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Las caras de Rusia: un enorme poder militar y una economía débil y estancada

Desde 2008 la economía rusa muestra signos de debilidad que la llevan a tener un PBI y una renta por habitante por debajo de otras potencias
25/02/2022 - 11:49hs
Las caras de Rusia: un enorme poder militar y una economía débil y estancada

Como consecuencia del ataque a gran escala de Rusia a Ucrania era previsible que la primera respuesta de Occidente se base en todo tipo de sanciones económicas y políticas.

Pero esta no es la primera vez que se toman medidas en su contra, ya que muchas de ellas comenzaron a aplicarse a partir de 2014. Es por eso, que de alguna manera Rusia viene preparando su economía para la guerra desde aquel entonces.

Es precisamente por estas circunstancias que la estrategia económica del Kremlin se oriente a partir de ese año en la sustitución de importaciones.

En forma paralela, el país presenta unas finanzas públicas saneadas, con una dependencia cada vez menor a los ingresos por la venta de gas y petróleo que se ha ido extendiendo en los últimos años. A ello se suma que cuenta con los mayores niveles históricos de reservas de su historia, ya que según el Banco Central tiene en sus arcas unos u$s630.000 millones, entre divisas extranjeras y oro.

Las reservas rusas están en su máximo histórico: rondan los u$s630.000 millones, entre divisas extranjeras y oro

Pero ello no implica que la actual situación bélica sea inocua para la economía del país, ya que el reciente bloqueo impuesto por la UE ha dejado cicatrices y la guerra con Ucrania las va a incrementar.

Una economía estancada

Recorriendo la historia económica de Rusia se puede afirmar que en la primera presidencia de Vladimir Putin que va desde 1999 a 2008 se logró que la vieja potencia deprimida tras el fin de la Unión Soviética doblase su producto interior bruto en solo una década.

Pero a partir de la depresión de 2008 el ritmo de crecimiento comenzó de decrecer y entró francamente en recesión a partir de las sanciones impuestas por la sanciones de la Unión Europea tras la invasión de Crimea, en 2014.

Posteriormente y hasta el estallido de la pandemia, el PIB per cápita ruso apenas creció un 3,3%, frente al 12,8% de la eurozona y el 11,4% de Estados Unidos, según los datos en paridad de poder de compra publicados por el Banco Mundial.

Luego, con la crisis del coronavirus, el panorama fue aún más desolador, ya que el país entró en recesión en 2020, con una caída del PBI del orden del 3% y un crecimiento en 2021 que según estima el FMI habría sido del 4,5%. En tanto que para el organismo internacional las proyecciones serían del 2,8%, es decir muy por debajo de la media mundial y de las economías desarrolladas.

Cabe apuntar que el organismo con sede en Washington viene revisando a la baja sus previsiones por el impacto de ómicron y las malas cosechas.

Si bien Rusia es un gigante geopolítico, con 144 millones de habitantes y uno de los territorios más grandes del mundo, su peso económico es mucho menor de lo que se supone.

Si bien Rusia es un gigante geopolítico su peso económico es mucho menor de lo que se supone

Su PBI del año 2021, según el FMI fue de u$s1,7 billones, por lo que ocupó el decimo lugar en el ranking mundial y muy lejos de las principales potencias económicas, como EE.UU. (u$s24,8 billones), China (u$s18,5 billones) o la Unión Europea, con u$s18,3 billones.

Además, es solo la mitad de Reino Unido o la India y es prácticamente el mismo que el de Brasil o Australia.

"El PIB ruso es muy similar al de España, o a la suma del de Países Bajos y Bélgica", recordaba el ex economista jefe del FMI Olivier Blanchard.

En cuanto a su renta per cápita, el año pasado fue de u$s11.665, ocupando el puesto 65 a nivel mundial, por debajo de China y apenas por encima del de Argentina (u$s10.448) y por debajo del promedio general, que es de u$s13.130.

A manera de comparación, el de EE.UU. es de u$s74.725, el de Alemania de u$s54.653 y el del Reino Unido de 50.879 dólares.

Con estos indicadores, es evidente que una guerra con todas las letras amenazaría la recuperación en un momento en que muchos rusos ya atraviesan una realidad muy precaria.

En el orden doméstico, la economía familiar se ve amenazada por una inflación que para los parámetros europeos, ya que en enero pasado había rozado el 9% anual, es decir más del doble del objetivo fijado por el Banco Central de ese país. En cuanto a lo que pueda suceder durante los próximos meses si se mantienen las hostilidades, cabe recordar que en 2015, es decir el año siguiente de las sanciones por la invasión de Crimea, la inflación minorista trepó hasta más del 15 por ciento.

El efecto de las sanciones

De acuerdo a un informe del Atlantic Council las sanciones dispuestas desde 2014 pueden valuarse en unos u$s50.000 millones al año, en tanto que para el FMI el costo representa algo así como 0,2 puntos porcentuales del PBI.

En cuanto a si estas medidas en contra del Kremlin pueden frenar su afán expansionista, la historia indica que en los últimos 100 años, Occidente impuso medidas de este tipo en más de 80 ocasiones y "jamás ha conseguido cambiar la política exterior", recuerda Mira Milosevich, investigadora del Real Instituto Elcano.

En cuanto a las que se estarían implementando a partir de la invasión, un reciente informe del instituto alemán IFO estima que la situación actual le está costando al país euroasiático un 1,2% del PIB al año.

"La imposición de más sanciones supondría una carga adicional para la economía alemana, pero notablemente más para la rusa", añadió.

No obstante, los observadores internacionales concluyen que más allá de la reacción que puedan adoptar los países de la UE y EE.UU., los objetivos estratégicos del Kremlin seguirán siendo los mismos: aumentar su esfera de influencia en las antiguas repúblicas soviéticas, detener la expansión de la OTAN en la región y recordarle a la UE de quién depende su suministro energético, entre otros— pero, para conseguirlos, no hace falta que los tanques entren en Kiev.

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