Por qué Víctor Hugo llamó ''barrilete cósmico'' a Diego tras el gol a los ingleses
Este martes, a 35 años del histórico gol de Diego a los ingleses en los cuartos de final del Mundial de México 86, la AFA propuso un homenaje colectivo a Maradona #GrialoPorD10S que consistirá en volver a gritar aquel golazo a las 16.09.
Aquella tarde del domingo 22 de junio, Víctor Hugo Morales le puso música a la jugada de todos los tiempos en formato relato y dejó una frase para siempre: "Barrilete cósmico". "En una corrida memorable...", o "en la jugada de todos los tiempos" son metáforas notables de la impronta del uruguayo, pero "barrilete cósmico" tiene un por qué.
Fue así: resulta que antes de la Copa del Mundo, el exentrenador de la Selección y campeón del mundo César Luis Menotti dijo sobre Diego: "Si Maradona deja de vivir como un barrilete, que si voy o no voy, puede ser la figura del Mundial".
Víctor Hugo, que mantenía una pelea pública con Menotti por bancar con uñas y dientes el trabajo de Carlos Salvador Bilardo, recogió el guante y reformuló la utilización de la palabra barrilete. E inmortalizó esta frase: "Barrilete cósmico ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés?".
Con el tiempo, Menotti intentó explicar que llamó a Maradona barrilete "como elogio". Pero nadie se acuerda de eso, en cambio, barrilete cósmico remitirá siempre a la figura de Diego dejando ingleses en el piso, un tendal de recuerdos de aquella patria en reconstrucción, la tele a botones con el volumen bajo, la radio clavada en radio Argentina para escuchar al uruguayo.
La historia de la pelota de México 86
Sin dudas para los argentinos, la Azteca de México 86 es la pelota más linda de todos los tiempos. Está claro que hay una connotación absolutamente subjetiva y emotiva en esta valoración. Es el balón con el que Diego Maradona brilló más que nunca y llegó al pináculo de su carrera, no solo haciendo el mejor gol de la historia sino también levantando la preciada Copa del Mundo.
Además, esa pelota es el eslabón perdido entre las pelotas de cuero pesadas, esas que hacían doler la cabeza y están en la vereda opuesta de de la Jabulani que se usó en Sudáfrica 2010, aquella que entendió a la perfección el uruguayo Diego Forlán, aunque viboreaba como una pelota de voley. Vale decir, sus sucesoras, la Brazuca de Brasil 2014 y la Telstar 18 de Rusia, fueron bastante parecidas.
Remontándose en el tiempo, cómo eran las pelotas de tiento de los inicios que parecían de otro deporte. ¿Qué pasó con la pelota de la final del Mundial de 1930? Y para eso vale repasar a una anécdota. Es que, aquella final no se jugó con una pelota, sino con dos.
Dato curioso: al no haber una pelota oficial para el encuentro definitorio de los Reyes del Río de la Plata, Uruguay y Argentina, decidieron utilizar una pelota en cada tiempo. ¿En qué se diferenciaban? La pelota de "los celestes" se llamaba T-Model y, justamente, con gajos en T, además de haber sido producida con cuero uruguayo. La argentina estaba hecha con cuero nacional y contaba con 12 paneles rectangulares. Eso sí, las dos contaban con la famosa "vejiga" que cruzaba la pelota y mostraba una cicatriz por donde había ingresado la cámara.
Para cerrar la anécdota, la paradoja fue que, en la primera mitad cuando se utilizó la Argentina, el equipo albiceleste se fue al vestuario ganando 2-1. Y en las segunda estapa, ya con el balón charrúa, se impuso Uruguay 4-2. De todos modos, corresponde aclarar: sucedieron muchas cosas en aquel entretiempo más allá de la pelota. Cuentan que hubo amenazas y hostilidades contra el vestuario Argentino. Lo contó Francisco Varallo, el último sobreviviente de aquel plantel en partir al más allá.
No obstante, la Azteca, beneficiaria de tantas destrezas y de tantas polémicas, llevaba su nombre a modo de tributo a los nativos mexicanos, según cuenta la empresa que la produjo, Adidas. Los dibujos de sus cascos son un claro homenaje a la arquitectura de los pueblos originarios. Además, lleva el nombre del estadio más importante del país.
Según muy bien cuenta el diario El Litoral fue la primera pelota de microfibra sintética, que de tal modo logró adquirir una mejor absorción al agua. Lo que vendría después con ese valor en juego ya forma parte de los mitos y leyendas de toda la historia del fútbol.
Tantas adhesiones encontró que las pelotas de los Mundiales siguientes mucho se le parecieron: La Etrusco Único (en Italia 90) que cuyo nombre resultaba un homenaje a un pueblo de la antigüedad en Italia.
En cualquier caso la industria del fútbol ya comenzaba a interpretar una necesidad para que hubiera más goles: que la pelota fuera más liviana y tuviera mayor velocidad. Cuatro años después en Estados Unidos apareció la Questra, un nombre que proviene de una antigua palabra que significa la búsqueda de las estrellas.
Por eso, claro, tenía pretendidas constelaciones incorporadas en la pelota. Paradoja o no tanto, considerando las particularidades de la FIFA y de la sede: dejaron afuera a la mejor de las estrellas, Diego Maradona. Le cortaron las piernas.
¿Azteca o Jalisco?
Vale la aclaración: si algún día intenta comprar la pelota de México 86 en alguna tienda de la Argentina deberá preguntar por la Jalisco; así la llamaron en nuestro país por un tema de derechos. Y vale la pena. Es que, para nosotros, quizá la pelota más bonita de la historia de las Copas del Mundo. Incluso por encima de la Tango que reinó en el Mundial 78, según cuenta el diario Clarín.
Es que, a 35 años de México 86, la memoria emotiva asocia esa pelota a la magia de Maradona. A su polémico gol con la mano, claro, pero también a la contestación siguiente marcando el mejor gol de la historia de los Mundiales. Quizá por eso, aquella pelota que ahora cambiaba el cuero por el sintético y dibujó los mejores goles y jugadas de las historia de los mundiales nos parezca la más linda de todos los tiempos.