Desde este lunes el kilo dejó de ser lo que conocías
Este 20 de mayo de 2019 es un día histórico porque la medida de peso más conocida, el kilo, tal y como lo interpretamos durante 130 años, deja de existir para siempre.
Y esto es así porque entra en vigor la nueva definición del Sistema Internacional de unidades de medida (conocido como SI) para el kilogramo, aprobada en la última Conferencia General de Pesos y Medidas (CGPM) celebrada en Versalles (Francia) el pasado noviembre.
Además de la forma en la que calculamos la masa, también serán diferentes la unidad básica de la temperatura (el kelvin), de la intensidad de la corriente eléctrica (el amperio) y la de la sustancia (el mol).
Todas estas medidas tendrán como base constantes universales, que son, por definición, invariables. Para que un kilo, un amperio o un kelvin sean lo mismo en un laboratorio de España que en una base científica acomodada en Marte, indicó ABC.
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Hasta ayer mismo, el modelo de referencia era una pesa física. Conocido como «Grand K» o IPK por sus siglas en inglés, el artefacto creado a partir de una aleación de platino e iridio en 1889 se convierte en una reliquia, la última referencia palpable que ha tenido el SI como modelo. A pesar de que fue creado como el "kilo perfecto", los científicos habían notado que su masa fluctuaba 50 microgramos en un siglo.
"Cuando no se mide correctamente, o las mediciones se realizan empleando diferentes sistemas de medida o con instrumentos no calibrados, puede ocurrir que la nave Mars Climate Observer de la NASA se estrelle contra la superficie de Marte, que el experimento LIGO no detecte ondas gravitacionales, hasta optimizar la planitud de los espejos utilizados en el gran interferómetro, tras mejorar su medición, o que los neutrinos parezcan viajar a mayor velocidad que la luz, causando la dimisión de los responsables del experimento", afirma Emilio Prieto, jefe de Área Técnica del Centro Español de Metrología (CEM), miembro del Comité Consultivo de Unidades, del Comité Internacional de Pesas y Medidas y presidente electo del Comité Técnico de Longitud.
Ahora la ciencia en todo el mundo medirá el kilogramo por la constante de Planck, que lo volverá cuántico. Por su parte, el amperio se medirá en base a la carga del electrón; el kelvin tomando la constante de Boltzmann; y el mol según la constante de Avogadro.
También ha sido revisada la forma en la que están escritas las definiciones del segundo, el metro y la candela -que ya atendían a constantes fundamentales-, para que sean "coherentes con las nuevas definiciones".
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Fue el propio Max Planck, descubridor de la constante que lleva su nombre y que ahora regirá nuestros kilogramos, quien en 1900 planteó la necesidad de que todas las unidades básidas del SI fueran invariables, inmutables y universales: "Las constantes fundamentales ofrecen la posibilidad de establecer unidades de longitud, masa, tiempo y temperatura que son independientes de cuerpos o materiales físicos, y cuyo valor se mantiene para todos los tiempos y civilizaciones, incluso para extraterrestres y no humanos", explicó a la comunidad científica.
Dos siglos después, los científicos lograron reproducir con fiabilidad en los laboratorios la teoría de Planck y, por fin, se atenderá a su petición de que los científicos calculen un kilo de igual manera en cualquier punto de la Tierra o fuera de ella.
¿Seguirá siendo un kilo de naranjas lo mismo a partir de hoy? La respuesta es que sí. "Estos cambios no tendrán ninguna incidencia en la vida diaria de la gente", explicó a ABC José Manuel Bernabé, director del CEM.
Cuenta pendiente
A pesar de estos cambios, a la Metrología aún le queda una asignatura pendiente: el segundo. "Ahora mismo su patrón son los ciclos de un átomo de cesio -medidos por relojes atómicos-. Pero los relojes ópticos son mucho más precisos, por lo que adoptarlos sería un salto exponencial para la ciencia y la tecnología", explicó Bernabé.
Pero al igual que el kilogramo hasta hace apenas un par de años, los experimentos en laboratorio aún no han alcanzado resultados óptimos. Pero cuando lo hagan, los metrólogos afirman que se conseguirá una incertidumbre de diez elevado a menos dieciocho. "Un error de un segundo en toda la edad del Universo", señaló Bernabé.
La Comisión de Pesos y Medidas tiene en su calendario de 2030 la revisión de este patrón, aunque en laboratorio podría conseguirse antes.
En el pasado, el físico y matemático británico William Thomson, conocido como Lord Kelvin, dijo: "Solo se puede mejorar aquello que se puede medir". En el presente, lo podremos hacer un poco mejor.