En nuestro país, la mala suerte del martes 13 es un mito muy difundido: no hay que hacer cosas importantes en este día como casarse, salir de vacaciones o inaugurar un emprendimiento anhelado.
Esta creencia, difundida en muchos países llegó a provocar que en muchas ciudades los edificios no cuenten con un treceavo piso, que se nombre a ese espacio físico como 14 o 12B.
También que los pasajes de avión resulten hasta un 50% más baratos, un ofertón para viajeros escépticos.
Según Clarín, la astróloga Patricia Kesselman dice que "debido a la naturaleza impetuosa y agresiva de Marte, el día martes es considerado un día apto para luchar o competir, para emprender cualquier actividad en la que se necesite energía y valor, determinación o arrojo, también para hacer actividad física, pero no será tan bueno para comenzar una asociación o casarse porque tiende a los conflictos, al peligro, a los ladrones y accidentes."
La combinación del martes y el trece sería fatal: este último está asociado -en tradiciones muy distantes entre sí- a las desgracias y a las transformaciones que vivimos con dolor.
En el Tarot, por ejemplo, el arcano XIII es "La Muerte", algunos también le llaman "El arcano sin nombre", vaticinador de finales y cambios.
Mientras que el número doce es sagrado -doce signos del zodíaco, doce apóstoles, doce meses, doce tribus de Israel, etc.- el trece quedó asociado a Judas, quien traicionó a Jesús.
La Kabbalah judía también refiere a 13 espíritus malignos, la caída de la Torre de Babel ocurrió en un día 13 y en el capítulo 13 del Apocalipsis comienza el fin del mundo.
Según Kesselman, hay un elemento que podría haber jugado un rol importante en la fundación de esta creencia.
Como vivimos en una cultura patriarcal solar, los ciclos de 12 son valorados, asociados a la perpetuación de la vida, mientras que los ciclos lunares (13 lunas anuales) conllevan inconscientemente un peligro.
"En el calendario lunar anual, en el último mes, el treceavo es cuando se produce la muerte del sol, el solsticio de invierno. En culturas que defienden la idea de un proceso cíclico de vida en el que continuamente se nace y se muere no supone ningún problema que el sol muera, pues en los días subsiguientes volverá a renacer. Sin embargo, en las culturas patriarcales en las que se tiene un concepto lineal del tiempo, defendiendo la idea de que existen un principio y un final definitivo, ese final puede vivirse de una forma más terrible", argumenta la astróloga.
A contracorriente de la cábala de no hacer cosas importantes ese día, hay gente que redobla la apuesta y lo utiliza como un momento "energético", apuesta al número y lo considera de buen augurio cuando aparece reiteradamente.