Miqueas Thärigen.
"Queremos que los visitantes sientan, al final de nuestros tours, que el Palacio Barolo está al nivel de los íconos arquitectónicos del mundo. Nuestra misión, aunque suene utópica, es que sea el edificio más emblemático del mundo," afirma Miqueas Thärigen.
Por su parte, Tomás sabe que "no hay techo" en las posibilidades para explorar el Palacio Barolo, ya que sigue siendo una joya en bruto para pulir y que dé más brillo".
"Para eso hay que trabajar mucho en difusión, ayuda que hagan películas en el Palacio Barolo porque eso lo posiciona a nivel mundial. Es un objetivo bastante difícil pero es alcanzable y me motiva hacer que la gente lo conozca", remarcó
Los hermanos, conscientes de su misión, trabajan incansablemente para que el Barolo continúe creciendo como ícono cultural, social, sanitario y gastronómico, con proyectos que apuestan a su innovación y proyección internacional.
Palacio Barolo Tours celebra sus primeros 20 años con la certeza de que el camino recorrido es solo el inicio de un legado que continuará posicionando al Palacio Barolo como un emblema porteño y mundial. Sigue soñando y trazando nuevos proyectos para el futuro. La pasión y visión de los hermanos Thärigen asegura que el edificio seguirá siendo un símbolo de la cultura porteña y un punto de referencia para quienes visitan la ciudad.