Historia curiosa: cómo la respuesta soberbia y maleducada de Ferrari dio origen a Lamborghini
Enzo Ferrari es reconocido por tener una de las fábrica de autos más admiradas del mundo, pero además, por una de esas curiosidades de la historia, es de alguna manera responsable de que exista Lamborghini.
En realidad, el mayor responsable es Ferruccio Lamborghini. Nacido en 1916 en el seno de una familia vinicultora del norte de Italia, desde chico sintió fascinación por la maquinaria agrícola.
Por eso estudió sobre el tema en un instituto técnico cerca de Bolonia y en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, fue convocado por la Fuerza Aérea Italiana como mecánico. Sirvió en la isla de Rodas y fue capturado cuando los ingleses la conquistaron sobre el final de la guerra, en 1945.
Al año siguiente ya estaba de vuelta en Italia y se casó, aunque su mujer murió en 1947 dando a luz a su primer hijo, Tonino.
Lamborghini abrió un garage y en su tiempo libre modificó un Fiat Topolino que había comprado. Así, trabajó el motor y en 1948 entró en la mítica Mille Miglia.
Esa carrera terminó cuando chocó contra un restaurante en el pueblo de Fiano y así también terminó su entusiasmo con los autos de carreras.
Por ese entonces, Lamborghini vio que la Italia que se estaba reconstruyendo tras la Guerra era un mercado interesante para la maquinaria agrícola e industrial.
Usando partes de vehículos militares, construyó su primer tractor. Fue un éxito y así decidió fundar su marca de tractores, Lamborghini Trattori.
Le fue muy bien y con los años pasó de manejar pequeños Fiats a sentarse tras el volante de Alfa Romeos, Mercedes-Benz, Jaguar y, por supuesto, Ferraris.
Lamborghini opinaba que los autos de Enzo Ferrari eran buenos pero muy ruidosos y rústicos para conducirse en la calle, por lo que los consideraba como adaptaciones malas de autos de carrera con interiores muy malos.
Además, Lamborghini se pasaba llevando su auto a Maranelo, para que los mecánicos de Ferrari arreglen el embrague que era muy malo.
Ya harto, intentó hablar con el mismísimo Enzo Ferrari, para pedirle que mejorara la calidad. Ferrari, ofendido, le respondió que no era más que "un constructor de tractores que no sabía nada de autos deportivos".
Humillado, el constructor de tractores instaló una fábrica en Sant'Agata Bolognese y cuatro meses después mostró el bellísimo Lamborghini 350 GTV en el Motor Show de Turín de 1963.
Y así comenzó todo...