Milei busca frenar ofensiva contra DNU sobre la SIDE: guiño de la UCR y furia con Pichetto
En el gobierno de Javier Milei hay preocupación por lo que pueda ocurrir con el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que amplió el presupuesto para los "gastos reservados" de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) en el Congreso, donde el bloque de diputados que encabeza Miguel Pichetto empuja un rechazo que ahora el oficialismo se entusiasma con poder contener.
El tema interesa particularmente al influyente asesor presidencial Santiago Caputo, que se metió de lleno en la reorganización de la SIDE cuando promovió el pase de esa área de la Jefatura de Gabinete a la Presidencia y ubicar al frente a Sergio Neiffert, un hombre de su confianza.
Según pudo corroborar iProfesional con fuentes de Casa Rosada, es el más irritado con el intento de rechazar el DNU 656/24 que amplió en $100.000 millones el presupuesto de la SIDE y, por eso, sigue minuto a minuto los movimientos del Congreso en torno a dos comisiones bicamerales estratégicas para este tema: la que evalúa los decretos y la que controla a los organismos de inteligencia.
La estrategia de Caputo, para la cual empezó a recibir la sorpresiva ayuda de la UCR en el Congreso, pasa por evitar que el decreto sea tratado por la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo (y se vote en el recinto de Diputados, donde hay chances de que sea rechazado) y que, en cambio, los "gastos reservados" se discutan en la Bicameral de Inteligencia a la par que intenta controlarla.
Después de muchas idas y vueltas, la Comisión Bicameral de Inteligencia se reunirá el próximo martes a las 16:00, según adelantaron a iProfesional fuentes parlamentarias, para constituirse y definir quién será su presidente, que debe ser de la oposición. Allí el oficialismo tiene una interna a resolver: Caputo promueve al senador Edgardo Kueider, peronista no K con el que trabó un buen vínculo, pero la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, impulsa a Enrique Goerling, del PRO.
¿El Gobierno puede sostener el DNU sobre la SIDE?: la furia con Miguel Pichetto
El interés de Caputo en esa comisión y en que el DNU se encapsule allí tiene que con el control de los "gastos reservados" de la SIDE que fueron ampliados, frente a la sospecha de la oposición de que se usarán en gran parte para financiar a la tropa "digital" de los libertarios que inundan las redes sociales con insultos, ataques varios y "fake news" contra cualquier político o periodista que cuestione al gobierno de Milei.
"El ámbito de discusión del presupuesto de 100 mil millones es en la Bicameral de Inteligencia", sentencian en la Casa Rosada, mientras apuntan a la "hipocresía" de las críticas opositoras por el uso que todos los espacios políticos le dieron históricamente a la SIDE y aseguran que la cifra "no es exorbitante" e incluso "es poco para todo lo que hay que hacer por cómo dejaron" el organismo, al tiempo que invocan la "seguridad nacional" como fundamento para la ampliación presupuestaria.
Al mismo tiempo, en los pasillos que rodean el despacho del asesor no ocultan su furia con el bloque de Pichetto por la presión que ejerció en la Comisión que analiza los DNU y el intento de llevarlo al recinto para rechazarlo. Lo atribuyen al enojo del diputado Emilio Monzó por haber sido excluido de la Bicameral de Inteligencia. Hablan con bronca de "capricho" y de un supuesto interés en el manejo de los fondos de esa comisión "que siempre fueron arbitrarios y también son reservados".
Ese fue en realidad el origen del conflicto. Pichetto había acordado personalmente con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, un lugar para Monzó en esa comisión, con la aspiración de presidirla, pero el riojano luego le comunicó el cambio de planes. "Fue Caputo", deslizaban por entonces en el bloque Encuentro Federal.
En los pasillos del Congreso deslizan que ese movimiento se debió a la desconfianza de Caputo sobre Monzó, la misma que tendría respecto del PRO (la relación con Mauricio Macri, se sabe, que es tensa) y por la que quiere ubicar a Kueider al frente de la comisión que debe controlar los gastos de la SIDE y no a Goerling.
Guiño de la UCR al oficialismo: ¿los radicales ayudarán al Gobierno?
De cualquier forma, Pichetto y Monzó hicieron sentir en Diputados su bronca con el incumplimiento del acuerdo. Primero dejaron sin quórum una sesión impulsada por el oficialismo y días después, a través de Nicolás Massot, intentaron meter el tratamiento del DNU en el último debate de la Cámara baja.
Sin embargo, en ese momento apareció el sorpresivo apoyo de la UCR al Gobierno. La mayoría del bloque radical que encabeza Rodrigo de Loredo votó en contra de la moción de Massot. Fuentes del espacio deslizaron ante iProfesional que ese sector hoy se inclina porque la ampliación presupuestaria para la SIDE se trate en la Bicameral de Inteligencia antes de que el DNU se vote en el recinto. Coincidencia con el oficialismo.
Esto complica los planes del bloque de Pichetto, donde evalúan convocar a una nueva sesión especial para votar el DNU. Creen tener los votos con la Coalición Cívica y los 99 de Unión por la Patria para rechazarlo y dejarlo a tiro en el Senado. Niegan que se trate de una "revancha" política como deja trascender el Gobierno y argumentan: "No hay plata para los jubilados, no hay plata para los docentes ni para nada… pero hay plata para la SIDE".
De esta manera apelan al "principio de revelación" con el que suelen jugar los libertarios: exponer los verdaderos intereses del rival. Un intento por sumar apoyo. Sin embargo, ahora desconfían de la UCR. En efecto, sin un apoyo mayoritario de ese bloque, la pulseada con el oficialismo sería bastante más difícil.
La situación alimentó la esperanza del Gobierno de evitar que el DNU sea rechazado y que la discusión sobre la ampliación presupuestaria para la secretaría de los espías se trate en la Bicameral de Inteligencia, aunque primero debe encontrar un acuerdo entre sus propias filas.
La interna oficialista, el último obstáculo para la estrategia del Gobierno
La Comisión Bicameral que controla a los servicios de inteligencia es la única del Congreso que funciona bajo secreto. Sus reuniones son cerradas al público y la prensa. Por eso, el ruido alrededor de la designación de sus autoridades es inusual. "Todo este quilombo es por la interna del Gobierno, que está lleno de internas", reconoció a iProfesional una fuente que juega a favor del oficialismo.
En su afán por controlar la comisión que debe fiscalizar los gastos y actividades de la SIDE, Caputo insiste con la figura de Kueider a pesar de que no está claro que el entrerriano reúna los votos para ser elegido presidente. La Bicameral tiene 14 miembros, de los cuales seis son de Unión por la Patria, que está enemistado con el senador y quiere expulsarlo del PJ desde que rompió con ellos y apoyó la Ley Bases. Parece difícil que lo apoyen.
En tanto, La Libertad Avanza tiene dos lugares (Gabriel Bornoroni y Cesar Treffinger); el PRO tiene otros dos (Goerling y Cristian Ritondo) más una senadora de otro bloque, pero que responde al gobernador macrista Ignacio Torres (Edith Terenzi); y la UCR otros dos (Martín Lousteau y María Coletta).
Tampoco está asegurado que todos ellos puedan apoyar a Kueider, menos cuando Goerling también está en carrera con el apoyo de Villarruel y, según señalan en la comisión, también de Patricia Bullrich. Las fuentes consultadas indicaron que a la ministra de Seguridad le interesa la Bicameral de Inteligencia porque allí hay una denuncia por presuntos apremios ilegales a personas detenidas durante la represión de las protestas contra la Ley Bases.
Así, la interna del Gobierno es clave para la comisión y también para la estrategia de Santiago Caputo que apunta a mantener en pie el DNU y tener algo de control sobre la revisión que haría la Bicameral. En ese contexto, empezó a sonar Lousteau como posible presidente del cuerpo, aunque no es la figura más simpática para la Casa Rosada y tiene una relación tensa con los gobernadores radicales.
En cualquier caso, el DNU de Javier Milei que amplió los "gastos reservados" de la SIDE se convirtió en el eje de una intriga palaciega que el Congreso tendrá que resolver en los próximos días, bajo el seguimiento de Santiago Caputo y la presión de bloques como el de Miguel Pichetto que quieren poner los focos sobre los manejos presupuestarios de la Casa Rosada, que atraviesa el 2024 sin un Presupuesto aprobado por ley.