Una nutricionista reveló el mejor truco para comer pastas y no engordar: qué tenés que hacer
A las pastas se les atribuye el aumento de peso. Sin embargo, ¿es la harina la verdadera culpable? Una especialista en alimentación revela un truco para disfrutar de las pastas sin preocuparse por la balanza y no engordar.
Alejandra Chacón, experta en alimentación y también Ingeniera Agrónoma, comparte un consejo sorprendente: antes de cocinar las pastas, guárdalas en la heladera durante toda la noche.
Este simple paso transforma el almidón de la pasta en almidón resistente, reduciendo la cantidad de carbohidratos y haciendo que el plato sea más nutritivo.
Además, Chacón enfatizó la importancia de agregar verduras a las pastas. Al hacerlo, aumentamos la cantidad de fibras y vitaminas en el plato, convirtiéndolo en una opción aún más saludable.
Desmitificando el impacto de las pastas en el peso
Contrariamente a la creencia popular, la pasta en sí misma no es la culpable del aumento de peso. Según Mejor con Salud, son los acompañamientos como salsas y queso los que contribuyen a las calorías adicionales.
"La pasta no engorda por sus ingredientes, sino por sus acompañamientos", señalan. Por lo tanto, la moderación en el consumo de estos complementos es clave para disfrutar de las pastas de manera saludable.
Datos nutricionales de las pastas
De acuerdo con Consumer, la pasta está compuesta principalmente por hidratos de carbono (82%), seguidos de proteínas (14%) y grasas (1% - 2%). Un plato de pasta con salsa de tomate aporta aproximadamente 400 kilocalorías, lo que representa alrededor del 20% de las necesidades calóricas diarias de una persona promedio.
Los orígenes de la pasta allá hace 4.000 años
Sería tanto más simple creer en el gran mito de la pasta: que Marco Polo la llevó de China a Italia a fines del siglo XIII donde fue adoptada y todos, por supuesto, vivimos felices para siempre. Sin embargo, no hay registro histórico que avale esa fábula, más bien, todo lo contrario.
Existen sobradas muestras de que la pasta era un alimento básico en la actual Italia varios siglos antes de que Marco Polo naciera y que, ya desde el siglo IX a.C, los Etruscos producían una versión primitiva de ella.
Hace menos de dos décadas, se hallaron, al noroeste de China, los fideos más antiguos del mundo hasta el momento: datan de hace unos 4.000 años. Los finos fideos amarillos de medio metro de largo hechos con harina de mijo se encontraron dentro de un cuenco enterrado en el barro. Se cree que el lugar del hecho fue brutalmente arrasado por un terremoto e inundaciones y esa fue la causante de su perfecta conservación.
Sin embargo, se infiere que, paralelamente, y pese a que no hay registros tan antiguos, la pasta también se producía y consumía en la región de Oriente Medio, cuna de la civilización occidental, hace casi cuatro milenios. Los restos más antiguos de pasta hallados en la zona datan de hace unos 3.500 años: se trata de restos de comida sobre platos. Fueron encontrados en la actual Turquía, en las ruinas de una de las primeras ciudades del mundo: Hattusa.
De la misma manera, la primera gran civilización que habitó la actual Italia, los Etruscos, también elaboraron sus fideos hechos con harina de cebada, u otros cereales locales, mezcladas con agua y secados al sol. Estos conocimientos y hábitos perduraron a través de los siglos y fueron adoptados primero por los invasores griegos y luego, por los cocineros del Imperio Romano.