La ira de Milei con gobernadores abre una grieta en el oficialismo: ¿pelea a fondo o volver a negociar?
Con la Ley ómnibus fuera del tablero político, el gobierno de Javier Milei apunta contra los gobernadores como los "culpables" del fracaso de la normativa en el Congreso con señales claras de que está dispuesto a una pelea frontal mientras se reagrupa detrás del "plan motosierra", lo que implicará una profundización en "el ajuste en todas las partidas provinciales", y avanza con la reorganización de los acuerdos políticos de su gobierno.
"Con traidores no se negocia. Si ya nos cagaron una vez, qué nos asegura que no lo vuelvan a hacer. Ahora hay que rever los acuerdos que teníamos con los gobernadores", reconoció a iProfesional una fuente con despacho en Balcarce 50 tras el fallido intento por aprobar la Ley ómnibus en la Cámara de Diputados, hecho por el que culpan a los gobernadores que supieron ser "aliados" y ahora los tildan de "traidores".
Ese era el clima horas antes de que Milei resolviera, desde el exterior y mientras se trasladaba de Israel a Italia, pedirle la renuncia a Osvaldo Giordano en la Anses y a Flavia Royón en la secretaría de Minería. Ambos están ligados a los gobernadores de Córdoba, Martín Llaryora, y de Salta, Gustavo Sáenz, respectivamente. Con la decisión tomada quedó confirmado que el Presidente está decidido a librar la pelea contra quienes considera "traidores".
Milei se enfrenta a goberandores: ¿se reorganizan los acuerdos de LLA?
Con Milei de gira en el exterior, en la Casa Rosada señalaban que "los pasos a seguir" iba a comunicarlos el Presidente cuando volviera de Italia, mientras aseguraban que habría "cambios en el Gabinete" como consecuencias de las heridas que quedaron abiertas tras el fallido intento de aprobar la normativa que el Ejecutivo planteaba como la base de su reforma de Estado. Finalmente, los tiempos se aceleraron.
Por lo bajo, quienes conocen los códigos libertarios aseguran que "la traición no puede pasar inadvertida" y auguran una contraofensiva. Giordano ya era el principal señalado por su cercanía con el gobierno cordobés y por el hecho de que su pareja, la diputada nacional Alejandra Torres, votó en contra de varios incisos de la Ley Ómnibus. La salida de Royón, en cambio, fue más sorpresiva.
Desde las usinas libertarias hay quienes reconocen la dificultad que tienen para llevar adelante acuerdos parlamentarios, por lo que consideran "fundamental aceitar ese punto" y redefinir quiénes son los verdaderos aliados políticos. Ahora todos empiezan a mirar al PRO.
Al conflicto existente con los gobernadores, el Ejecutivo nacional sumó mayor tensión al comunicar, a través de la Secretaría de Transporte, su decisión de eliminar el Fondo Compensador del Interior -que en el Presupuesto 2023 fue por un total de $102 mil millones- por el cual se subsidiaba el valor del boleto de colectivo del interior del país.
¿Reconstruir el vínculo o ir a fondo en la pelea?: el dilema en el oficialismo
Las provincias tienen sus cuentas "en rojo" y el Gobierno los necesita para negociar en el Congreso, pero hasta el momento pesan más las dudas que las certezas acerca de si será posible retomar esa relación que siempre se ha basado en el toma y daca.
En el Gobierno admiten que será "muy difícil entablar una conversación sincera" con los gobernadores después de las idas y vueltas en las negociaciones por la Ley Ómnibus, poniendo el foco del enojo en aquellos mandatarios provinciales que "se mostraban con intención de acompañar el cambio".
"Reconstruir es una tarea titánica porque de los dos lados hay mucha calentura. Hay que dejar que baje la espuma y todo se va a encaminar", confían desde un sector de las usinas libertarias, mientras los más duros plantean que "el vínculo está roto y ahora van a tener que ver cómo hacen (los gobernadores) para acomodar las cuentas antes de que se les prenda fuego la provincia".
En los pasillos de la Casa Rosada consideran que "la lógica indica que un Presidente no puede estar peleado con todos los gobernadores y viceversa", pero aseguran que "tampoco es cuestión de hacer lo que ellos quieran y dejarlos decir en cuestiones que son directamente del Ejecutivo nacional".
"Esto es una relación que tiene que sumar a las dos partes. Los gobernadores tienen las cuentas provinciales en rojo, no tienen mucho margen para hacerse los cocoritos. Nosotros tenemos el acompañamiento de la gente, no hace falta recordar que nos votó el 56% de los argentinos", advierten.
De amigos a traidores: el cambio en la relación del Gobierno con los gobernadores aliados
La bronca del Gobierno tras la derrota en la Cámara de Diputados estuvo dirigida principalmente hacia los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro, a quienes consideraban "aliados", pero también se sumaron a la "lista negra" los mandatarios de de Salta, Gustavo Sáenz, de Neuquén, Rolando Figueroa y de Jujuy, Carlos Sadir.
"Nos sentimos defraudados, sobre todo con aquellos que se mostraban como dialoguistas y posibles aliados. Hicimos muchas reuniones para llegar a consensos y que todos quedaran conformes. Se habían comprometido a acompañarnos y después los votos no aparecieron", siguen reprochando desde la Casa de Gobierno.
En diálogo con los medios acreditados en la Casa Rosada, entre ellos iProfesional, el ministro del Interior, Guillermo Francos, se expresó sobre este punto. "Hubo algunos compromisos de apoyo y de voto que no se cumplieron en la práctica", reprochó.
Luego de acusar a gobernadores y bloques parlamentarios "dialoguistas" de votar con Unión por la Patria contra una iniciativa fundamental para el oficialismo, el funcionario nacional descartó que la cuestión fiscal sea tratada en un futuro. "Seguiremos gobernando con los elementos que tenemos y obviamente los gobernadores también tendrán que seguir gobernando con los elementos que tienen", advirtió Francos.
La posición de los gobernadores ante el "ataque" del Gobierno
Ante el escenario planteado por la Casa Rosada, desde las distintas gobernaciones dicen ver "con muchísima preocupación" la actitud del Ejecutivo nacional y advierten que "actualmente no hay diálogo".
"Todo lo que está pasando nos parece descabellado. No hay diálogo y vemos con mucha preocupación las amenazas constantes del Presidente hacia los gobernadores. Incluso algunas cosas que el Presidente pone en sus redes que va a hacer contra los gobernadores", indicaron fuentes cercanas a una de las administraciones opositoras.
En ese escenario, las distintas fuentes plantearon que "por ahora" no está previsto que los gobernadores fijen una posición común o que mantengan un encuentro para hacerlo, pero la preocupación por "la falta de diálogo" y las "amenazas" del Gobierno nacional son un denominador común entre las distintas administraciones provinciales, independientemente de su color político.
"Nosotros paramos la pelota. Suponemos que más adelante se retomará el diálogo cuando bajen un poco los decibeles", plantearon a este portal desde una de las gobernaciones que hasta hace pocos días mantenía un vínculo fluido con el Ejecutivo nacional. Aunque todo esto fue previo a los pedidos de renuncia y la furibunda publicación de Milei en la red social X.
Las administraciones provinciales consideran que "volverá el diálogo"
Sin bien el contacto entre los mandatarios provinciales y el Gobierno "se cortó", desde las distintas oficinas de los gobernadores consideran que "tarde o temprano se va a terminar resolviendo porque nadie puede gobernar la Argentina en soledad".
En esa línea, reconocen que el ministro del Interior "es el principal interlocutor, sino el único", seguido por el titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, quien aseguran que "escucha mucho más de las ninguneadas" que les "dedica por televisión". La referencia al titular de la cartera económica está vinculada a que, en una reciente entrevista, afirmó que los mandatarios provinciales "creyeron tener más poder del que tienen".
"No me imagino a ningún gobernador llamando ahora a la Casa Rosada", razonaron desde las oficinas de uno de los Ejecutivos provinciales que suele abrir el juego con el Gobierno. "Cuando dejen de tuitear y elaboren el duelo, volverá el diálogo", apuntaron en torno al enojo que despertó en el propio Javier Milei el fracaso en el tratamiento de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados.
A pesar de los cruces públicos, desde las gobernaciones que manejan dirigentes de Juntos por el Cambio consideran que "tampoco hay que dramatizar tanto", ya que "el vínculo se va a recuperar por la propia dinámica de lo que implica estar en gestión, nadie puede gobernar solo".
En ese marco, aseguran que "previo al cachetazo que tuvo el Gobierno en Diputados, motivo por el que decidieron cerrarse en su posición de es todo o nada, se había podido avanzar en muchas modificaciones que finalmente terminaron truncas pero se podría haber sacado una muy buena ley".