¿Sabés cuál es el origen del dicho "a tontas y a locas"?
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Las frases populares reflejan la sabiduría y la Historia de los pueblos y de su lenguaje. Entender qué significan y de dónde vienen las frases populares que se utilizan frecuentemente en los países de habla hispana puede ser muy útil al momento de acabar de comprender la idiosincrasia y la cultura.
"A tontas y a locas" es una de las frases que más se usa en muchos países que utilizan el idioma español. Junto con "poner los puntos sobre las íes", es uno de los dichos más populares de la lengua española que han llegado hasta América.
El origel del dicho "a tontas y a locas"
De acuerdo a lo que indica el Diccionario de la Real Academia Española, "a tontas y a locas" significa "hacer una cosa con desbaratamiento, sin orden ni concierto".
Se trata de una frase muy antigua, que se puede encontrar ya en Don Quijote en los versos truncos, de cabo roto, que dirige Urganda la Desconocida, en la parte poética preliminar de la novela. Cabe mencionar que, en aquel entonces, Cervantes, en un juego con el vocablo, empleó esta segunda imagen no sólo como expresión adverbial, sino en su simple sentido, llamando tontas y locas a las doncellas que se entretenían en vanas locuras.

Algo similar sucede con la historia atribuida al dramaturgo contemporáneo Jacinto Benavente. A Benavente unas damas le habían propuesto que pronunciara una conferencia en un club femenino, allá por los años veinte del siglo pasado. A la propuesta, el dramaturgo contestó que no le gustaba improvisar, hablar "a tontas y a locas", jugando con el sentido literal y el sentido adverbial del vocablo.
Sin embargo, es necesario aclarar que esta anécdota, como ha sucedido con otras frases o dichos populares, ha sido atribuida a Jacinto Benavente un poco a la ligera. Si bien es posible que Benavente se hubiera expresado tan sarcásticamente, lo cierto es que la frase no era suya.

En efecto, el licenciado Juan de Robles en su primera parte de El culto sevillano, obra del siglo XVII, escribió, en referencia al fraile agustino fray Juan Farfán: "convidáronle ciertas monjas para predicarles un sermón grave, dándole poco lugar de estudiar. Subióse al púlpito y escusóse de ello y remató la escusa diciendo: "Pero al fin, hoy predicaremos a tontas y a locas, como pudiéramos"". Este dicho debió haber sido un comentario bastante vulgar por aquellos años del siglo XVI, ya que se registraba también en los Diálogos de apacible entretenimiento de Gaspar Lucas Hidalgo (Barcelona, 1605).
La historia de esta frase popular es la misma que tuvieron otros dichos a lo largo de la historia. Algunos de ellos tienen explicaciones religiosas, otros tienen relación con el mundo de la política, pero el punto en común de todos los dichos del refranero popular es que se han expandido por todo el mundo y han perdido su significado estricto original. A tal punto ha sucedido esto, que se han popularizado y ya se usan para diversas situaciones.