Elecciones en Estados Unidos: cómo dan los números finales de Harris y Trump
Faltan dos días para las elecciones y Kamala Harris y Donald Trump se sacan entre 0,5 y 2 puntos en los promedios de encuestas sobre el voto popular, con Harris arriba en la mayoría de ellos.
En Pensilvania, el más decisivo de los siete estados que definirán al sucesor de Joe Biden en el Colegio Electoral, la vicepresidenta demócrata le lleva un punto al ex mandatario republicano, de acuerdo con algunos sondeos. Para otros, la ventaja es de Trump, también por un punto porcentual. Otras encuestas directamente apuntan al cero total: 48% de intención de voto para la ex senadora y 48% para el empresario.
Los norteamericanos llegan a su nuevo supermartes presidencial con mucho suspenso y una duda clave: ¿la paridad es el reflejo fiel de una nación partida en mitades perfectas en una guerra política y cultural o es un artefacto construido por sondeos incapaces de detectar corrientes subterráneas, como lo fueron el voto tímido por Trump en 2016 y 2020 o el voto bronca de los demócratas por los fallos antiaborto en 2022?
El empate técnico fue la constante de estos 75 días de contienda entre Trump y Harris. La vicepresidenta encabeza los promedios de sondeos desde inicios de agosto, poco después de que Biden renunciara a su candidatura, el 21 de julio. Sin embargo, propulsado por el apoyo de jóvenes de minorías negros y latinos, Trump empezó, en la segunda semana de octubre, una remontada que permitió a los republicanos ilusionarse con el regreso a la Casa Blanca y edificar un relato de victoria inevitable que persiste hasta hoy, señala La Nación.
Elecciones en EE.UU.: números finales de Harris y Trump
La remontada de Trump y la estabilización de Harris están, claro, dentro del margen de error.
1- ¿A quién subestiman esta vez las encuestas?
Tanto miedo tienen que algunos especialistas hicieron oír, en los últimos dos o tres días, sus sospechas de que muchas consultoras recayeron en una práctica que les permite acercar sus resultados a los de sus colegas.
La táctica se denomina "herding" y sería algo así como llevar en manada los resultados. Por eso, argumentan esos expertos, los sondeos de los estados clave terminan todos en empate mientras que eso no sucede en los estados menos disputados. Ninguna consultora se arriesga a apartarse mucho del promedio para evitar una equivocación demasiado visible.
¿Entonces si la paridad puede ser artificial, qué están pasando por alto las encuestas?
Los republicanos, obviamente, responden que a ellos. Enumeran varias razones: algunos votantes aún sienten vergüenza de inclinarse por un candidato tan adicto a los insultos y a las declaraciones racistas o sexistas como Trump; otros desconfían profundamente de los encuestadores por haber subestimado a su líder y otros están tan lejos de los centros del poder que el establishment los ignora.
Algunos especialistas, sin embargo, disienten con los republicanos. "Hay razones para creer que, como resultó ser el caso de Trump, hay todo un arco de votantes de Harris que no está siendo medido", advirtió, ayer en una columna en el sitio Politico, el analista de datos electorales Justin Brown.
¿Cuáles son esos seguidores olvidados de la vicepresidenta? "Uno de esos grupos son los republicanos que crecientemente se sienten fuera de su partido; esos son los votantes de Nikki Haley", agregó Brown y explicó que el 36% de esos republicanos dice, en sondeos privados, que se inclinará por la candidata demócrata.
2. ¿Espejismo rojo u ola antioficialista?
El "herding" o el voto ignorado no son los únicos ejes de controversia con los sondeos en esta campaña 2024. Dirigentes demócratas y especialistas acusan a los republicanos de inundar las redes y los medios con encuestas partidarias de baja calidad para construir la sensación de que Trump no solo crece sino que es imbatible. Tan invencible que este año, a diferencia de 2016, podría ganar el voto popular además del Colegio Electoral.
El relato de invencibilidad tiene otro pilar; los sitios de apuestas acompañaron la remontada de Trump en octubre con un crecimiento sostenido de las probabilidades de triunfo republicanas.
Esos sitios, sin embargo, registran desde el martes pasado una caída en pique del expresidente y una recuperación proporcional de su rival. ¿Por qué? Las expresiones de racismo, chauvinismo y sexismo que dominaron el acto republicano del domingo pasado en el Madison Square Garden podrían haber alienado a votantes decisivos para Trump. Los sondeos, ciertamente más científicos que los sitios de apuestas, reflejan ese cambio más tenuemente, pero de forma lo suficientemente clara como para inquietar a la campaña republicana con que su relato de invencibilidad apenas puede ser un espejismo el próximo martes.
Los errores no forzados de un Trump incontenible son el desvelo de los asesores del expresidente. Ellos preferirían que su candidato se concentrara sin distracciones en cuestionar la economía de Biden, la gran debilidad de una Harris que aún no logra articular políticas de costo de vida sólidas y diferenciadas, y en resaltar su propia gestión de crecimiento entre 2016 y 2020.
3. ¿Cuán grande será la máquina azul?
Los demócratas son conscientes de que la crisis de costo vida y los precios en niveles inesperados son su mayor debilidad. Pero se ilusionan con que todos los norteamericanos estén ya empezando a sentir en sus vidas diarias los beneficios de cifras de crecimiento y desempleo que deslumbran al resto del mundo.
Los números del sufragio anticipado, sin embargo, no son del todo favorables para los demócratas. "Cuando los votantes votan, ganan los demócratas", dice un refrán norteamericano. Parece una perogrullada pero no lo es; la frase indica que la historia muestra que a mayor participación electoral, más chances tiene los demócratas de llegar a la Casa Blanca. Y por ahora el voto anticipado no muestra gran movilización.
A cifras de este sábado, habían votado ya 69,2 millones de norteamericanos. Es casi el 45% de los sufragios totales de 2020, pero no está a los niveles de voto anticipado de ese año, cuando a esta altura de la campaña ya habían depositado su boleta 87 millones de estadounidenses.
Inquietos, los demócratas advierten que, en 2020, la pandemia condujo a millones de norteamericanos a votar por mail o por anticipado en persona para evitar el contagio en las colas eternas del martes electoral. La participación ese año fue significativamente más alta que la de 2016 (66,5% contra 60%), una afluencia determinante en la victoria de Biden.
La maquinaria demócrata ese año fue también decisiva y este año los será más. Un aparato que supera en recursos, financiación, donaciones, personal pago, oficinas y determinación al republicano promete movilizar hasta el último votante de hoy al martes. Los números de la aceitada máquina demócrata son sorprendentes: 13 millones de visitas a hogares de votantes y 100 millones de llamadas en estados clave solo en octubre.