Gasto, déficit, dólar y reservas: qué medidas quiere implementar Milei durante 2025
El presidente Javier Milei emitió el 1 de enero a través de su cuenta de X su primer mensaje del Año Nuevo en el que destacó las medidas llevadas a cabo por el Gobierno en 2024 y los principales objetivos que perseguirá la gestión en 2025.
Pero más allá de lo anunciado por Milei el 2025 podría llegar con medidas más o menos inmediatas en el marco de un capítulo nuevo del programa económico.
Milei y el ministro de Economía Luis Caputo ya anticiparon a fines del año pasado una hoja de ruta que incluiría, si algunos datos son favorables, un reajuste en variables clave del plan como el mantenimiento de la reducción del gasto público, el déficit fiscal cero, el programa de emisión monetaria cero del BCRA, y la reducción del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial en la medida que la tasa de inflación minorista se acerque el 1% mensual.
El segundo año del programa económico de Milei y Caputo y comenzará probablemente con algunas prioridades luego de haber conseguido durante 2024 haber convencido al mercado de que el superávit fiscal será una fija en la gestión de la economía, que el tipo de cambio se iba a mover por debajo de la inflación de manera sistemática y que el atraso cambiario no iba a ser un obstáculo, y que los dólares paralelos iban a converger hacia el dólar oficial en algún momento del año, por lo que la brecha se comprimiría.
Con el nuevo año en curso, la primera variable clave será el ritmo de la inflación minorista.
La inflación de diciembre: el primer dato relevante que espera el Gobierno en 2025
Lo relevante será observar si el IPC de diciembre, que se publicará el 12 de enero, mantiene un comportamiento similar al de noviembre y se ubica en valores cercanos al 2 % mensual.
De ser así, según anticiparon Milei y Caputo, el ritmo de aumento de precios habrá acumulado tres meses en niveles compatibles con el crawling peg vigente (2% mensual desde hace un año), lo que podría habilitar un ajuste en el esquema.
La idea inicial sería que, tras conocerse el dato de inflación de diciembre o a partir de febrero, el dólar oficial pase a moverse a un ritmo de 1% mensual.
En ese contexto, el Gobierno podría optar por esperar un trimestre para que los precios de los bienes, que representan cerca del 70% de la canasta del IPC, se alineen con esa tasa mensual antes de eliminar el crawling peg y fijar el tipo de cambio.
Esta es una de las alternativas, aunque en el mercado se especula que, con un dólar nominalmente estable, esquemas nominalmente estables, esquemas como el dólar blend o los controles cambiarios perderían relevancia.
El dólar blend, a punto de desaparecer
El dólar blend, probablemente por un pedido del FMI desaparezca luego que se firme el nuevo acuerdo con el mencionado organismo.
Un análisis realizado por Equilibra como balance del 2024 señala que, en los dos escenarios proyectados para 2025, el blend dejará de aplicarse.
"El Gobierno utiliza una parte de los dólares que antes destinaba al CCL para intervenir en los mercados de dólares alternativos y reducir la brecha", explica el último informe de Equilibra.
En el mismo sentido, un dólar que en todas las franjas de mercado no subió más de 30% anual, sufrió una dramática pérdida de capacidad de compra en la economía doméstica.
El tipo de cambio del dólar y las expectativas de inflación
El tipo de cambio oficial, en 1.033 pesos, aumentó en 2024 unos $224,55 o 27,8% desde los $808,45 de fin del año pasado, contra una inflación de 120 por ciento.
Esto significa que la inflación anual en dólares fue de 72,2% o, lo que es lo mismo, la pérdida de poder adquisitivo del dólar fue de 41,9% en el año.
Respecto del dólar libre, la tendencia fue aún más pronunciada. A 1.230 pesos, exhibió una suba de 205 pesos o solo 20%: la pérdida de poder de compra del billete atesorado fue de 45,5%, con una inflación en dólar "blue" de 83,3% a lo largo de 2024.
El panorama fue similar, pues el dólar más demandado por el público, el MEP que se adquiere a través de la compraventa de bonos y cuya transacción es muy simple a través de cuentas bancarias o por billeteras virtuales y ALyC (Agente de Liquidación y Compensación), se encareció solo 17,1% anual, desde los 999,08 a los 1.169,76 pesos.
La depreciación real del dólar MEP fue de 54,5%, equivalente a una inflación en dólares de 120 por ciento.
Mucho de esta tendencia declinante del dólar frente al resto de los precios de la economía a lo largo de 2024 se vinculó con la tasa de interés en pesos, delimitada por la directriz de política monetaria aplicada por el BCRA.
La entidad se fijó el objetivo de una tasa real para todo el sistema que le dio pelea a la inflación, incluidos los plazos fijos, si bien desde el 12 marzo pasado dispuso a través de la Comunicación A7978 la desregulación de las tasas mínimas de interés, incluidas las que aplican a depósitos a plazo.
En las primeras semanas de 2025 también comenzarán a conocerse los datos que mostrarán la situación final de la actividad económica al cierre de 2024.
Los indicadores de actividad correspondientes a noviembre presentaron resultados dispares, tras registros negativos en la industria y la construcción durante octubre, a pesar de un repunte mensual en la economía general en ese mismo mes.
Estas cifras llevan a los analistas a considerar que el último trimestre del año podría haber tenido un crecimiento menor al del tercero.
Qué sucederá con la actividad económica
Un factor clave para evaluarlo será el "arrastre" término utilizado en la jerga estadística para describir cómo la dinámica de la actividad económica en la parte final del año garantiza un nivel mínimo de crecimiento para el período siguiente.
Algunas consultoras estiman que ese "piso" se encuentra en 2%, mientras que desde los despachos oficiales sostienen que podría ser superior.
En un informe de balance del 2024, la consultora Invecq mostró que si bien "por un lado, la actividad económica culmina el año con una caída en torno al 3%" que representa una contracción menor a la esperada, aún "persisten en la economía fuertes heterogeneidades sectoriales, expresadas en dos bloques".
En un primer segmento identificaron a aquellos rubros relacionados al sector externo como el agro, la pesca y la minería, que registran una marcada expansión.
Por su lado, la consultora Orlando Ferreres aseguró que con los últimos datos actualizados (mejora de apenas 0,1% mensual en noviembre respecto a octubre, lo que implicaría tres meses seguidos con signo positivo intermensual), la recuperación económica de este año debería ser menos heterogénea.
Los sectores de la economía más dinámicos siguen siendo el agro y minas y canteras, y en los últimos meses comienza a verse la mayor incidencia positiva de la intermediación financiera.
En contraposición, la construcción muestra niveles muy bajos de actividad, y aunque pasó el piso de su caída, el rebote sigue con dificultades para afianzarse", destaca el último informe de OJF.
Con todo, la actividad llega con perspectivas positivas para el cierre de un año difícil, que vio una fuerte caída y un rebote rápido, aunque dispar a nivel sectorial.
"En 2025, esperamos que los sectores más aletargados mejoren, y volver al crecimiento económico, con una marcha más uniforme de marcha más uniforme de la actividad", concluyó el último informe de la consultora.
EL REM del BCRA que recopila las opiniones de las principales consultoras y bancos del mercado muestra que la contracción esperada para el año que termina sea de 3% y que la recuperación para 2025 ronde el 4,2 por ciento. Por debajo del 5% estimado por el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las reservas internacionales
Luego de ese primer paso de estabilización, que también incluyó la liberación de precios que estaban bajo control de algún tipo de programa durante el gobierno anterior y aumentos de tarifas con reducción de subsidios, la próxima etapa está vinculada a reforzar las reservas del BCRA, que terminaron el año en negativo por u$s10.000 millones, aunque el Ministerio de Economía tiene unos 6.000 millones en su cuenta en la entidad monetaria que, se presume, serán utilizados para pagar al contado el capital y la deuda de los bonos en moneda extranjera a lo largo de este año.
Las reservas internacionales tuvieron en términos brutos un aumento marcado por el impacto favorable del blanqueo durante el último trimestre del año pasado y el incremento en el volumen de créditos en dólares permitió al BCRA hacerse de divisas netas por esa vía.
Pero la cuenta de intereses y el déficit de servicios (por ejemplo, por el turismo en el exterior) ponen presión a las arcas internacionales y por esa razón el Gobierno apunta a una inyección de divisas antes de avanzar en una salida más acelerada de restricciones cambiarias.
Las decisiones de política cambiaria comenzarán a acelerarse desde las primeras semanas de este nuevo año.
Algunas medidas ya se concretaron en la parte final de 2024, como por ejemplo el fin de la aplicación del impuesto PAIS y la baja en las cotizaciones de algunos dólares paralelos, como el turista y el importador.
El dólar turista solo está sujeto a una percepción de 30%, mientras que el dólar importador también registró desde ese momento una reducción en su costo.
El desafío por el refinanciamiento de deuda con el FMI
En lo que respecta al refinanciamiento de los vencimientos de deuda las autoridades del FMI realizarán en los próximos días una evaluación del programa vigente con Argentina que finalizó a fin del año pasado.
Este análisis auditará el desempeño del Extended Fund Facility (EFF) firmado durante el mandato de Alberto Fernández.
La reunión del directorio para abordar este tema está programada para los primeros días de este mes, pero tal vez se postergue hasta febrero.
Este tipo de evaluación debe realizarse para cualquier programa cuyo financiamiento supere la cuota correspondiente a cada país, de acuerdo con el estatuto del FMI.
Su aprobación en el directorio es un requisito previo para la firma de un nuevo acuerdo. Una de las incógnitas es si el primer cuatrimestre, el período que Caputo considera clave para cerrar otro programa financiero con el FMI, coincidirá con una aceleración en la salida del cepo cambiario. Hay que recordar que el FMI por ahora no aprobó las últimas dos revisiones del acuerdo.
El siguiente desafío será la reprogramación de los 45.000 millones de dólares que el Estado argentino debe devolver entre 2026 y 2032.
En este contexto, la principal preocupación del BCRA es el stock de deuda por dividendos no girados por multinacionales a sus casas matrices, estimado entre 15.000 y 20.000 millones de dólares.
Tampoco se anticipa un comportamiento disruptivo por parte de los tenedores de deuda pública en pesos. Una posibilidad adicional, todavía no descartada en los despachos oficiales, es la concreción del anticipado acuerdo con un grupo de bancos internacionales para que aporten un crédito directo al BCRA a través de un préstamo repo.
Qué pasará con el carry trade
Una de las grandes incógnitas de los operadores es que pasará con el llamado carry trade.
El año pasado el plazo fijo le ganó al dólar como alternativa inversora. Dada la rápida baja de la inflación que se vino dando mes a mes, el BCRA estuvo reduciendo en sintonía la tasa de política monetaria, que inició 2024 en el 100% de Tasa Nominal Anual y concluyó en diciembre en el 32%, tras siete recortes consecutivos.
Según el BCRA, los bancos están ofreciendo a sus clientes un rendimiento de 27,74% nominal anual en promedio. Esto es una Tasa Efectiva Anual (al renovar el plazo fijo mes a mes con la reinversión de intereses) de 31,53 por ciento.
Esto sería unos 3,4 puntos porcentuales por encima de la inflación esperada para todo 2025, en el 28,1% según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) realizado por la entidad monetaria entre consultoras.
En relación al plazo fijo quien colocó el 29 de diciembre de 2023 un millón de pesos a 30 días, y luego de renovar capital e intereses mes a mes a lo largo de un año -en base a los sucesivos recortes de tasas que se produjeron a lo largo de 2024-estaría cobrando ahora 2.148.535 pesos, con una ganancia de 114,9 por ciento.
Si bien este rendimiento perdió de forma marginal contra la inflación (un 5% estimado), rindió $977.699 más (+98% en pesos) que la compra de dólares, a la vez que medida en dólares la ganancia fue de un 83,5% (o unos USD 835), con una tenencia resultante de USD 1.836,7 a cotización MEP.