Lapiceras, llaveros y remeras: la exuberante cifra que gastó Kicillof en un evento de gamers
Hace 33 años, los Juegos Bonaerenses vienen realizándose de manera ininterrumpida, consolidándose como uno de los eventos deportivos más relevantes de la provincia de Buenos Aires. En 1992, nació bajo el nombre de Torneo Juveniles Bonaerenses, que tenía como principales competidores a estudiantes del nivel secundario y que tenía como objetivo apoyar a los atletas dentro del territorio, tal como se hace a nivel nacional con los Juegos Evita.
Desde entonces, este evento deportivo fue mutando y sumando cada vez más actividades y partícipes, como los adultos mayores, artistas y gamers. Con ello, también se necesitó ampliar los presupuestos que se destinaban año a año para su realización, que ya no incluye solamente el montaje de escenarios, la contratación de jurados y fondos para solventar el traslado de los jóvenes, sino también imponentes sumas para publicitar el evento.
Juegos Bonaerenses: la cifra que gastó la Provincia de Buenos Aires
En ese sentido, a mediados del mes de octubre, la administración de Axel Kicillof avanzó con la adjudicación de la licitación pública 527-0775-LPU24 para adquirir "cartelería, ornamentación y merchandising para los Juegos Bonaerenses". En un extenso listado de exigencias de 29 renglones, el gobierno provincial gastó $364.726.230,00, unos u$s313.069 al tipo de cambio actual.
Pese a que inicialmente se estimó un gasto inferior ($251.581.846), esta última semana se solicitó una ampliación en la compra, lo que terminó elevando el costo. Las empresas beneficiadas son: Delizzia Leonardo Andrés y Espectro Ideados S.R.L.
¿En qué se usaron esos más de 360 millones de pesos?
Según la página oficial Provincia de Buenos Aires Compras, el total de la suma fue destinado a bolígrafos, llaveros y remeras con la leyenda "Juegos Bonaerenses"; cartelería de lona, plástico y cintas; carpas; banderas; folletos; gigantografías; sombrillas y paraguas, todo ello con los colores característicos del evento y con el logo del Gobierno de Provincia de Buenos Aires.
También se compraron gazebos, 36 de ellos, 1100 calcos, 1052 gorras, 20.200 bolsas de tela (totebags), 23.000 flyers, 252 podios y, claramente, backs de premiación (138). Esta compra en medio de una "crisis presupuestaria", como la denominó el gobernador de Unión por la Patria, despertó malestar dentro del oficialismo nacional.
Los reclamos de Axel Kicillof a Javier Milei
Teniendo en cuenta que, este abril, Kicillof apuntó contra Nación por la reducción de fondos que podrían "afectar la continuidad y el sostenimiento de las instituciones" educativas y poner "en peligro el derecho a la educación", resulta contradictorio la nula reducción del gasto público que está empleando el mandatario bonaerense. También, este había afirmado que ese ajuste de la administración de Javier Milei, está generando una "paralización total" de las obras públicas, lo que afectará al vecino de provincia de Buenos Aires.
Bajo esa línea, Kicillof también acusó el Presidente de "robar los recursos de las provincias" al no habilitar ampliaciones presupuestarias tras la devaluación de la moneda. "Esto no es contra un gobernador, es contra el pueblo de la provincia". "Le quita la salud, la seguridad y la educación a los bonaerenses", había expresado el exministro de Economía de la era Cristina Kirchner.
Claro que, desde la administración bonaerense, afirman que estos gastos no pueden omitirse porque corresponden a eventos históricos en beneficio de los vecinos. Pero, el gobierno nacional discrepa de esas apreciaciones y afirma que los recursos alcanzarían si se administraran de manera responsable, eficiente y transparente.
En respuesta a ello, Kicillof aseguró mantener un "Estado austero", pero que no puede compensarse bajo ningún término "la injusticia" de un recorte de coparticipación "en la que la provincia aporta el 40 y recibe el 22 por ciento".
En tanto, desde la oposición provincial insisten en que, si bien los Juegos Bonaerenses son un evento tradicional, el presupuesto destinado a su promoción podría haberse reducido para redirigir esos fondos a áreas de emergencia tales como Seguridad, Educación y Salud que este momento están atravesando una profunda crisis. Estas carteras brindan beneficios directos a la ciudadanía con la mejora de hospitales y escuelas, en lugar de productos publicitarios para un evento que podría realizarse con un presupuesto reducido.
Teniendo en cuenta la agenda nacional, los despidos masivos de empleados públicos y eliminación de agencias, secretarías y ministerios que no resultan imprescindibles, los contribuyentes también se adaptaron a este modus de hacer política, por lo que esperan que -en un escenario de crisis económica- la administración sea más austera y se enfoque en satisfacer sus necesidades.