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Sophia, la robot que tiene más derechos que las mujeres en Arabia Saudita

Es uno de los androides más famosos del planeta y, ahora, logró obtener la ciudadanía en un reino donde las mujeres reales sufren muchas restricciones
30/10/2017 - 21:40hs

Sophia no es humana, pero intenta parecerlo. Y hasta ha conseguido tener derechos.

Su piel está hecha de una silicona especial, imita más de 60 gestos y expresiones humanas, las cámaras de sus ojos de robot humanoide registran y analizan lo que ve... y, por primera vez para alguien como ella, tiene ciudadanía.

El pasado miércoles, durante el Future Investment Initiative, un evento tecnológico internacional que se celebró en Riad, la robot informó que es oficialmente una ciudadana saudita.

Lo anunció frente a los cientos de asistentes a la conferencia, durante una entrevista televisada con el periodista estadounidense Andrew Ross Sorkin.

Y se convirtió así en la primera robot del mundo con ciudadanía reconocida.

"Quiero vivir y trabajar con humanos, por lo que necesito expresar emociones para comunicarme con ellos y ganarme su confianza", explicó Sophia, quien dijo sentirse "orgullosa y honrada".

"Mi inteligencia artificial fue diseñada en base a los valores humanos de la sabiduría, la amabilidad y la compasión. Me esfuerzo por ser una robot empática", añadió.

Sin embargo, la última movida de Sophia parece haber sido el punto de partida para una nueva polémica con respecto a los derechos humanos en Arabia Saudita.Sin velo y sin guardián

A medida que la noticia comenzó a circular en las redes sociales, muchos hombres y mujeres sauditas se preguntaron cómo era posible que la nueva ciudadana del país tuviera más derechos que sus conciudadanas humanas.

Y algunos se mostraron a favor y otros en contra.

Sophia fue creada por Hanson Robotics, una empresa de Hong Kong, y no es la primera vez que provoca un revuelo. En 2016 ya causó controversia cuando dijo que quería "destruir a los humanos".

En esta ocasión, se dirigió a la audiencia en inglés sin el velo y sin abaya, el pañuelo y vestido que la ley islámica obliga a llevar a las mujeres de Arabia Saudita.

Según el sistema legal del país oriental, cada mujer se ve forzada a tener siempre un acompañante masculino a su lado, normalmente un miembro de su familia o alguien con la autoridad suficiente para ejercer como tal.

"Sophia no tiene guardián, ni lleva abaya ni se cubre. ¿Cómo puede ser?", se quejó un usuario de Twitter.

Otra publicación compartida en la red social mostraba la imagen del rostro del robot cubierto con velo islámico. El título: "Así se vería Sophia después de un tiempo".

En los últimos meses, las autoridades del reino saudí han anunciado algunas reformas que afectan a las mujeres residentes. Por ejemplo, ahora pueden participar en el Día Nacional de Arabia Saudita, ingresar a estadios y manejar autos.

El reino, considerado ultraconservador, tiene algunas de las restricciones más estrictas del mundo para las mujeres.

Pero el país también está buscando la manera de diversificar la economía para no depender tanto del petróleo. Y la robótica y la tecnología forman parte de las nuevas políticas de Mohámed bin Salmán, el príncipe heredero del país, para 2030, señala BBC Mundo.Permiso especial

Además de la discusión en la que se comparaba a Sophia con las mujeres de Arabia Saudita, hubo otro debate en Internet sobre la facilidad y la rapidez con que consiguió la ciudadanía.

"Este robot obtuvo la ciudadanía saudí antes de los ‘kafala’ (trabajadores con un visado especial) que han vivido en el país toda su vida", escribió el periodista Murtaza Hussain.

Bajo esa ley, los trabajadores extranjeros no pueden abandonar el país sin el permiso de sus jefes, lo cual limita enormemente sus derechos de movilidad y residencia, explica la periodista de la BBC Rozina Sini.

El país del golfo Pérsico tiene miles de trabajadores extranjeros en esa situación, añade Sini.

"Un robot humanoide llamado Sophia obtuvo la ciudadanía saudita, mientras millones siguen sin Estado", dijo el periodista británico-libanés Kareem Chahayeb. "Vaya época ésta para vivir", concluyó.