La pelea de Milei con los gobernadores pone en jaque al "mega DNU" y el Senado podría rechazarlo
La fuerte pelea entre el presidente Javier Milei y los gobernadores se trasladó ahora al Congreso, donde el riesgo para el oficialismo de que el "mega DNU" sea rechazado por el Senado creció significativamente a partir de un pedido de los bloques provinciales para que llame a una sesión especial con el fin de ponerlo a votación.
La nota para pedir formalmente esa sesión le fue entregada este lunes a la vicepresidenta Victoria Villarruel y lleva las firmas de los senadores de Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Cruz y Río Negro que no responden ni a la bancada kirchnerista de Unión por la Patria, ni al PRO ni a la UCR.
No obstante, el pedido de suma al que ya presentaron Unión por la Patria en dos oportunidades. Villarruel venía resistiendo esa presión al demorar la convocatoria durante el período de sesiones extraordinarias y trasladar luego el debate a la Comisión Bicameral encargada de dictaminar sobre los decretos de necesidad y urgencia, que se constituyó tardíamente.
Con este nuevo pedido de los bloques provinciales "del medio", cuyos senadores están en muchos casos alineados con los gobernadores, esa presión se incrementó y con ella también el riesgo de que el decreto de necesidad y urgencia 70/2023 de desregulación de la economía con el que Milei inauguró su gobierno sea rechazado por el Senado, donde ya tendrían los votos para eso.
El "mega DNU" de Milei, más amenazado que nunca: ¿el Senado lo rechaza?
El nuevo pedido de sesión especial lleva las firmas de Alejandra Vigo, (Córdoba), Edgardo Kuider (Entre Ríos) y Carlos Espínola (Corrientes), todos del bloque Unidad Federal e independientes en lo formal de los gobernadores de esas provincias. Pero a ellos se les sumaron los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, la rionegrina Mónica Silva y los santacruceños Natalia Gadano y José María Carambia, que sí están alineados los mandatarios de esos distritos.
Según pudo constatar iProfesional con distintas fuentes parlamentarias todos ellos están en contra del DNU y dispuestos a votar en ese sentido. Por ese motivo el solo pedido de llamar a una sesión especial enciende alarmas en el oficialismo, dado que junto con los 33 senadores kirchneristas alcanzan los 41 votos, mayoría más que suficiente para rechazar el decreto. Además, gira una incógnita alrededor de la UCR dado que el radical Pablo Daniel Blanco también firmó el pedido.
En rigor, si el Senado lo rechazara el decreto 70/2023 seguirá vigente porque para que un DNU quede sin efecto debe ser desaprobado por las dos cámaras del Congreso. No obstante, un revés de estas características sería un duro golpe político para el Gobierno y abriría la puerta a que la oposición una fuerzas también en Diputados.
Fuentes de la Cámara baja señalaron a iProfesional que allí no hay una mayoría sólida como para impulsar el debate en el recinto y rechazar el DNU por ahora, pero La Libertad Avanza tampoco tiene número suficiente como para bloquear si la oposición se empezara a mover en esa dirección.
Por eso, la fuerte disputa que se desató entre el Gobierno nacional y el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien cuenta con el apoyo de casi todos los jefes provinciales en el reclamo de fondos coparticipables que le fueron detraídos a su distrito, es clave en este escenario y está íntimamente relacionada con lo que empieza a verse en el Senado.
¿Por qué la pelea entre Milei y los gobernadores influye en la discusión sobre DNU?
Entre los senadores que firmaron el pedido de sesión especial están los que responden a los gobernadores de Río Negro, Alberto Weretilneck, y de Santa Cruz, Claudio Vidal, quienes apoyaron sin medias tintas el reclamo de Torres así como la amenaza de cortar el abastecimiento de gas y petróleo. Si bien esa medida sería casi imposible de ser cumplida, la pelea continúa y la política es una vía más por la cual se canaliza.
El planteo de Torres cuenta con el apoyo de otros gobernadores que, como él, son del PRO o del extinto Juntos por el Cambio, una marca que hoy en día solo agrupa, precisamente, a los mandatarios electos bajo ese sello. Tal es el caso del entrerriano Rogelio Frigerio, el mendocino Alfredo Cornejo o el neuquino Rolando Figueroa, entre otros.
En tanto, Milei optó como siempre por escalar esa pelea, en la que además de asegurar que los $13.500 millones que se le recortaron a Chubut de coparticipación se deben a una deuda con la Nación arremete con fuerza en las redes sociales (su verdadero "territorio").
En ese contexto, a pesar de que un eventual rechazo al DNU en el Senado no tendría efectos prácticos sí sería una demostración de fuerza por parte de los gobernadores. Fuentes parlamentarias consultadas por iProfesional incluso reconocieron que el pedido de sesionar podría ser apenas eso: un aviso de que en el Congreso los gobernadores tienen fuerza suficiente.
Si se entrara en ese juego y se llegara efectivamente a una votación en el Senado donde el oficialismo pierda a pesar del apoyo que todavía le da el PRO, nada le asegura a Milei que la situación no pueda repetirse en la Cámara de Diputados. Allí el DNU está todavía a salvo pero el Gobierno no tiene nada garantizado. De hecho, fue allí donde vio fracasar la Ley ómnibus.
¿Un golpe a la estrategia del oficialismo en el Congreso?
En cualquier caso, el pedido de sesión y el clima que se empieza a respirar en el Senado amenaza la estrategia que trabajosamente armó Villarruel con la ayuda clave del bloque Cambio Federal del salteño Juan Carlos Romero y del PRO que encabeza Luis Juez, para demorar todo lo posible la llegada del DNU al recinto.
A pesar de las versiones sobre una supuesta tensión con el Presidente, la vice hizo todo lo posible en el Senado para cuidar el decreto de Milei, primero del avance del kirchnerismo y después de la pérdida paulatina de apoyo por los ataques del jefe de Estado contra distintos gobernadores y espacios políticos.
Sabiendo que no tenía asegurados los votos para evitarle una derrota al Gobierno en el recinto, Villarruel jugó a ganar tiempo. Evitó llamar a sesión especial en las dos oportunidades en que lo pidió el oficialismo y, una vez terminado el período de sesiones extraordinarias, se movió en tándem con la oposición más dialoguista (incluida parte de la UCR) para activar la discusión en la Comisión Bicameral, que volvería a reunirse el próximo jueves, con el fin de demorar la votación un poco más.
Sin embargo, el viernes empiezan las sesiones ordinarias del Congreso y en ese contexto la mayor presión sobre un llamado a sesión especial para debatir el DNU será mucho más difícil de resistir. En caso de no responder al pedido, se abre incluso la posibilidad de que algunos de estos bloques provinciales junto a la bancada de Unión por la Patria junten los votos para alterar el temario en alguna otra sesión.
En este contexto, uno de los puntos llamativos de la nota que presentaron los federales es la firma del correntino Espínola, que forma parte de la Bicameral y que había pedido convocar a los funcionarios del Ejecutivo para que expliquen el decreto, un paso que jugaba a favor de la estrategia dilatoria del oficialismo aunque cerca suyo confirmaron a iProfesional que él está en contra del DNU.
También fue sorpresivo que apareciera la firma del radical Blanco en la nota que fue enviada a Villarruel. A priori, es una señal negativa para el oficialismo porque la UCR está dividida frente al DNU. Varios senadores están en contra y lo único que los contiene es su aversión a aparecer votando "junto con el kirchnerismo". Nadie sabe cuánto más aguantará esa barrera políticp-electoral.
¿Se animarán los gobernadores a rechazar el DNU en el Congreso?
Ciertamente, la pelea a cielo abierto entre Milei y Torres caldeó los ánimos de casi todos los gobernadores, preocupados por la decisión de la Casa Rosada de pisar transferencias y eliminar fondos destinados al transporte y los sueldos docentes, entre otros.
La pulseada de fondo entre la Nación y las provincias es por quién carga con el costo social del duro ajuste fiscal que lleva adelante el Presidente y ejecuta el ministro de Economía, Luis Caputo. Sin embargo, la decisión de Milei de alimentar más y más el enfrentamiento es eminentemente política.
Cerca de Torres afirman que hubo funcionarios nacionales que les reconocieron que Milei había ordenado la retención de fondos coparticipables específicamente para Chubut por cuestiones políticas. El gobierno provincial agregan además que fueron discriminados a propósito, porque la Nación sí les permitió refinanciar sus deudas a otros distritos Chaco y Tucumán.
Detrás de todo esto está la lectura de que el Presidente intenta construir poder a partir de estas peleas incesantes. Su enemigo elegido es la "casta política", en la cual incluye a casi cualquier dirigente o partido político que no lo acompañe. Y en ese marco, durante el fin de semana corrió una versión según la cual Milei habría dicho ante sus funcionarios que los gobernadores "no se animan a bajar" el DNU por lo tanto, tampoco se atreverían a cortarle el gas.
En el Senado algunas voces no descartan que esa versión haya sido tomada en cuenta por varios de los gobernadores que ahora amagan con mostrar su poderío en el Congreso y poner en jaque el "mega DNU" de Milei. La pregunta sobre si se animarán o no a rechazarlo será clave en las próximas semanas.