Milei lanzó su campaña para 2025: baja de impuestos, motosierra profunda y pelea "con todos"
El mensaje del presidente Javier Milei por su primer año de gobierno funcionó como un lanzamiento informal de la campaña del oficialismo para las elecciones de 2025, con promesas de futuros "hitos" pero, sobre todo, con un discurso muy duro contra todos los espacios políticos que no se alineen con su programa a los que agrupó como parte de lo que llamó el "partido del Estado".
Con una nueva cadena nacional, Milei brindó un discurso que tuvo tres ejes centrales: un relato Anti casta" recargado; la promesa de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos; la aplicación de una "motosierra profunda" en el Estado y el anuncio de una reforma "para reducir en un 90% la cantidad de impuestos nacionales".
Todo ello forma parte de la campaña que lanzó para 2025 y que resumió con una frase: "Las elecciones del año próximo no se tratarán de personas sino de ideas, una elección entre los políticos rancios del pasado o nuestra agenda del futuro". Con esto, Milei trazó una línea de cara al año próximo y sugirió que la estrategia de polarizar el escenario político no apuntará solo al kirchnerismo, sino a todos los que no apoyen a La Libertad Avanza.
El mensaje cobra especial importancia por el punto crítico en el que está su relación con el PRO de Mauricio Macri, donde hay malestar por el trato que les empezó a dar el oficialismo e intuyen que no habrá alianza con el Gobierno en las elecciones del año próximo.
Javier Milei contra "el partido del Estado": el mensaje a rivales y aliados para la campaña 2025
En uno de los pasajes de su discurso a propósito de su primer año de mandato el Presidente remarcó: "En el mejor de los casos, decían que no teníamos la experiencia, la capacidad (…) Y en el peor de los casos, que nuestro Gobierno no iba a durar ni tres meses". Con esa línea aludió tanto a Macri como al peronismo que hoy encabeza Cristina Kirchner.
Más allá del diagnóstico económico y la lógica auto celebración de los "logros" (baja de la inflación, suba de salarios en dólares, baja de los homicidios en Rosario y fin de los piquetes), buena parte del discurso que Milei escribió junto a su asesor Santiago Caputo, el segundo hombre más fuerte del Gobierno, giró sobre ese mismo eje.
El Presidente afirmó que dirigentes políticos, sindicatos y también periodistas "se han unido en defensa del statu quo como si pertenecieran a un solo partido: el partido del Estado". Esa será la nueva denominación para "la casta" en la campaña. El objetivo es agrupar a toda la oposición del mismo lado y tratar de forzar a los más dialoguista a pasarse a sus filas. "Pueden subirse al tren del progreso o pueden ser arrollados por él", lo resumió el líder libertario.
Frases como "lo positivo para la gente es perjudicial para la política", "la casta necesita que a la sociedad le vaya mal para que a ellos les vaya bien" o "no piensan en otra cosa que no sea explotar al máximo a la sociedad" sonaron a eslóganes de campaña para arengar a los ya convencidos y atraer a los dudosos en un escenario de total fragmentación de la oposición.
Reduccion de impuestos y presión a gobernadores: el otro eje de la estrategia de Milei
Ese relato de cara a la campaña electoral, con todos los sectores políticos que se le opongan dentro del "partido del Estado", tiene otro costado: entre los principales ejes de su discurso se filtró una mayor presión sobre los gobernadores, que ya están molestos con la ausencia de un Presupuesto para el año próximo que no los deje a merced otra vez de la administración discrecional de los recursos nacionales por parte de Milei.
El Presidente anunció que su equipo está "terminando una reforma impositiva estructural para reducir en un 90% la cantidad de impuestos nacionales y les devolverá a las provincias la autonomía que nunca debieron haber perdido" para fijar sus propios gravámenes y tener mayor control sobre su recaudación.
Además, según supo iProfesional de fuentes gubernamentales, la idea de Milei va incluso más allá: quiere liberar al Estado nacional de todos los gastos posibles, incluida la construcción de viviendas, que también piensan traspasarle a las provincias y apostar, desde la Casa Rosada, a que crezca el crédito privado para el acceso a la vivienda.
Detrás del optimismo del anuncio sobre la reforma impositiva se esconde el aviso a los gobernadores de que la canilla de fondos nacionales -por ejemplo, para obra pública- seguirá cerrada y que, al que no le alcance con la recaudación provincial actual, deberá crear nuevos impuestos. La trampa salta a la vista: mientras Milei baja impuestos, el gobernador los sube. Otra forma de hacer campaña.
¿Qué hay detrás de la "motosierra profunda" que prometió el Presidente para 2025?
Aquí entra otro de los ejes centrales de su discurso como fue el anuncio de una "motosierra profunda" para "desandar capas geológicas" dentro del Estado. Orgulloso de haber echado a "34 mil empleados públicos", el Presidente prometió más ajuste del gasto público y seguir con la reducción de áreas y funciones del Estado.
"Es siempre contraproducente que el Gobierno nacional se encargue de cuestiones que pueden resolver los Estados provinciales o lo puede resolver el sector privado", remarcó Milei en su discurso. Fue otro mensaje a los gobernadores pero se inscribe en una lógica más profunda.
Milei puede anunciar e incluso avanzar en una reducción de impuestos nacionales sin precedentes precisamente porque su plan de mediano plazo es reducir al máximo posible los servicios que presta el Estado y dejar que se hagan cargo las provincias, si quiere el gobernador, o el sector privado. En el ideario del Presidente, casi todo lo que hoy está en manos del sector público puede hacerlo el privado. En su discurso volvió a dejar en claro esta postura.
Esta idea encaja a la perfección con una campaña que, como sugirió, se centrará en ubicar a todos los sectores que se le opongan dentro del "partido del Estado". Milei intenta llevar a la práctica en todos los aspectos aquella recordada frase en la que se autodefinió como "el topo dentro del Estado" que busca "destruirlo".
El mensaje electoral se potenció con la advertencia final que lanzó "al resto de la política" respecto de las reformas en materia impositiva, previsional, laboral, de seguridad y política que prometió para 2025: "Creyeron equivocadamente que haber elegido a este gobierno fue un arrebato caprichoso de la sociedad, pero la sociedad demostró que fue una convicción inquebrantable" y "los argentinos no toleraran ni tolerarán obstrucciones insensatas a nuestras reformas".
Un dardo al Congreso y el inicio del armado electoral propio
Nuevamente, el destinatario de ese mensaje fue toda la dirigencia política que no le dé apoyo a sus reformas y, en consecuencia, el Congreso, el actor institucional con el que más le cuesta lidiar a Milei y de donde seguramente saldrán varias de las figuras estelares de las próximas elecciones legislativas.
De hecho, en su discurso por cadena nacional no mencionó el Presupuesto 2025 ni tampoco el proyecto Ficha Limpia. Habló de impulsar normas penales como la ley de reiterancia o la "ley antimafias", que ya figuran en el temario tentativo que difundió el Gobierno la semana pasada para las sesiones extraordinarias del Congreso, que todavía no convocó.
Es decir, el Presidente mostró su decisión de no moverse ni un milímetro del estilo que mostró este año para ejercer el poder. En el Gobierno creen que eso es lo que lo mantiene con los índices más altos de popularidad, combinado con la baja de la inflación y del dólar.
Por eso prometió para el año próximo una mayor actividad económica (que "ya empezó a repuntar", según resaltó) y un "crecimiento sostenido del poder adquisitivo". Milei y Santiago Caputo, su principal estratega político, entienden que si la economía funciona normalmente, el discurso de la anti política volverá a dar resultado.
De esta forma, Javier Milei repasó los "logros" de este año en cadena nacional para lanzar su campaña rumbo a las próxima elecciones. "Por primera vez en mucho tiempo, los argentinos tenemos algo que perder", afirmó en ese sentido. La polarización será con el kirchnerismo o con cualquier otro espacio político que lo enfrente, incluido el PRO. El objetivo es terminar de moldear una base electoral y de poder propia.