El misterio de por qué se enredan los cables: la ciencia tiene una respuesta
¿Por qué los cables se enredan todo el tiempo? Esta es una pregunta que probablemente muchas personas se han hecho a lo largo de la vida, dado que cada vez se usan más dispositivos electrónicos, que necesitan cables que siempre se enredan en el peor momento. Lo bueno es que ahora existe una explicación científica a por qué sucede esto con los cables en forma constante.
No importa cómo se guarde, con cuánto cuidado y de qué manera: siempre sucede lo mismo. Pero, ¿por qué?
Expertos han explicado a la BBC que es posible valerse de la Segunda Ley de la Termodinámica para explicar este fenómeno. Esta ley establece que todos los sistemas cerrados tienden a maximizar la entropía, una medida del desorden. En otras palabras, tienden al caos.
Pero hay otra explicación.
El desorden natural de las cosas
Doug Smith es profesor de física en la Universidad de California, San Diego. El experto llevó adelante un experimento con el objetivo de entender por qué se formaban nudos espontáneamente y, siguiendo el método científico, dejaban caer trozos de cuerdas de diferentes tipos en una caja que era agitada por un motor.
Unas 3.000 veces más tarde, comprobaron que "entre más larga y flexible la cuerda, más probable es que se formen nudos", por eso es que, por más que la persona se esfuerce, es casi garantizado que cuando saque los cables de los auriculares de la cartera, estén enredados.
La torsión es un elemento que llega para empeorar la situación: "Cuando se introduce la torsión en los cables, así sea involuntariamente, la energía se convierte y hace que se doblen. Y es muy difícil evitar que eso pase. Cuanto más se retuerce, más imposible de desenredar", explica Smith.
También cabe destacar que toda la información importante que mantiene los cuerpos funcionando en cada célula está en el ADN, que precisamente se parece a esos cordones de los teléfonos que solían ser una pesadilla.
¿Estamos irremediablemente enredados a nivel molecular?
El ADN es una cuerda muy larga que reside en un espacio muy pequeño. Para entender estos enredos hay que imaginarlo dentro de una célula tan chica que no se puede ver ni en microscopio.
Sin embargo, los cuerpos tienen algún truco para evitar que pase y eso fue lo que investigó Mariel Vazquez. El objetivo de su trabajo fue averiguar cómo la cadena como el ADN se enreda y se desenreda, se anuda y desanuda a lo largo de su ciclo de vida.
Cuando un cable se comienza a retorcer, lo primero que se forma es algo que se ve como la famosa doble hélice de la llamada molécula de la vida. Con más torsión, se enrolla sobre sí mismo.
"El ADN hace exactamente lo mismo", dice la profesora de la Universidad de California Davis, experta en matemáticas combinadas con microbiología y biología molecular. "Lo llamamos el superenrollado", agrega.
Pero para poder encajar perfectamente dentro de la célula, el ADN tiene que hacer más. Tiene que enrollarse alrededor de "unas proteínas llamadas histonas, que forman como un collar de perlas".
"El ADN se enrolla un par de veces alrededor de cada histona y pasa a la otra".
Sin embargo, no es suficiente, de modo que ese collar de perlas se enrosca en sí mismo múltiples veces hasta que, eventualmente, "el ADN queda muy, muy bien empaquetado y condensado".
El problema es que, así como a veces es necesario sacar y usar las cosas que con tanto cuidado se han guardado y ordenado, cada vez que el cuerpo genera una nueva célula, lo cual hace constantemente, tu ADN necesita ser copiado y eso implica que hay que desacomodarlo.
¿El ADN se puede desenredar?
Cuando el ADN es copiado, es necesario desenredarlo, pero no es eso solamente. Además, las dos hélices tienen que ser separadas.
"Aquí es donde la biología tiene un truco muy inteligente: tijeras moleculares. Lo que mantiene unidas las dos hebras de ADN son enlaces de hidrógeno. Las tijeras son realmente enzimas, tipos especiales de proteína que cortan a través de la hélice de una manera muy controlada", explica Vazquez.
"Una vez separadas, la maquinaria de la célula comienza a crear las dos nuevas hebras de ADN".
Pero es entonces cuando aparece el problema más frecuente en el día a día. Las dos hebras de ADN están inútilmente enredadas juntas.
"Cuando el ADN termina de copiarse, quedan dos círculos interconectados pero tienen que estar separados. La célula utiliza otra vez las tijeras moleculares para cortar muy cuidadosamente y suavemente uno de los círculos, deja que el otro pase y vuelva a sellar la ruptura".
Este proceso se repite billones y billones de veces.
Incluso los nudos se pueden convertir en tejidos, redes y mallas con propiedades increíbles. En resumen, sin la opción de hacer y desatar nudos, las personas no podrían existir.
Por suerte los nudos son inevitables y, como demostró el galardonado Doug Smith, se producen naturalmente en cualquier lugar donde haya algo largo y delgado, ya sea una molécula de ADN larga o los cables de los dispositivos.