Milei quiere a Lijo y García Mansilla en la Corte Suprema para el 1 de marzo: cuál es su plan
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Con el dictamen favorable del Senado para votar la nominación del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema, el presidente Javier Milei logró un avance importante de su agenda, pero todavía no se conforma y aspira a que tanto él como el otro candidato, Manuel García Mansilla, se sumen al máximo tribunal antes del 1 de marzo.
Ese día Milei volverá a presentarse ante el Congreso para inaugurar el nuevo período de sesiones ordinarias. En esta ceremonia —que nuevamente sería por la noche, como el año pasado— siempre hay un lugar reservado para los gobernadores y otro para los jueces de la Corte, hoy integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, con dos vacantes.
Según supo iProfesional de fuentes de la Casa Rosada, cerca del Presidente están confiados en que esa noche en el Congreso tanto Lijo como García Mansilla "van a estar sentados como miembros de la Corte, de una forma o de otra".
La cuestión a resolver para el Gobierno es que, hasta ahora, solo el pliego de Lijo está en condiciones de votarse en el recinto —posiblemente el próximo jueves— con chances de alcanzar la mayoría de dos tercios para ser aprobado gracias al apoyo de un grupo de senadores peronistas de Unión por la Patria, el de García Mansilla todavía no cosecha esas adhesiones.
Corte Suprema: el plan de Javier Milei para tener a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla antes del 1 de marzo
En ese marco, volvió a entrar en juego el plan original del Gobierno de recurrir a un decreto para llenar las vacantes de la Corte. Tras haber considerado nombrar a los dos jueces por esa vía, el cambio de escenario lleva ahora a la Rosada a pensar en el decreto solo para meter a García Mansilla, si el Senado aprueba únicamente el pliego de Lijo.
La idea del gobierno de Milei es agotar primero la vía parlamentaria. Sin embargo, el pliego de García Mansilla tiene hasta ahora menos chances de avanzar que el de Lijo. Por empezar, todavía no tiene dictamen. En segundo lugar, el bloque Unión por la Patria se divide para votar al juez federal, pero estaría unificado en el rechazo al académico.
El kirchnerismo/peronismo quiere que el Gobierno baje la candidatura de García Mansilla y proponga a una mujer, preferentemente sugerida por ellos. Los demás bloques están de acuerdo con la cuestión de género (que no quede una Corte integrada solo por hombres) y en espacios como el PRO, el académico cosecha más apoyo que el juez federal —al que le cuestionan su "idoneidad moral"— pero sin votos de Unión por la Patria no llega a la mayoría de dos tercios.
A eso se le suma que, según relatan hace tiempo distintas fuentes del Senado, Lijo "buscó él mismo sus votos", amparado en sus muchos vínculos políticos, sobre todo con gobernadores. García Mansilla no tiene esas mañas.
En ese contexto, en el Gobierno son optimistas respecto de que Lijo reciba el aval del Senado para sumarse a la Corte Suprema pero encuentran trabas para que García Mansilla tenga la misma suerte y, en consecuencia, crece la posibilidad de que lo nombren por decreto, dado que quieren tener a los dos jueces para el 1 de marzo y advierten que lo conseguirán "de una forma u otra".
Cuestión de tiempos: cómo es la jugada que piensa el Gobierno
Es una jugada al fleje, porque encontrará muchos cuestionamientos —tal vez de los propios jueces de la Corte— y resistencia política, pero también tiene su lógica, basada en los tiempos parlamentarios y en la discusión constitucional de fondo.
Para justificar el nombramiento de un juez de la Corte por decreto, el Gobierno recurre al artículo 99 de la Constitución Nacional, que autoriza en el inciso 19 al Poder Ejecutivo a cubrir "vacantes de los empleos que requieran acuerdo del Senado" y que "ocurran durante su receso".
El Gobierno quiere que el pliego de Lijo se trate el 20 de febrero, en la misma sesión donde se definirá la suspensión de las PASO. Es un día antes de que finalicen las sesiones extraordinarias que convocó el Presidente y de que el Congreso vuelva a entrar en receso hasta el 1 de marzo.
Es decir que Milei podría esperar a ver qué ocurre en esa sesión y, si solo se aprueba el pliego de Lijo, podría nombrar a García Mansilla por decreto en los días siguientes. Con eso seguiría fielmente el argumento que plantea y el segundo candidato quedaría designado hasta fines de noviembre, a la espera de una resolución del Senado.
¿Cuáles son los posibles límites para el plan de Milei?
Sin embargo, allí empiezan a aparecer los límites de la jugada. Por un lado, la bancada de Unión por la Patria advirtió meses atrás que promoverán "el inmediato rechazo del pliego de cualquier persona que acepte ser designada como juez o jueza de la Corte ‘en comisión’", es decir, por decreto. Con 34 votos y varios senadores de bloques dialoguistas muy enfrentados con Milei, es posible que logren que Mansilla no llegue a noviembre en el cargo.
El argumento que presentan para esta advertencia también es constitucional. Plantean que el artículo al que apela el Gobierno no aplica para los magistrados del máximo tribunal, porque habla de "empleos" como son los del personal diplomático, que también requiere aval del Senado, pero la Justicia es un poder independiente.
Por otro lado, está la incógnita sobre si García Mansilla aceptaría ser nombrado por decreto llegado el caso. Durante su presentación ante la Comisión de Acuerdos del Senado tuvo una postura ambigua, al decir que "visto el impacto que tuvo" el caso de Rosatti y Rosenkrantz (a quienes Mauricio Macri intentó nombrar por decreto), él "no hubiera aceptado", pero también recordó que "la Constitución lo prevé".
¿Cuántos votos podría cosechar el pliego de Lijo en el Senado?
De cualquier forma, la eventual aprobación del pliego de Lijo en el Senado tampoco está asegurada todavía. En algunos despachos de la Cámara alta confían, igual que en la Casa Rosada, en que "los votos van a estar". Todos miran a la bancada de Unión por la Patria, donde conviven los leales a Cristina Kirchner y los que responden a gobernadores, y creen que aportará alrededor de 10 votos.
Ese cálculo empieza por las firmas que tuvo el dictamen. La de la santiagueña Claudia Ledesma Abdala, esposa del gobernador Gerardo Zamora, anticiparía el voto favorable de los otros dos senadores de esa provincia, mientras que la de la catamarqueña Lucía Corpacci arrastraría el apoyo de su comprovinciano Guillermo Andrada y la del sanjuanino Sergio Uñac podría acercar la de María Giménez Navarro.
Las cuentas que hacen por estas horas en el Senado también incluyen a Carolina Moises (Jujuy), Fernando Rejal (La Rioja) y a Marcelo Lewandowski (Santa Fe), entre otros nombres que empiezan a correr. Sin embargo, habrá que ver si será un aporte suficiente dado que entre los bloques dialoguistas la figura de Lijo genera fuertes divisiones.
La Libertad Avanza, que tiene solo seis votos, confía en que las bancadas provinciales apoyarán la designación de Lijo. Por caso, el misionero Carlos Arce firmó el dictamen y con ello anticipa que votaría a favor junto a Sonia Decut, dado que ambos pertenecen al Frente de la Concordia que gobierna Misiones. Los senadores "federales", con distintos bloques y alianzas, son en total 11.
Por su parte, la UCR aportaría al menos 10 de sus 13 votos, dado que la santafesina Carolina Losada y el fueguino Pablo Blanco se oponen a la designación de Lijo y el chaqueño Víctor Zimmermann está de licencia hasta el 1 de marzo. El problema para el oficialismo está en el PRO, donde por lo menos dos de sus siete senadores (Alfredo de Ángeli y Luis Juez) se han expresado en contra de la nominación del juez federal, en línea con los cuestionamientos de Mauricio Macri.
Con estos números, el pliego de Lijo podría alcanzar unos 37 votos, suficientes para el quórum pero lejos de los 48 que marcan la mayoría de dos tercios. No obstante, ese piso baja si hay ausencias al momento de votar. En el Senado ya hay quienes creen que la clave estará ahí. Los que se ausenten colaborarían con el nombramiento del juez en la Corte.
El factor Ficha Limpia y las sospechas que rondan el debate sobre la Corte
Otro elmento que podría entrar en juego es el tratamiento del proyecto Ficha Limpia, que le impediría a Cristina Kirchner ser candidata en caso de convertirse en ley, por tener una condena confirmada en segunda instancia en la causa "Vialidad".
Tras la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados, algunos legisladores críticos de la nominación de Lijo advirtieron que el Gobierno podría congelar ese proyecto a cambio de la aprobación del pliego. La diputada radical Danya Tavela incluso aventuró que lo cambiarían "por la designación de García Mansilla".
Más allá de las especulaciones, lo cierto es que Ficha Limpia tiene un escenario complejo en el Senado por el rechazo unánime de Unión por la Patria, que tiene más peso en esta Cámara que en Diputados, pero además le juegan en contra los tiempos parlamentarios.
En el Senado, para que un proyecto se vote en el recinto tiene que pasar una semana desde la firma del dictamen de comisión. La otra opción es habilitar el tratamiento sobre tablas, para lo cual se necesita una mayoría de dos tercios, imposible de conseguir sin la bancada kirchnerista.
Así, las chances de que Ficha Limpia se vote en el recinto la semana próxima son bajas, pero por cuestiones más bien prácticas. No obstante, las sospechas que agita parte de la oposición dialoguista sobre un supuesto acuerdo subterráneo entre los libertarios y el kirchnerismo rondan el debate sobre la Corte.
La crisis de la Corte por el fallo "Levinas": ¿un nuevo factor para el debate?
Si el Senado aprueba la designación de Lijo y el Gobierno decide nombrar a García Mansilla por decreto, más allá de la pelea que se desatará, nadie podrá aludir sorpresa. En la Casa Rosada advierten y dejan trascender hace tiempo, desde antes de la jubilación del juez Juan Carlos Maqueda en diciembre pasado, que para ellos "la Corte no puede funcionar con tres miembros".
En varias ocasiones hablaron de una situación parecida a la "acefalía" en la cabeza del Poder Judicial y cuando el Gobierno decidió bajarle el tono al plan inicial del decreto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aclaró que si el Presidente decidiera tomar esa vía sería por considerar que "la Justicia se empantanó en el proceso judicial".
Aquella advertencia hoy toma otro color con el grave conflicto institucional que se desató dentro del Poder Judicial a partir del fallo "Levinas", con el que la Corte ordenó que las sentencias de los tribunales nacionales con asiento en la Ciudad de Buenos Aires de los fueros ordinarios (Civil, Comercial, Penal y Laboral) deben recurrirse ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad y no ante el máximo tribunal.
La rebeldía de las Cámaras Nacionales que se niegan a acatar este fallo desató una crisis pocas veces vista en el Poder Judicial pero, además, dejó la imagen de una Corte Suprema desautorizada y con problemas. Probablemente esto se colará en el debate sobre las vacantes que tiene el máximo tribunal y que el Gobierno quiere cubrir con Lijo y García Mansilla.
Esta crisis que involucra a la Corte Suprema le ofrece ahora otro argumento a Javier Milei para presionar con el nombramiento de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en el Senado y también para volver a poner sobre la mesa el recurso del decreto. La idea del Gobierno es que el tema de las vacantes en el máximo tribunal se resuelva en los próximos días.