Milei busca resolver en enero la situación de la Corte, que ya funciona con dos vacantes
Tras la despedida del juez Juan Carlos Maqueda la Corte Suprema de Justicia empezó a funcionar con solo tres de sus cinco miembros y el gobierno de Javier Milei busca resolver en los primeros días de 2025 si insiste con la designación de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en un llamado a sesiones extraordinarias o si patea el tablero y los nombra por decreto.
Así lo indicaron a iProfesional fuentes gubernamentales ante la salida de Maqueda, quien este viernes tuvo su último día en la Corte. El domingo cumplirá 75 años, la edad jubilatoria de los jueces, por lo que a partir del lunes el máximo tribunal empieza a funcionar solo con su presidente, Horacio Rosatti, el vice, Carlos Rosenkrantz, y Ricardo Lorenzetti. La quinta silla está libre desde 2022, cuando se retiró Elena Highton.
Los pliegos de Lijo y García Mansilla están trabados en el Senado. El Gobierno no logró el consenso suficiente para aprobarlos. Necesita votos del bloque peronista/kirchnerista, pero le ofrecieron apoyo solo para el juez federal y le propusieron cambiar al académico por una mujer. En la Casa Rosada insisten con que quieren a los dos.
Javier Milei resolvería la situación de la Corte Suprema en el arranque de 2025: ¿decreto sí o no?
Cerca de Milei reflotaron en las últimas horas la posibilidad de convocar a sesiones extraordinarias del Congreso, posiblemente para febrero. Remarcan que entre los temas que el Gobierno considera prioritarios están la eliminación de las elecciones PASO y los pliegos de los nuevos jueces para la Corte Suprema.
La definición en torno a esa convocatoria se tomará "en las próximas dos semanas", ya empezado el nuevo año, y en ese mismo lapso esperan tomar la decisión sobre el decreto para designar a Lijo y García Mansilla "en comisión" si no avizoran un consenso en el Senado, según adelantaron fuentes oficiales.
En el Gobierno creen que "la Corte no puede funcionar con tres miembros". Lo remarcaba el influyente asesor presidencial Santiago Caputo puertas adentro y hace poco el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, repitió el mismo argumento durante una entrevista como justificativo adelantado para un eventual decreto.
Sin embargo, el tema es sensible y por eso el Gobierno de Javier Milei empezó a ser un poco más cuidadoso de lo que eran hace algunos meses, cuando agitaban el decreto de Milei como algo inminente para tratar de presionar al Senado. El jueves pasado, el vocero presidencial Manuel Adorni aclaró en su habitual conferencia de prensa que el Presidente tomaría esa decisión "solo en condiciones donde la Justicia se empantane, se necesiten los miembros y el Senado no haya resuelto".
"Mientras que no haya algún impedimento para que la Justicia avance, será un tema que resolverá el Senado y que nosotros no tenemos mucho para decir", sostuvo Adorni. De esta forma, suavizó la posibilidad de un decreto. No obstante, deslizó que quieren definir el tema cuanto antes: "Si esto se discute en febrero, en marzo o cuando sea, la verdad que no lo sabemos. Será un tema que se resolverá con el inicio del año", remarcó.
Advertencias de la Corte Suprema y el Senado a Javier Milei siembran dudas sobre su plan
Lo que ocurre es que la cuestión que debe resolver Milei tiene ribetes políticos y también institucionales. Si los jueces de la Corte fueran designados por decreto aguantarían en el cargo apenas hasta el 30 de noviembre de 2025, cuando finaliza el próximo período de sesiones del Congreso, lo que no garantiza para el máximo tribunal la estabilidad que requiere un poder del Estado.
Pero además, esto sería así solo bajo la interpretación que hace el Gobierno sobre los nombramientos "en comisión" que autoriza la Constitución Nacional. El bloque de senadores de Unión por la Patria ya advirtió que ese mecanismo -que rige para los diplomáticos, por ejemplo- no abarca a los jueces de la Corte, por lo que sería institucional y, si Milei avanzará por esa vía, entonces votarían en contra de Lijo y García Mansilla y los dos quedarían fuera de carrera.
En tanto, días atrás, Rosatti señaló en una entrevista que "si hay cuestionamientos, en última instancia lo tiene que resolver la Corte", al ser consultado sobre la posibilidad de que Milei designe a los jueces por decreto. Envió así al Gobierno el mensaje de que la última palabra la tendrá el máximo tribunal.
En ese marco, también entra en juego la tensión interna entre los propios jueces de la Corte. Rosatti y Rosenkrantz están enfrentados con Lorenzetti, quien es señalado hace meses como el que le propuso al Gobierno postular a Lijo a pesar de los cuestionamientos a su "idoneidad moral" que surgen de entidades judiciales, empresariales y también de casi todos los bloques del Senado.
Todos estos elementos llevaron al gobierno de Milei a poner en revisión la idea del decreto, sin descartarla totalmente pero sin agitarla tampoco como la decisión más probable. Esperarán entonces al arranque de 2025 y evaluarán un poco más el escenario del Senado, mientras los jueces de la Corte también se mantienen en alerta.
¿Cómo funcionará la Corte Suprema con dos vacantes?
Anticipándose a la salida de Maqueda y la posibilidad de que Milei tuviera la excusa para nombrar a Lijo y García Mansilla por decreto, la semana pasada la Corte Suprema anunció la implementación de un mecanismo para poder funcionar con solo tres de sus cinco miembros, algo que complica la construcción de una mayoría para emitir un fallo.
El máximo tribunal acordó un sistema de reemplazos con jueces de Cámara para cubrir las vacantes cuando no haya mayoría para dictar una sentencia. La medida Rosatti y Rosenkrantz junto al saliente Maqueda. Lorenzetti fue el único en desacuerdo y horas después criticó públicamente a sus colegas. Habló de "ambición desmedida" y de "falta de respeto al Poder Judicial" y "a la sociedad".
Pero esa decisión de los jueces fue, ante todo, un aviso a Milei de que están dispuestos a discutir la necesidad de firmar un decreto para que la Corte funcione a pleno. En el máximo tribunal no hay animosidad contra el Gobierno, pero tampoco una plena confianza. Algo de eso deslizó el propio Maqueda antes de retirarse.
En el brindis que se organizó la semana pasada para homenajearlo, Maqueda lanzó: "No podemos renegar de 300 o 400 años de civilización ni quedar a la deriva de los hombres que, en estos momentos, hacen culto a la personalidad, se creen proféticos y ponen en riesgo la convivencia democrática".
La elección de sus palabras no pareció casual. Entre los 500 invitados que lo escucharon se entendió que era una alusión al Gobierno. Por si quedaran dudas, Maqueda advirtió que a pesar de que "la moderación haya sido dejada de lado y hoy se transiten los extremos", el Poder Judicial debe "volver a la prudencia" y "dejar sentada la defensa de las instituciones". Rosatti y Rosenrkantz escucharon atentos. Lorenzetti faltó.
La elección de las palabras no pareció casual. Entre los 500 invitados que lo escucharon, casi todos del Poder Judicial, se entendió que era una alusión al actual Gobierno. Por si quedaran dudas, Maqueda advirtió que a pesar de que "la moderación haya sido dejada de lado y hoy se transiten los extremos", el Poder Judicial debe "volver a la prudencia" y "dejar sentada la defensa de las instituciones".
En este contexto, tras la salida de Juan Carlos Maqueda la Corte Suprema ya empieza a funcionar con solo tres miembros y el gobierno de Javier Milei espera que esa situación se resuelva en los primeros días de 2025, ya sea en el Congreso o con un decreto que ahora genera más dudas que certezas, porque podría abrir un conflicto político más grave.