• 25/12/2024

Milei, en la cumbre de Donald Trump: entre el discurso libertario y el pragmatismo de la suba de impuestos

Participa en la convención del conservadurismo mundial. Sus críticos marcan la contradicción del discurso libertario con la postura proteccionista de Trump
23/02/2024 - 19:51hs
Milei, en la cumbre de Donald Trump: entre el discurso libertario y el pragmatismo de la suba de impuestos

En estos tiempos confusos, no ha faltado quien haya comparado a Donald Trump con el peronismo: después de todo, al ex mandatario estadounidense que ahora pugna por volver al poder se lo suele calificar en el primer mundo como un típico populista.

Y lo cierto es que sus políticas proteccionistas en lo comercial, su pelea por llevar de nuevo a Estados Unidos las fábricas de los productos tecnológicos en vez de tercerizarlos a Asia, su compulsión por entrometerse en el trabajo de la Reserva Federal y criticar la suba de tasas, todo se aleja mucho de lo que en el mundo se entiende por un defensor del libre mercado.

Puede parecer raro, entonces, que el presidente Javier Milei, que está tratando de convertirse en un referente global de las ideas "libertarias" haya elegido la estrategia de acercarse a Trump para aumentar su influencia.

Pero así lo hará: el sábado Milei será uno de los invitados estelares en la Conferencia de Acción Política Conservadora, el gran evento anual de la derecha estadounidense, que se celebra en Washington. Trump ha transformado esa conferencia en la plataforma política de su facción dentro del partido Republicano, pero además quiere que sea un faro para los conservadores del mundo.

Es por eso que, junto a Trump, se darán cita el mandatario salvadoreño Nayib Bukele; el líder del partido español Vox, Santiago Abascal; el líder de la derecha antieuropeísta británica, Nigel Farage; referentes de la derecha latinoamericana como Eduardo Bolsonaro, hijo del ex mandatario; y Simcha Rothman, dirigente del Partido Sionista Religioso, que integra la coalición gubernamental en Israel.

Milei disfruta su protagonismo

El clima se pronostica como de euforia: en el plano interno, hay chances de que Trump ya el sábado pueda ver definida a su favor la interna republicana si se impone en un comicio estadual clave. Pero, por otro lado, la convención será una celebración por el avance de la derecha conservadora en el mundo en contra de "la nueva izquierda globalista", generalmente asociada a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, el intervencionismo estatal, las políticas de género y las restricciones ambientalistas.

Será en ese marco que Milei tendrá un rol protagónico. A la curiosidad mediática internacional que ya venía generando su figura desde su victoria electoral, se agrega la repercusión de su discurso en el Foro de Davos, donde advirtió que "Occidente está en peligro" por el avance de las ideas socialistas.

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Frases del estilo de "el Estado no es la solución sino el problema" le han valido felicitaciones públicas del propio Trump, así como de empresarios de primera línea como Elon Musk. También fue recibido por honores por la nueva referente de la derecha europea, Giorgia Meloni, y tuvo una entrevista destacada en el principal programa político de la TV italiana.

El discurso de Milei en Davos sigue sumando miles de vistas en las redes sociales, mientras se conoció el dato de que la compulsión de Milei por hacer política desde la ex Twitter le ha dado frutos en términos de repercusión: es el tercer político del mundo con más cantidad de menciones, sólo por detrás de Trump y del presidente Joe Biden, y por encima de Vladimir Putin, según los datos difundidos por la firma SCI Digital.

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Con esos antecedentes, se entiende que los líderes de la neo-derecha global quieran contar a Milei en todo evento de alto perfil: el libertario argentino se ha vuelto un personaje atractivo, que garantiza la atención mediática.

En cambio, no termina de quedar claro si al propio Milei le conviene que su imagen quede ligada a este tipo de eventos.

Y, curiosamente, quien más explícitamente analizó el tema fue Cristina Kirchner. En su muy comentado documento donde diagnostica la situación del país y fija su postura frente al gobierno de Milei, la ex presidente señala una contradicción entre el discurso de Milei y las tendencias imperantes en el mundo. Para Cristina, hay un "resurgimiento de los nacionalismos y del proteccionismo económico". Y agrega que esos líderes con los que Milei gusta de reunirse son, precisamente, los que más se alejan de los postulados liberales.

Mencionó la impugnación de Francia al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, en el marco de los graves conflictos de los agricultores. Pero, sobre todo, señala a Donald Trump como el contra-ejemplo perfecto del libertarianismo de Milei.

"Está en las antípodas de su pensamiento económico. Es nacionalista, absolutamente proteccionista y es su antítesis hasta en lo personal", planteó Cristina, quien sólo vio puntos en común a la hora de la afición a usar la ex Twitter como herramienta de comunicación y "alguna que otra excentricidad".

 

En realidad, no es la primera vez que Cristina observa esa tendencia anti-liberal de Trump y hasta se permite deslizar inesperados elogios.

En la campaña electoral de 2019, cuando presentó su libro "Sinceramente", Cristina se permitió ironizar sobre cómo el entonces presidente Mauricio Macri, pese a su cercanía personal con Trump, no seguía los ejemplos de sus políticas.

En aquel momento, cuando toda la audiencia esperaba que Cristina criticara a Trump, ella sorprendió con sus elogios: destacó que bajo su presidencia Estados Unidos había logrado el desempleo más bajo de los últimos 50 años, en el marco de "una economía que vuela". Y dio a entender que la receta que necesitaba Argentina era similar a las de Trump, en el sentido de mantener un proteccionismo comercial, fomentar la industria nacional, bajar las tasas de interés y poner al consumo y al mercado interno como pilares del crecimiento.

Con su ironía característica, le recomendó a Macri hacer lo que Trump hacía y no lo que decía: "Algunos se dieron cuenta que tenían que volver a generar trabajo industrial adentro del país para volver a generar riqueza. Sería bueno que aquellos que viajan tanto para allá y escuchan tanto lo que les dicen allá, imiten lo que hacen allá".

A Cristina le gustaban particularmente gestos de rebeldía institucional de Trump, como criticar en público a la "intocable" cúpula de la Fed por su renuencia para bajar las tasas de interés y permitir que la economía tomara más impulso.

Cuando finalmente asumió Alberto Fernández, Estados Unidos aplicó a Argentina un sobre arancel para el acero y aluminio nacionales que entraban allí, con el argumento de que era una medida para contrapesar la gran devaluación del peso.

Fue un momento de sentimientos encontrados para Cristina: por un lado, afectaba directamente la generación de dólares, pero por otra parte el motivo esgrimido por Trump era de una lógica que ningún peronista que se preciara de tal se animaría a rebatir: el cuidado de la industria y los productores agrícolas locales debe ser definido como prioridad de la política económica, en un contexto en que la economía mundial está en una guerra por quedarse con los puestos de empleo. Una guerra en la que unos aplican armas tales como las devaluaciones competitivas y otros levantan aranceles, aun contradiciendo sus discursos pro libre mercado.

Según Cristina Kirchner, Trump encarna una visión proteccionista que se ubica en las antípodas del pensamiento libertario de Milei
Según Cristina Kirchner, Trump encarna una visión proteccionista que se ubica en las antípodas del pensamiento libertario de Milei

¿No tan distintos?

Es poco probable que, en medio del entusiasmo que le provocan los mensajes triunfalistas de Trump, que adaptó su propio eslogan para transformarlo en "Make Argentina Great Again", Milei le preste demasiada atención a esas advertencias de Cristina.

Para el mandatario argentino, este tipo de eventos no implican sólo un masaje para su ego, sino que además juegan un rol importante en su estrategia de gobierno: aspira a que ese alto perfil internacional le ayude a conseguir inversiones externas directas.

El propio ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que recibe a diario consultas de empresas y fondos de inversión, que manifiestan su interés por radicar capitales en Argentina, en diversas áreas, desde la energía hasta las finanzas.

Por otra parte, Milei nunca abandonó su proyecto dolarizador y sabe que, para concretarlo, necesitará un fuerte flujo de fondos que lo ayuden a sanear el balance del Banco Central y que le permitan comprar toda la base monetaria más los pasivos en forma de títulos de deuda.

Pero, además, hay otro punto de afinidad con Trump, acaso menos evidente: así como el estadounidense muestra pragmatismo por encima de la ideología, Milei también ha demostrado que puede divorciar su discurso libertario de sus políticas concretas.

Después de todo, afrontó el costo político de proponer la reinstauración del impuesto a las Ganancias tras haber votado su eliminación. Y, lejos de hacer como Macri, que ni bien asumió levantó el cepo cambiario y prácticamente eliminó las retenciones a la exportación agrícola, mantuvo ambas medidas.

De hecho, uno de los principales motivos de pelea con los gobernadores provinciales fue por su intento de subir las retenciones. Era una medida que Cristina Kirchner le había reclamado a Alberto Fernández en el peor momento de su enfrentamiento personal.

La británica Liz Truss duró un mes y medio como premier, tras una drástica rebaja de impuestos
La británica Liz Truss duró un mes y medio como premier, tras una drástica rebaja de impuestos

Eludiendo el "efecto Liz Truss"

Lo cierto es que durante la campaña electoral, se había creado una interna en Juntos por el Cambio, entre quienes querían liberar todas las restricciones rápidamente y quienes pugnaban por hacerlo gradualmente.

Entre los que defendían el gradualismo había connotados dirigentes de la Unión Cívica Radical, como Martín Lousteau, que advertía que quien eliminara impuestos de golpe corría el riesgo de repetir la experiencia de la británica Liz Truss, que duró un mes y medio en el cargo.

En aquel momento, todos interpretaron que Milei adhería al sector del shock y que abominaría de todo gradualismo. Sin embargo, hoy siguen existiendo el cepo, las retenciones y el impuesto PAIS alcanza a más sectores, mientras las importaciones se fueron abriendo en un esquema gradual.

Al final, parece que Milei sí tenía más puntos en común con Trump de lo que parecía. Mientras tanto, en el público, escuchando su discurso, estará sentada Liz Truss.