Guillermo Francos cruzó al papa por criticar la represión: "No habló de la inflación durante el gobierno anterior"

El cruce de declaraciones entre el papa Francisco y miembros del gobierno y la política nacional ha encendido el debate en torno al manejo de las políticas sociales y energéticas en el país. Todo comenzó cuando el Papa criticó el protocolo antipiquetes impulsado por el gobierno de Javier Milei, una medida diseñada para controlar manifestaciones.

 Francisco afirmó que, en lugar de ofrecer soluciones de justicia social, el gobierno "pagó gas pimienta".

 Estas palabras generaron respuestas contundentes desde el ámbito político, particularmente del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y del diputado José Luis Espert.

Críticas de Guillermo Francos al Papa Francisco

En respuesta a los dichos del pontífice, Guillermo Francos, Jefe de Gabinete, no dudó en cuestionar las palabras de Francisco. Francos criticó que el Papa no se refiriera a problemas de fondo como la inflación durante gobiernos anteriores que, según el funcionario, afirmaban preocuparse por temas sociales.

 El Jefe de Gabinete hizo énfasis en que esos gobiernos no habían abordado de manera efectiva las dificultades económicas, lo que contribuyó a agravar la situación inflacionaria que enfrenta el país en la actualidad.

Además, Francos defendió las acciones del gobierno en términos de economía y seguridad social, sosteniendo que se están tomando las medidas necesarias para revertir la situación económica y garantizar el orden público, aunque algunas de estas decisiones puedan parecer controversiales.

 "El Papa ha sido selectivo en su crítica, omitiendo mencionar los problemas estructurales que arrastramos de administraciones anteriores", expresó Francos.

José Luis Espert también se suma a las críticas al Papa Francisco

El diputado nacional José Luis Espert también intervino en el debate, con un tono más severo que el de Francos. En declaraciones a la prensa, Espert acusó a Francisco de decir "una cantidad de estupideces inimaginables" y criticó lo que consideró una postura ideológica de la Iglesia en contra de las políticas liberales.

Según Espert, tanto el Papa como la Iglesia "sangran por la herida con los liberales", sugiriendo que el discurso de Francisco está motivado por una aversión hacia las reformas económicas que promueve el actual gobierno.

Espert fue aún más contundente al calificar al Papa de "ignorante supino", señalando que el líder religioso no estaría en posición de opinar sobre los desafíos políticos y económicos del país. Para el diputado, las opiniones del Papa representan una injerencia en la política interna y una defensa de posturas que han fracasado en el pasado.