DESCUBRIMIENTOS

Salió a la luz la conmovedora carta que Einstein le escribió a su pequeña hija fallecida

Albert Einstein tuvo a su primera hija, antes de casarse, pero murió de fiebre escarlatina siendo muy pequeña. El científico nunca la olvidó
RECREO - 18 de Abril, 2019

Autor de la teoría de la relatividad y uno de los más brillantes físicos de todos los tiempos, ha suscitado entre el público un interés muy profundo por su vida familiar. Recientemente fue publicada una carta escrita por Albert Einsten en la que deja entrever el sentimiento del científico alemán por su hija fallecida.

A principios de 1900, Albert Einstein tuvo a su primera hija, cuando aún era un estudiante de física.

Su mujer era también estudiante, Mileva Maric. Después de quedar embaraza se vio obligada a dejar sus estudios y volver al hogar de sus padres.

La hija de los dos estudiantes sería llamada Lieserl Einstein. Mientras la niña estaba a cuidado de sus abuelos, se enfermó de fiebre escarlatina.

Con solo un año de vida, Lieserl falleció. Su padre se encontraba realizando trabajos en la oficina de patentes, en Berna, muy lejos de ahí.

Al tiempo de este doloroso hecho, Albert y Mileva deciden formalizar su relación, se casan y nacen sus dos siguientes hijos: Hans Albert y Eduard Einstein.

El primer hijo, se convierte en ingeniero y profesor de la universidad de Berkeley en California y el segundo en psiquiatría, quien sufría de esquizofrenia desde los 20 años y murió en un hospital psiquiátrico, a los 55.

Einstein tenía una relación distante relación con sus hijos,  y casi no vio a su  primera hija. Sin embargo,  guardaba una carta en donde descubre sus sentimientos y demuestra su convicción por una fuerza que supera por mucho a todas las demás.

Esta es la conmovedora carta escrita por Albert Einstein a su hija Lieserl:

"Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la ¡última respuesta!"

Te puede interesar

Secciones