Copa Libertadores: pese al enojo, Macri se quedó "tranquilo y contento" con la actitud de Larreta
El presidente Mauricio Macri estuvo en comunicación permanente con sus principales asesores para conocer los detalles del escándalo que concluyó con la suspensión de la final entre River y Boca .
Pese al enojo, Macri se quedó "tranquilo y contento" con la actitud del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , quien asumió la responsabilidad política por el fracaso del operativo de seguridad.
Desde Chapadmalal, donde pasó el fin de semana con su familia, el jefe del Estado habló en varias oportunidades en las últimas horas con Rodríguez Larreta, que le contó los detalles de lo que ocurría en la ciudad, donde el jueves comenzarán a llegar los principales líderes del mundo para la cumbre del G20.
"¡Puteó en arameo!", señaló a La Nación uno de sus principales asesores, que se comunicó con el Presidente en varias oportunidades durante las últimas 36 horas.
Desde el Gobierno el mensaje que emanó fue claro: la competencia por lo que ocurrió era del gobierno porteño, por eso Macri se mostró conforme con la actitud que tomó el jefe de Gobierno porteño, que en una conferencia de prensa, asumió que "la responsabilidad del operativo fue de la Policía de la Ciudad" y explicó que las fuerzas federales "colaboraron".
"Macri no se metió, ni se va a meter. Tampoco le pidió la cabeza de ningún funcionario, como se ha dicho. Horacio hizo lo que tenía que hacer, estamos satisfechos con esa actitud", señalaron al matutino desde el entorno íntimo de Macri.
El mensaje que bajó desde la Casa Rosada tuvo dos objetivos: deslindar de todo compromiso al Presidente y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich . Y al mismo tiempo, hacer una diferenciación entre el operativo de seguridad que falló en la final de la Copa Libertadores y el plan que está en marcha para el G-20.
Eso sí, cerca de Macri reconocieron que las imágenes del partido suspendido y los incidentes afuera del estadio Monumental le "hicieron mucho daño" al país. "Nos deja muy mal parados", admitió un hombre con acceso al despacho presidencial.
La ciudad dispuso tres anillos de seguridad para el clásico: en primer lugar, estaba apostada la Policía de la Ciudad. Una segunda barrera con cadetes de la fuerza porteña y un tercer anillo con las fuerzas federales. Hubo fallas en todos los puntos.
Macri y Rodríguez Larreta coincidieron que ahora lo importante es saber qué pasó. ¿Identificar qué falló? Es lo primero que le exigió, además, el jefe de gobierno al equipo de seguridad. "Quiere conocer todos los detalles", aseguraron cerca del jefe de gobierno porteño.
Pero una de las líneas de investigación en la que están enfocados por estas horas es desentrañar si los hechos de violencia no fueron generados por la barra brava de River que fue allanada 24 horas antes y donde se secuestraron unos 10 millones de pesos y 300 entradas.
"Pudo ser una venganza. Vamos a ir a fondo con la investigación", indicaron a La Nación desde el gobierno porteño.