Tras cumbre G-7, la relación entre Milei y Lula Da Silva continúa distante: ¿habrá acercamiento?
Si hay una misión imposible para la cuestionada canciller nacional, Diana Mondino, es la de apaciguar la grave crisis bilateral entre Argentina y Brasil por el destrato verbal de Javier Milei hacia Lula Da Silva, "comunista" y "corrupto" lo calificó en el pasado, producto de la abierta intervención del presidente brasileño a favor de las chances electorales de Sergio Massa en las elecciones presidenciales argentinas del año pasado. Lograr una reunión entre ambos es una utopía.
La apuesta de Lula por el team apadrinado por Cristina Kirchner no salió de la mejor manera para sus aspiraciones de perpetuar el poder que emanó desde la creación del Foro de San Pablo en la década del ‘90, una agrupación de partidos de la izquierda latinoamericana de quien Lula y el Partido de los Trabajadores fueron uno de sus principales animadores, pero en el mundo diplomático, económico y financiero nunca se pensó que las diferencias ideológicas entre los dos líderes fueran tan graves y la antipatía tan marcada y sostenida como quedó de manifiesto en la reunión del G-7 en Italia.
La reunión de las siete potencias industrializadas de Occidente tuvo invitados especiales además de la Argentina y Brasil. Estuvo el Papa Francisco pero, también, la India de Narendra Modi, que aprovechó la ocasión para sostener diálogos productivos con los líderes de EE.UU. Joe Biden y de Canadá, Justin Trudeau, con quienes su nación venía sosteniendo varias diferencias.
Tanto Mondino como varios diplomáticos de Itamaraty, como se conoce al ministerio de relaciones exteriores de Brasil, hicieron votos para que el lujoso complejo hotelero de Borgo Egnazia, a metros del mar Adriático y entre añejos olivos, lograra enternecer las almas de los presidentes que, sin embargo, prefirieron evitarse y transmitir incomodidad entre las dos delegaciones que observaban impávidas la frialdad entre los dos líderes como no se veía desde hace muchos años en las relaciones entre los dos países.
En este caso, huelga señalar que, como sostuvo el propio presidente Milei durante su exposición en la Cumbre Global por la Paz en Ucrania, "...no hay prosperidad económica sin comercio libre, y no hay comercio libre si no hay paz. El comercio libre naturalmente pacífica, porque como decía Bastiat, "donde entra el comercio, no entran las balas", o como decía Milton Friedman, "yo puedo odiar a mi vecino, pero si no me compra mi producto, voy a la quiebra".
Pues bien, esta última frase del Nobel de economía 1976, podría aplicarse sin dudar a la relación entre los vecinos Lula Da Silva y Javier Milei.
El ascenso de Javier Milei en los foros internacionales:¿qué pasa con Lula da Silva?
En materia geopolítica las últimas posiciones adoptadas por el presidente brasileño fueron muy criticadas en varias capitales occidentales.
No sólo no participó de la Cumbre por la Paz ucraniana, posicionándose más cerca de las posiciones del régimen agresor ruso liderado por Vladimir Putin sino que, además, retiró a su embajador de Tel Aviv, en Israel, por las tensiones existentes en la Franja de Gaza.
Da Silva, fue invitado a la reunión italiana del G-7, principalmente, porque está ejerciendo la presidencia rotativa del verdadero foro de gobernanza mundial que es el G-20, más importante, incluso, que las Naciones Unidas por el nivel de acuerdos alcanzados en el pasado, pero la defensa que está realizando de una mayor intervención de los estados para combatir el hambre y el cambio climático, de crear impuestos globales a los ricos y defenestrar en cuanto foro internacional se pueda a los políticos de la derecha liberal a los que considera perjudiciales para el sistema democrático, le ha valido el desprecio mostrado por varios invitados al G-7 y por la propia anfitriona que al momento de recibirlo prefirió no abrazarlo o mostrarse demasiado afectuosa con el presidente brasileño contrastando con la algarabía, las sonrisas y las palabras de afecto que mantuvo con Javier Milei.
Sin embargo, el gobierno brasileño no está solamente preocupado por la caída de la imagen y consideración en los foros internacionales del presidente de su país y el ascenso en los mismos escenarios políticos del presidente argentino, sino que miran con atención lo que están pensando y comparando sus propios compatriotas.
El déficit fiscal, ¿punto de desencuentro entre Lula y Javier Milei?
Mientras que, en Argentina, Javier Milei y sus liberales, están venciendo la batalla contra el déficit fiscal consiguiendo superávits en los últimos cinco meses, el Brasil de Lula Da Silva se hunde en el déficit que está preocupando a todo el círculo rojo de su país y pone en cuestión a la figura de su ministro de hacienda, Fernando Hadad.
El ministro de economía brasileño esta señalado por varios congresistas como un funcionario que no funciona porque no tiene la capacidad de controlar el déficit fiscal.
Sólo durante la pandemia de Covid-19 se registró un déficit fiscal tan alto como el actual. Las finanzas públicas del gobierno federal brasileño se desequilibraron en pocos meses. Al mismo tiempo que Argentina comenzó a obtener superávit de sus cuentas, Brasil se hundía en el déficit.
El déficit financiero fue de 41.325 millones de reales al final de abril, y alcanzó un récord de hasta 182.995 millones en diciembre del año pasado.
Asimismo, el resultado acumulado de los últimos 12 meses marcó un déficit financiero en torno a los R$ 843.315 millones. Nunca se había visto algo así con la sola excepción del período de pandemia, en un contexto de emergencia sanitaria.
En materia de imagen pública los cuestionamientos de la población no sólo se dirigen a Fernando Hadad sino al propio presidente brasileño al que tienden a comparar con su enemigo íntimo internacional, Javier Milei.
Recientemente, el diario Folha de Sao Paulo, publicó varias cartas de sus lectores que opinaron, de manera dividida, acerca de las dos figuras políticas más relevantes al sur del río Bravo.
José Cardoso de Río de Janeiro afirmó que "...el tiempo juega a favor de Milei porque la inflación está cayendo mientras que nuestro déficit y deuda no hacen más que crecer".
Arno Costas de San Pablo sostuvo en tono libertario, "...dar casas? Siempre alguien paga por ellas. Nos asfixian con tantos impuestos para sostener políticas populistas".
Son algunas de las opiniones que tienen en cuenta los puntos de vista económicos del presidente argentino que está muy presente a través de los seguidores de Jair Bolsonaro.
Precisamente, por algunos de ellos, entre setenta y cien partidarios del bolsonarismo que participaron del asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023 tras la asunción de Lula a la presidencia y huyeron a la Argentina, podrían empeorar las relaciones entre los dos gobiernos.
Los partidarios de Bolsonaro solicitaron ser aceptados como refugiados por razones políticas ante la Comisión Nacional para los Refugiados.
El gobierno de Lula busca juzgarlos y encarcelarlos, pero para ello necesita que la Argentina apruebe la extradición y desde luego no les otorgue el estatus de refugiados.
Luego de la gélida comunicación no verbal esgrimida por los dos presidentes ante el resto de los mandatarios presentes en Italia, el próximo capítulo conflictivo entre los dos contendientes estará relacionado con esta cuestión diplomática y judicial.