Crisis entre Milei y España pone en alerta a Wall Street y surge el primer chispazo con el FMI
Un funcionario del equipo económico admite que la bronca fue muy grande. Sucedió hace unos días, cuando la portavoz del FMI, Julie Kosack, dijo en público lo que -hasta ahora- era sólo una versión: que para la Argentina "no hay plata" fresca, al menos en el corto plazo.
Luis Caputo vivió el tema como una cuestión personal, una especie de revancha que algunos directores del organismo se tomaban contra él; una cuenta pendiente de su anterior paso por la función pública. Cuando, siendo presidente del Banco Central, "Toto" desoyó el reclamo del FMI para evitar intervenciones en el mercado cambiario, con los dólares enviados desde Washington.
La bronca en Economía tiene que ver más con las formas que con el fondo de la cuestión.
El presidente Milei había dicho que necesitaba u$s15.000 millones para levantar el cepo y a los empresarios del Grupo de los Seis les había confesado que su idea era avanzar con esa medida, tan esperada por los empresarios, hacia el mes de junio.
De ese total, el jefe de Estado guardaba la secreta esperanza de que una parte aportara el Fondo Monetario. No como un simple refinanciamiento de un vencimiento sino como un aporte concreto de fondos frescos.
El riesgo país, una mala señal
El enojo de los funcionarios se basa en la mala onda que el Fondo le terminó enviando al mercado financiero. Hasta hace poco, el Gobierno se esperanzaba con una baja paulatina, pero irremediable, en el "riesgo país".
El propio Milei llegó a sugerir que podría salir al mercado voluntario de deuda cuando el "riesgo país" descendiera a 1.000 puntos.
El índice bajó de casi 3.000 puntos de diciembre hasta los 1.200 casi sin interrupciones. Pero ahí se estancó.
Los financistas aguardan señales desde la política para seguir con las apuestas: la Ley de Bases, con las principales medidas de Gobierno, aún no se aprobó. Y desde Buenos Aires salen informes económicos, de parte de consultoras afines al oficialismo, que echan sombras sobre el rumbo económico.
Entre esos reportes figuran los de Miguel Angel Broda y Carlos Melconián, a quienes el Presidente subestima desde los escenarios.
El argumento del FMI y el pedido del Gobierno
Dos fuentes distintas, ambas en los Estados Unidos, confían a iProfesional que el directorio del Fondo Monetario se resiste a aumentar la exposición en la Argentina.
Y que esos directores, mayoritariamente europeos, quieren ver si el Gobierno, efectivamente, es consistente en el plano fiscal en lo que resta del año.
A sabiendas de esa resistencia fue que la canciller Diana Mondino pidió a la Casa Blanca una señal concreta: que el FMI reduzca las sobretasas que le cobra a la Argentina por aquella sobreexposición.
Paradójicamente, se trata de un reclamo similar al que realizaban Alberto Fernández y Martín Guzmán allá por el año 2020.
No es que Mondino se haya vuelto kirchnerista ni mucho menos, pero el Gobierno siente que necesita una señal concreta de los organismos para diferenciarse en los hechos concretos.
Desde el FMI, por ahora, no hubo ahorros en elogios y en mandar buena vibra, pero nada de dólares. Justo lo que necesita la Casa Rosada para convencer a Wall Street de que las reformas no tienen vuelta atrás.
El frente internacional y la economía
La crisis diplomática que acaba de estallar con España no puede desconectarse del futuro económico de corto plazo.
Las principales empresas españolas con fuertes inversiones en la Argentina no dudaron en encolumnarse con el Gobierno de Pedro Sánchez, a pocas horas del conflicto. Para esos compañías y bancos no hay medias tintas ni confusiones: no importa si están de acuerdo ideológicamente con el Gobierno de turno. Antes que nada privilegian el respeto y el orden democrático en su país. Y se unifican en consecuencia.
El mundo de los negocios rehúye de los conflictos cuando estos escalan y, sobre todo, cuando no tienen ninguna razón de ser.
Ya lo vivió el kirchnerismo: no sólo se trata de "levantarla en pala", como se jactaba la expresidenta Cristina Kirchner. Para los empresarios y banqueros se trata de los horizontes que los gobiernos dan para el largo alcance. Esa es la clave y la razón de ser de las inversiones en la economía real.
Ayer, desde Wall Street, los analistas seguían con suma atención el desarrollo de la crisis diplomática. A nadie le escapa que en este tipo de escaladas tiene más para perder el país que necesita imperiosamente, como la Argentina, de inversiones concretas para salir del pozo de la crisis.