La nueva vida del ex representante de modelos Ricardo Piñeiro: ahora es voluntario de una iglesia
El empresario Ricardo Piñeiro dejó de representar modelos y de imponer la moda que se utilizará en cada temporada, como lo supo hacer en los años 90. Hoy en día, se dedica a ser voluntario en una iglesia y habló sobre el cambio en su vida.
"El mundo de las modelos ya fue. Hice todo lo que quise hasta hartarme. Por suerte me salvó la fotografía y una fuerza de voluntad que no sabía que tenía. Pasé momentos duros, pero hoy lo agradezco. Ya no me interesa el mundo de la moda. Soy más feliz como voluntario en la iglesia Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón o inventando recetas proteicas", admitió Ricardo Piñeiro sin extrañar su vida pasada.
En cuanto a los motivos por los que decidió dejar este mundo que tanto tiempo lo cobijó, mencionó: "Me aburrió todo, excepto la gente que quiero y que siempre me ayudó. Que son muchos. Me siento muy querido. Tuve la bendición de conservar amigos de oro".
"Es cierto que cuando uno está ahí arriba el universo resulta enorme. Después la cosa decae, y es natural. Yo en el campo vivía rodeado de gente, de situaciones sociales. Iba, venía. Pero un día las cosas se terminan y hay que saber reciclarse", declaró haciendo alusión a su tarea actual.
Sumando motivos por los que decidió dar un paso al costado, Piñeiro mencionó: Me estafaron, pero yo también me equivoqué. Hasta perdí mi nombre. Hubo una época en la que me vinculé con gente que, lejos de nutrirme, me terminó destruyendo".
En cuanto a las tareas que realiza en la iglesia como voluntario, contó un poco de qué se trata: "Tengo funciones múltiples. Estoy en la puerta con los números, recibiendo gente en situación de calle. Les pongo alcohol en gel en las manos, colaboro con las voluntarias que son lo más".
Ricardo Piñeiro, voluntario de una iglesia
"Al principio fui para ayudar con las comidas, pero enseguida le expresé a la Madre Superiora mi deseo de ir más allá. No sé, sentí que no me servía alcanzar un plato y mandarme a mudar. Me gusta hablar con ellos, ayudar desde mi humilde experiencia", explicó al diario La Nación sobre el rol que más le gusta ocupar.
Sobre cómo se gana la vida ahora que se alejó de la moda y le dedica su tiempo a la iglesia, Ricardo Piñeiro reveló: "Gasto muy poco para comer porque vivo a clara de huevo, atún, tomate cherry y arroz. Afortunadamente mis fotos del libro de perros que hice hace años se siguen vendiendo. Y surgen muestras, cosa que me encanta. Soy muy gasolero. No necesito mucho para ser feliz".