"Justicia 1.0": mientras los ciberdelitos se multiplican, las causas tardan meses en avanzar
El 29 de enero pasado, el presidente de una empresa con sede en la Ciudad de Buenos Aires transfirió poco más de tres millones de pesos al CBU de una cuenta bancaria que le pasó un conocido a través de WhatsApp. Su contacto le ofreció venderle dólares, porque necesitaba los pesos de manera urgente, escribió.
La historia tuvo final previsible: los dólares nunca llegaron, al conocido le habían hackeado la aplicación y el pedido de dinero provino de un estafador.
Idas y vueltas en la Justicia por estafas y ciberdelitos
La víctima hizo la denuncia penal y el caso recayó en un juzgado en lo Criminal porteño. Se rastreó con rapidez la cuenta destino de la transferencia y se la localizó en San Vicente, provincia de Buenos Aires.
Aquí apareció el conflicto vinculado a dónde debía seguir el caso, en CABA o en San Vicente.
El 27 de marzo de 2024 y en acuerdo con el fiscal a cargo de la pesquisa, el juzgado declaró la "incompetencia en razón del territorio" y envió el expediente al juzgado de instrucción en turno en la localidad de San Vicente
La querella del estafado apeló. En agosto último, casi cinco meses más tarde, la Cámara en lo Criminal le dio la razón y decidió que la investigación siga en la ciudad de Buenos Aires.
Detrás de cada causa como esta, de cada denuncia, hay una víctima a quien le vaciaron una cuenta bancaria, le sacaron el sueldo o sus ahorros o gestionaron préstamos personales que luego le exigen pagar.
Cada juez con su librito
Cómo y dónde investigar estos delitos son algunas de las cuestiones para las que no hay un solo "librito" en los pasillos judiciales.
Las últimas estadísticas de la Unidad Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) de la Procuración General de la Nación indican que el fraude con usurpación de identidad —caso típico de robo de la cuenta de WhatsApp— está en alza y la tendencia sigue igual en lo que va de 2024, explica a iProfesional su titular, el fiscal Horacio Azzolin.
Hasta marzo de 2023, las denuncias por acceso ilegítimo a cuentas de ese sistema de mensajería se habían incrementado en un 169,9 por ciento.
¿Se puede recuperar el dinero? "La posibilidad está presente, porque se puede bloquear las cuentas. Hay casos en que se ha recuperado. Si no haces la denuncia ni siquiera das la chance a la Justicia de poder intervenir", explica.
A la hora de tener éxito en la investigación, el fiscal especializado detalló que "el universo de casos es enorme, depende mucho de la rapidez con que la víctima haga la denuncia y de la información que suministre"
Es verdad que hay muchos jueces, fiscales y criterios, al igual que a la hora de investigar cualquier otro delito, pero "más allá de eso, lo importante es que se avance. Es un nuevo desafío en los fraudes a distancia tratar de determinar dónde va a quedar radicado un caso. No hay una respuesta unívoca, hay muchos juzgados con muchos criterios distintos"
En la Justicia argentina "se ha avanzado mucho en capacitación y el Poder Judicial argentino es de los mejores en ese aspecto, pero hay visiones distintas, como hay visiones distintas en un montón de otros casos", apunta el fiscal.
La cantidad de denuncias por ciberestafas ha desbordado los tribunales porque -de manera principal- es necesaria la prevención, algo a lo que apunta la UFECI, remarca Azzolin
"Apuntamos a la prevención para minimizar los riesgos en la ciudadanía", agregó porque "se opera con mostrarte algo tentador, un descuento, un producto más barato. Hay que tener presente que nadie te va a ofrecer dólar más barato porque no es negocio, por ejemplo. Juega con la psicología de la gente"
Falsa cuenta de automotriz
En otro caso, unos estafadores abrieron cuentas en sistema de mensajerías con el logo de una reconocida empresa automotriz. Había incluso un código QR que derivaba a la página web de la firma, para darle más credibilidad.
Desde esa cuenta promocionaron la venta de falsos planes de ahorro previo, incluso usaron comentarios positivos de presuntos clientes. Uno de los estafados presentó la denuncia penal y se planteó el conflicto relativo a qué fuero debe investigar, porque se usó de manera habitual el logo de marca sin tener derechos sobre ella. La violación a la Ley de Marcas es un delito federal.
Un juez en lo Criminal rechazó apartarse del caso, el fiscal a cargo apeló y la Cámara del fuero decidió enviar todo a Comodoro Py 2002.
"No existió una reproducción 'ocasional' del logo, pues los imputados mantuvieron comunicaciones con el denunciante durante al menos cuatro meses mediante un correo electrónico con dominio '(…)' y le enviaron facturas con logos de "F" y códigos QR que dirigían al sitio oficial de la empresa; al tiempo que se comunicaban paralelamente por WhatsApp con una foto también de 'F'", detalló esa resolución judicial.
El juez que tenía el caso sostuvo que se cometió una estafa y que se usaron los logotipos con la finalidad "exclusiva" de montar "una escena o ardid que provocó el error" en el denunciante y sus pagos a la falsa empresa.
Durante cuatro meses mostraron la marca en el perfil de WhatsApp, en el dominio del correo electrónico y en los comprobantes que enviaron al damnificado por cada pago que realizó. Finalmente, la Cámara Nacional en lo Criminal derivó el caso al fuero federal.
Delinquir detrás de una computadora
El titular de la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Ciberdelitos de San Isidro, Alejandro Musso, apunta por su parte que la Ley de Delitos Informáticos generó nuevos tipos penales específicos y en los ciberdelitos "introdujo figuras como daño informático, intrusión a bases de datos sin autorización, delitos vinculados a estafas y defraudaciones por medios telemáticos y en utilización de medios de pago como tarjetas de crédito"
"Uno de cada cinco delitos hoy es ciberdelito, pero en diez años esto se va a multiplicar y por lo menos tres o cuatro de cada cinco estarán vinculados a la tecnología porque el delito tradicional ha dejado de pagar porque sacan la misma ganancia atrás de una computadora", advierte el fiscal consultado por iProfesional.
Es "un problema grave, que no se está tomando con la seriedad que se tiene que tomar. Hoy las facultades egresan abogados que no saben de tecnología, hoy en día los delitos tradicionales se investigan con tecnología".
"Un abogado que tiene que representar a un cliente en un delito así tiene que contar con conocimientos, ya sea querellante o defensor, desde el punto de vista de las víctimas vienen a pedir medidas que retrasan el trámite de la causa. Pueden dejar indefensas a las víctimas porque no saben qué pedir", agrega.
Sobre lo que ocurre en la Justicia, explica que "hay un desafío mundial en la investigación del ciberdelito y no somos la excepción. Estamos en una etapa de transición, a nivel académico y organizativo del Estado, al darse cuenta de que el problema surge de golpe y desde 2019 en adelante eclosiona"