Milei celebra el apoyo de Estados Unidos: qué dejó la reunión con Antony Blinken
La reunión del presidente Javier Milei con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, fue un avance importante para un gobierno que quiere convertirse en el principal aliado en la región de la potencia norteamericana, la cual a su vez evalúa a la nueva gestión con la expectativa de acordar una agenda de cooperación económica y política pero también con algunas dudas en el horizonte.
Estados Unidos pone especial atención en el potencial de la Argentina para la explotación de litio y el posicionamiento geopolítico del gobierno de Milei no solo frente a regímenes como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela sino también ante la Rusia de Vladimir Putin y su invasión a Ucracia, en momentos en que el presidente estadounidense, Joseph Biden, le destina airadas críticas.
Esto quedó claro en la conferencia que dio el jefe de la diplomacia de Biden junto a la canciller Diana Mondino tras la reunión con Milei y su Gabinete. En el encuentro con la prensa local y extranjera el funcionario también saludó "el trabajo que se está haciendo para estabilizar la economía" argentina, quizás uno de los puntos más celebrados por la administración libertaria.
No obstante, la reunión y el informe posterior no terminaron de despejar las dudas que pesan sobre la relación bilateral y que tienen que ver tanto con el vínculo entre los países como entre los gobiernos de Biden y de Milei, donde orbitan temas como la viabilidad política del plan económico de Milei que hoy está en la mira del FMI, por un lado, y su coqueteo con el referente republicano Donald Trump, por el otro.
Milei celebra el apoyo de EEUU: ¿qué dejó la reunión con Antony Blinken?
"Argentina decidió volver al lado de Occidente, al lado del progreso, de la democracia y, sobre todas las cosas, al lado de la libertad", expresó Milei ante Blinken luego de su ingreso al Salón Eva Perón de la Casa Rosada hasta donde lo escoltó Mondino para reunirse con el Presidente, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y los ministros de Economía, Nicolás Caputo, y del Interior, Guillermo Francos, entre otros.
Para el Gobierno, la visita de Blinken representa una clara muestra de respaldo a Milei a poco de asumir el mandato y un paso significativo en el alineamiento que quiere concretar el Presidente. Y es que en efecto, el secretario de Estado no es un funcionario más, sino que es los ojos y oídos de la Casa Blanca en el exterior.
Por esa razón en la Casa Rosada celebraban como un logro importante que el secretario de Estado haya puesto de relieve la política de "eliminar las barreras para la creación de empleo", lo que interpretan como un apoyo a la agenda que promueve el Presidente particularmente en materia de reformas en el mercado laboral.
Asimismo sonó como música a los oídos de los funcionarios que Blinken calificara "el trabajo que se está haciendo para estabilizar la economía" como algo "absolutamente esencial", así como la promesa de "aumentar los lazos comerciales" con la Argentina, aunque en algunos despachos de la Rosada dejaron ver que no se cumplió del todo la expectativa de poder anunciar grandes acuerdos económicos, según supo iProfesiona. Nada más allá de la promesa de promover inversiones en el mercado del litio.
No obstante, esa mención especial a las reservas de litio no está en absoluto desconectada del objetivo de fondo que tiene este apoyo de Estados Unidos a la Argentina de Milei: limitar la influencia de Rusia y China en la región en medio del acercamiento de Brasil y otros países de América Latina con esas otras potencias. La explotación de este valioso recurso energético es efectivamente un tema importante en la pulseada geopolítica que libra la administración de Biden.
Dudas sobre el vínculo con EEUU: ¿influyen protestas y la mirada del FMI?
En ese aspecto, el Gobierno de Milei no tiene mucho de qué preocuparse. Su alineamiento con los intereses de Estados Unidos y su decisión de tomar distancia de Rusia y China son públicos y están claros para la Casa Blanca, y por eso Blinken se ocupó de subrayar este nuevo posicionamiento de la Argentina, muy distinto al que mostraba la gestión anterior de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
No queda tan claro, sin embargo, cómo hará el nuevo Gobierno para sortear el interés del gigante asiático que lidera Xi Xinping en inversiones sobre la Hidrovía y las represas hidroeléctricas o frenar la compra de litio por parte de China. Esto es, también, lo que vino a transmitir el jefe de la diplomacia estadounidense.
Pero además, la visita de Blinken se produjo al mismo tiempo que las organizaciones sociales cortaban distintas arterias de la Ciudad de Buenos Aires y protestaban en las inmediaciones del Ministerio de Capital Humano contra "el plan de hambre de Milei". Las imágenes de la movilización y de los forcejeos con la Policía se vieron en todos los canales de noticias mientras el funcionario norteamericano esperaba en su vehículo minutos antes de entrar a la Rosada.
A pesar del respaldo público que le otorgó al Gobierno para "estabilizar la economía" es difícil que Blinken desconociera la conflictividad social que empieza a presentarse como la contracara de su plan, más todavía cuando el FMI tomó conocimiento "in situ" de la situación horas antes, durante la visita de la número dos del organismo, Gita Gopinath, quien además de reunirse con el Presidente también lo hizo con la CGT.
Gopinath recibió un duro diagnóstico por parte de Gerardo Martínez, el encargado de de la Relaciones Internacionales de la central gremial, y entre sus conclusiones puso de relieve la necesidad de "preservar el valor real de la asistencia social y las pensiones", así como "garantizar que la carga del ajuste no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras".
Al ser consultado por la prensa sobre el FMI, el secretario de Estado dijo que la Casa Blanca apoya "el acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario" que, según dijo, puede "promover la estabilidad", sin ahondar demasiado en el tema. Fue una respuesta estrictamente protocolar para pasar a otro tema.
Al ser Estados Unidos el accionista mayoritario del Fondo, la viabilidad política del plan que Blinken apoyó en público de manera general -con el cuidado profesional de no enredarse en detalles incómodos frente a la prensa- combinada con la conocida dificultad de Milei para encontrar consensos con otras fuerzas es, en efecto, una duda que pesa en la relación entre Washington y Buenos Aires más allá de las conveniencias geopolíticas, pero no la única.
El interrogante sobre el coqueteo de Milei con Trump en plena campaña
Luego de recibir al secretario de Estado Milei se prepara para volar a Washington, donde participará de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), un foro de derecha donde el principal orador será el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, probable adversario de Biden en las elecciones de este año.
Esa campaña electoral, y la relación entre Biden y Trump particularmente, son ásperas. En ese sentido, los coqueteos de Milei con el republicano -con quien intercambió saludos en la red social X tras su triunfo electoral- generan dudas en la Casa Blanca respecto a posicionar o no a la Argentina como principal socio diplomático en este momento.
Esto se da sobre todo en momentos en que sobrevuelan versiones tanto aquí como en Estados Unidos sobre una posible reunión entre Milei y Trump. Por ese motivo, Blinken y Mondino fueron interrogados en la conferencia de prensa conjunta sobre la participación del Presidente en ese foro este sábado y la posibilidad de encontrarse con el referente del Partido Republicano.
"Yo no puedo hablar sobre sus futuras reuniones, eso depende totalmente de él", respondió el secretario de Estado, mientras que la canciller evitó dar precisiones sobre si habrá o no una reunión con Trump. Apeló a las clásicas cuestiones de agenda como recurso para presentar como difícil ese posible encuentro, aunque no lo descartó por completo.
Por último, la duda sobre la dolarización que Milei quiere llevar a cabo en la Argentina y que, en teoría, no sería posible sin un aval de Estados Unidos. "La dolarización depende de la Argentina, por supuesto que queremos escuchar el plan y hablar más, pero esa es una decisión de la Argentina", se despegó el funcionario norteamericano.
Así, la reunión de Javier Milei con Antony Blinken fue, en efecto, un avance significativo en uno de los objetivos que se trazó el líder libertario al llegar a la Casa Rosada porque se llevó la promesa pública de inversiones y apoyo en cuestiones estratégicas, pero con el tiempo y los desafíos que le quedan al Gobierno por delante todavía quedan varios interrogantes.