¿Qué ves en la imagen? Tu respuesta revela mucho de tu personalidad
En este tipo de test se exponen las capacidades particulares de la vista de cada uno de los observadores. Y muy a menudo, lo que entra en juego es también la perspectiva.
Lo que queremos preguntarte en este artículo es lo siguiente. ¿Qué es lo primero que ves al mirar el dibujo de abajo? ¿Es la cara de un hombre, o la de una mujer? Quieras que no, tu respuesta puede revelar alguna información acerca de tu carácter y personalidad.
1. Una mujer
Si lo que has visto como primero fue rostro de una mujer, felicidades. Parece que sabés muy bien cómo pensar de manera abstracta, general y teórica: te gusta ver la imagen total de las cosas, y no tenés necesidad de investigar los detalles. Aunque no solés dejarte llevar por las emociones, cuando algo te afecta, te resulta difícil olvidarlo o ignorarlo. Si bien apreciás las comodidades y trabajás muy duro para poder permitírtelas, no necesitás mucho para ser feliz y sabés apreciar el esfuerzo ajeno.
Tanto en relaciones con otras personas, como en el amor, nunca perdonás a los que te engañan. En pareja y en la vida, te caracteriza una gran nobleza y generosidad, aunque no solés rodearte de demasiados amigos. Cuando sufrís, permitís que el dolor se apodere de vos por completo y tardás en volver a la normalidad. Tus prójimos te valoran por mantener la templanza en todo momento y ser capaz de encontrar la solución para cualquier problema.
2. Un hombre
Si sos de los que vieron la cara de un hombre en la imagen en cuestión, tenés muchas razones para sentirte afortunado. Seamos sinceros: sos una persona detallista, minuciosa y exacta. Tenés una buena memoria y recordás incluso los acontecimientos más insignificantes de tu vida. Apostamos que destacás por ser un ser abierto y extrovertido, y por una suerte del "sexto sentido" que muchas veces te ayuda a salir de apuros y conocer la verdad sobre otra gente. Sos el alma de la fiesta y les caés bien a todos.
Aunque tu serenidad y optimismo hacen de vos un buen compañero, no confiás en la mayoría de tus conocidos. Por más que sea muy fácil herirte, perdonás los daños rápidamente, incluso cuando te afectan de verdad. Se te da genial dar consejos y consolar a tus seres queridos, pero al mismo tiempo te hace falta un empujón para ponerte a actuar.