El gobierno de Milei siembra dudas sobre el Presupuesto 2025 y prioriza otras peleas

La aprobación del Presupuesto 2025, el primero de la gestión de Javier Milei, entró en duda en los últimos días porque el propio Gobierno empezó a restarle importancia en comparación con otras pulseadas legislativas, como el intento de la oposición de rechazar el DNU que facilitó los canjes de deuda, a las que le dan más prioridad pero también utilizan como excusa.

El gobierno de Milei concentra por estas horas todos sus esfuerzos en restarle fuerza a la sesión que organizó el arco opositor de la Cámara de Diputados para este martes con el fin de modificar la ley que regula los DNU (quieren facilitar el rechazo parlamentario) y rechazar el decreto que habilitó al Ejecutivo a renegociar bonos de deuda sin pasar por el Congreso.

Si bien ambos temas son centrales para Milei, el avance opositor sobre el decreto 846/2024 es lo que más alarma a la Casa Rosada, donde advierten que si ese DNU cae su programa económico se verá dañado por el impacto que podría tener en los mercados. En la presión a los gobernadores para restarle votos a esa iniciativa, les hizo saber que si se rechaza ese decreto se retirará de la negociación por el Presupuesto 2025, lo que sería básicamente como dejar morir el proyecto.

No obstante, ese no es el único factor que pone en duda la ley de gastos e ingresos para 2025. El período de sesiones ordinarias del Congreso termina el 30 de noviembre y el Gobierno deja trascender que no lo extenderá, lo que acota muchísimo los tiempos. Es una de varias señales que da el propio oficialismo y que sugieren que no le preocupa la posibilidad de gestionar otro año sin Presupuesto, pese a la puesta en escena que hizo Milei cuando lo presentó en septiembre.

"El Presupuesto está liquidado, no va a haber", aventuró ante iProfesional un operador parlamentario de la oposición, donde varios tuvieron siempre la sospecha de que Milei, en realidad, no quiere tener la "ley de leyes" porque prefiere reconducir de forma discrecional las partidas de 2023 como hizo este año.

¿Javier Milei quiere tener Presupuesto 2025?: el cambio de prioridades del Gobierno 

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue quien afirmó la semana pasada que "no está previsto que se convoque a sesiones extraordinarias". Según supo este medio, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, les habría transmitido lo mismo a algunos jefes de bloque.

Esto, que ya acota muchísimo el tiempo que tiene el parlamento para aprobar la ley antes del 30 de noviembre (el plan inicial de La Libertad Avanza era votarla en Diputados el 20 o 21), se complementa con otro gesto: hace dos semanas que José Luis Espert no reúne a la Comisión de Presupuesto y Hacienda para continuar con el debate.

Pero además, el Gobierno cambió su orden de prioridades para el final del año y allí no está solo el tema de los DNU. La Casa Rosada quiere que avance en el Senado el debate sobre los jueces que propuso Milei para la Corte Suprema y en un despacho cercano a la oficina presidencial señalaron a iProfesional que para ellos "integrar la Corte es más urgente que tener un Presupuesto".

El Gobierno asegura que el máximo tribunal no puede funcionar con tres miembros, pero la situación también los lleva a mostrar desdén por la ley presupuestaria. "Si pudimos gobernar un año sin Presupuesto, podemos hacerlo dos años", repiten cada vez con más frecuencia en los pasillos de Balcarce 50.

Allí se percibe que si bien la pulseada por los DNU que se perfila para este martes es muy importante para Milei porque amenaza con dejarlo sin dos herramientas clave para su gestión, el Gobierno también aprovecha otros temas para restarle importancia a la aprobación del cálculo de gastos e ingresos.

Las señales de Casa Rosada sobre el Presupuesto: ¿cambio de planes o estrategia de presión?

Incluso, si de gestos se trata, el propio Francos afirmó días atrás: "No tenemos una urgencia en que el Presupuesto sea aprobado. Creemos que sería un buen signo institucional que el Congreso de la Nación lo apruebe, pero si no lo hace seguiremos con la prórroga del Presupuesto actual".

Pero, por otro lado, las dudas que siembra el propio Gobierno sobre la aprobación del proyecto también sirven como un elemento de presión porque en el arco opositor también hay varios jugadores -entre ellos los gobernadores- que quieren que haya Presupuesto 2025 para que Milei no tenga la oportunidad de asignar y recortar partidas discrecionalmente el año próximo.

Es la preocupación que hay en el bloque de la UCR que encabeza Rodrigo de Loredo y en Encuentro Federal de Miguel Pichetto, además de espacios provinciales, donde opinan que "lo mejor sería que se apruebe un Presupuesto como sea" para impedir que el Gobierno pueda "manejar recursos a discreción en un año electoral", según supo iProfesional de fuentes parlamentarias.

En el Congreso hay desconcierto sobre las verdaderas intenciones de Milei, si es que realmente no le preocupa tener Presupuesto para el año próximo y busca responsabilizar a fin de año a "la casta política" para darle continuidad a su relato o si en verdad intenta presionar a los opositores que creen que ese escenario sería peor para ellos que para el oficialismo.

Por esa razón, Encuentro Federal planea aprovechar la sesión de este martes para emplazar a la Comisión de Presupuesto a emitir dictamen y llevar el proyecto al recinto según deslizaron fuentes de la oposición a iProfesional. Consideran que, en efecto, el Gobierno "no quiere" tener ley presupuestaria y buscan impedir que la deje caer.  

Y es que, en efecto, los gobernadores de la UCR, del PRO y del peronismo no K ya le acercaron al Presidente sus reclamos en torno al Presupuesto 2025, como la cancelación de las deudas con las cajas jubilatorias provinciales, fondos para las obras públicas que la Nación les traspasó y devolución de la retención que les hacía la AFIP. Nunca tuvieron mucha fe en poder llevarse todo, pero sin ley presupuestaria no habría nada de eso.

¿Cuáles son las proyecciones del Presupuesto 2025?

El Presupuesto 2025 que Milei fue a presentar personalmente al Congreso el 15 de septiembre pasado, proyecta que la inflación se desacelerará y será 18,3% interanual, el nivel más bajo en más en diez años, y que el dólar oficial llegue a $1.207 para diciembre de ese año. Pero el eje central del proyecto es la regla de "déficit cero" que incorporó Milei como condición inviolable.

Por eso, la iniciativa estima recursos totales por $125 billones, equivalentes al 16,5% del PBI (0,2 puntos abajo respecto a 2024) y gastos totales también por $125 billones. Ante los reclamos de mayores recursos para jubilados y universidades que levanta la oposición, el Gobierno respondió que recorten otras partidas para financiarlos.

Sin embargo, en ese marco buena parte de la oposición quiere recortar los "gastos tributarios", un compendio de beneficios y exenciones impositivas por el que el Estado resigna alrededor de 3 puntos del PBI en recaudación. La idea no le agrada al oficialismo y es uno de los puntos que meten ruido en el tratamiento del proyecto.

Por otro lado, el texto anticipa un superávit en términos del PBI con un resultado primario de 1,3%. El Gobierno estimó un resultado financiero superavitario de $190.655 millones y un crecimiento del PBI de 5% tras una caída proyectada en 3,8% para este año, pero prevé que sea sostenido en los años siguientes (otro 5% en 2026 y 5,5% en 2027).

Sin embargo, la incógnita sigue siendo si el gobierno de Javier Milei quiere ver este Presupuesto aprobado o si les da lo mismo, como parecen sugerir funcionarios y voceros extraoficiales. Lo cierto es que las otras peleas que se vienen en el Congreso distorsionan el panorama y ponen a la Casa Rosada a revisar su orden de prioridades.