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Sube la tensión entre Milei y la Corte Suprema, entre el freno a Insfrán y advertencias cruzadas

En medio del fallo contra el "intocable" gobernador de Formosa, los jueces y el Gobierno intercambiaron señales de pulseada. El fuerte mensaje de Maqueda
POLÍTICA - 19 de Diciembre, 2024

El fallo de la Corte Suprema de Justicia que puso un freno a la reelección indefinida de Gildo Insfrán en Formosa se dio en medio de nuevas demostraciones de tensión entre el gobierno de Javier Milei y los jueces del máximo tribunal, a los que la Casa Rosada les advirtió que no los dejará funcionar con dos vacantes mientras madura la idea de cerrar el año con el nombramiento por decreto de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.

Con una decisión por unanimidad firmada por Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, el máximo tribunal declaró inconstitucional un artículo de la Constitución provincial de Formosa que habilitó la octava reelección de Insfrán. La Corte le puso así un límite a un dirigente histórico del peronismo con reputación de "intocable".

Más allá de los argumentos que esgrimieron Rosatti y Maqueda (en un voto conjunto), con la concurrencia de Rosenkrantz por un lado y Lorenzetti por el otro, el fallo fue también una demostración de fuerza por parte de una Corte que empezó a cruzar advertencias con el Gobierno de cara a la segunda vacancia que dejará Maqueda cuando se jubile el 29 de diciembre.

En las horas anteriores y posteriores al fallo de alto impacto político que le puso un freno al inoxidable y siempre influyente Insfrán, los jueces Rosatti y Rosenkrantz, con fuerte apoyo de Maqueda, enviaron dos señales al gobierno de Milei de que se disponen a resistir el eventual nombramiento por decreto de García Mansilla y de Lijo, este último apadrinado por Lorenzetti.

Javier Milei, la Corte Suprema y un cruce de advertencias en medio del fallo sobre Gildo Insfrán

Los pliegos de esos dos jueces propuestos por Milei siguen estancados en el Senado. El Gobierno se plantó en no reemplazar a García Mansilla por una mujer como le propuso el peronismo y en que quiere "los dos o ninguno". Mientras pasan los días y se acerca la jubilación de Maqueda, crecen las chances de que el Presidente los nombre por decreto. Deslizan que podría ser el 2 de enero.

"Para nosotros la Corte no puede funcionar con tres miembros, es algo impensable", insisten en los despachos más encumbrados de Casa Rosada, como justificativo anticipado para el decreto de Milei. Pero el miércoles, a última hora de la tarde, el máximo tribunal desafió ese argumento y avisó, a su modo, que sí podrá.

Horas antes de firmar el fallo contra Insfrán, la Corte sorprendió al anunciar un sistema de reemplazos (con jueces de Cámara) para cubrir sus vacantes cuando no haya mayoría para dictar una sentencia, algo que es muy probable que ocurra por la ruptura de la relación de Lorenzetti con Rosatti y Rosenkrantz. De hecho, la medida la tomaron ellos dos junto al saliente Maqueda.

Esto cayó mal en el Gobierno y el encargado de comunicar el malestar fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Con su tono moderado y diplomático, deslizó una crítica al funcionamiento del máximo tribunal al señalar que "cuando uno mira los tiempos que llevan los fallos de la Corte, es lamentable que tenga 15 o 20 años para dictar sentencia, es inusual", y sobre esa línea remató: "No sé si puede funcionar con tres jueces".

"Desde el punto del vista del quórum podrá, pero en términos de eficiencia procesal me cuesta creer que podamos tener una Corte con tres miembros", subrayó Francos en declaraciones radiales este jueves. Seguidamente, al ser consultado por el posible decreto de Milei, respondió: "El Presidente lo tiene en la cabeza y lo utilizará en el momento que corresponda; es una decisión de él. Sabe que la Constitución lo habilita".

¿Un mensaje de la Corte Suprema a Javier Milei?: la fuerte advertencia del juez que se irá a fin de año 

De esta manera el gobierno de Milei respondió a la jugada de los jueces enfrentados internamente con Lorenzetti (promotor de la candidatura de Lijo) y ratificó la postura con la que justificaría la eventual cobertura de las vacantes por decreto. Pero a esto le siguió un mensaje más fuerte aún de la Corte al gobierno de Milei pronunciado por quien hoy menos tiene que perder: el saliente Maqueda.

Poco después del sonoro fallo sobre Formosa, este mismo jueves hubo un brindis para despedir a Maqueda, quien llamó a "defender las instituciones de la democracia, la república y el Estado de derecho" en momentos en que "corren serios riesgos" y agregó: "No podemos renegar de 300 o 400 años de civilización ni quedar a la deriva de los hombres que, en estos momentos, hacen culto a la personalidad, se creen proféticos y ponen en riesgo la convivencia democrática".

La elección de las palabras no pareció casual. Entre los 500 invitados que lo escucharon, casi todos del Poder Judicial, se entendió que era una alusión al actual Gobierno. Por si quedaran dudas, Maqueda advirtió que a pesar de que "la moderación haya sido dejada de lado y hoy se transiten los extremos", el Poder Judicial debe "volver a la prudencia" y "dejar sentada la defensa de las instituciones".

Entre el público que lo aplaudió estuvieron sus pares Rosatti y Rosenkrantz. El único ausente fue Lorenzetti, en otra muestra del áspero clima interno del máximo tribunal.

Cuando le tocó hablar a Rosatti como presidente del máximo tribunal, calificó a Maqueda como "una referencia y guía" para sus pares y una "voz siempre escuchada, respetada, ponderada y sabia". Y concluyó que su figura "hace cierta la afirmación de que haber participado en política antes de acceder a la Justicia no es un demérito, sino todo lo contrario".

El freno a la reelección de Gildo Insfrán: ¿una demostración de poder ante el Gobierno? 

Las palabras de Maqueda fueron un elemento más de la demostración de fuerza que pretende dar la Corte ante la inminencia de un posible decreto de Milei que, más allá de su efecto inmediato (el ingreso de dos nuevos jueces), los incomodaría con el tono crítico de sus fundamentos hacia el funcionamiento del Poder Judicial, que ya se encargó de adelantar Francos.

A pesar de haber salido por unanimidad, el fallo que frena una nueva reelección de Insfrán en Formosa forma parte de esa demostración de fuerza en medio de la discusión sobre su funcionamiento actual y futuro. La Corte le marcó un límite a un gobernador tras 29 años de poder indiscutido, que serán 32 cuando concluya su octavo mandato consecutivo en 2027. Asumió en 1995 y fue reelecto en 1999, 2003, 2007, 2011, 2015, 2019 y 2023.

La Corte declaró inconstitucional el artículo 132 de la Constitución de la provincia de Formosa que estableció que "el Gobernador y el Vicegobernador durarán cuatro años en el ejercicio de sus cargos, y podrán ser reelectos", sin precisar límite alguno. Los jueces sentenciaron que la reelección indefinida "diluye la separación de poderes" y "atenta contra el propio principio democrático".

De esta forma avalaron lo que planteó la semana pasada el procurador General de la Nación, Eduardo Casal, al sostener que las provincias deben respetar "la limitación del poder" y que las "múltiples reelecciones sucesivas -potencialmente indefinidas- conspiran contra la finalidad propia del Estado de Derecho".

Más allá del impacto de la noticia, lo más notable del fallo que frena la reelección indefinida de Gildo Insfrán es el contexto en el que se produjo. La Corte Suprema intenta mostrarse activa, eficiente y, sobre todo, independiente del poder político -que el formoseño representa como pocos- ante las advertencias que les hace llegar al gobierno de Javier Milei mientras evalúa la firma de un decreto que cambiaría la composición y el equilibrio interno del máximo tribunal.

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