Martes negro para Milei: furia contra gobernadores, guadañazo contra la casta y amenaza de plebiscito
El presidente Javier Milei rompió en llanto mientras posaba sus manos sobre el histórico Muro de los Lamentos. Visitar ese lugar tan caro para los judíos era una promesa que se había hecho si ganaba la Presidencia, cuando recién se había lanzado a la carrera. El presidente libertario buscaba encontrar algo de paz en esa región sacudida por la violencia.
Pero el contacto con Buenos Aires le devolvía solo malas noticias, ante la complejidad de las negociaciones con el peronismo para intentar aprobar, aunque sea, una ley ómnibus mutilada. No pudo ser: los diputados le votaron en contra, la iniciativa fue retirada y ahora todo volvió a fojas cero. O a menos que cero, porque la relación entre la Nación y las provincias está rota.
"Los gobernadores tomaron la decisión de destruir la ley y darle la espalda a los argentinos", bramó un Milei que debió volverse a poner colorado como cada vez que se irrita.
El proyecto de Ley ómnibus que había obtenido la aprobación en general de la Cámara de Diputados volverá a comisión debido a que el oficialismo no tenía los números para avanzar en la votación en particular por la falta de acuerdo entre la Casa Rosada y los gobernadores. Ni siquiera hay certeza sobre si volverá a ser tratado en comisión. Milei recién volverá a la Argentina el martes próximo, luego de ser recibido por el papa Francisco.
El ambicioso proyecto del Presidente que incluía más de 600 artículos y había quedado reducido a 383, volverá a comisión, donde podría quedar cajoneado, porque no parece haber ánimos para discutirlo.
Javier Milei y la amenaza de un plebiscito
Todo indica que Milei se radicalizará en las próximas semanas y hasta crecen los rumores de que avanzará con su amenaza de hacer un plebiscito sobre las reformas que impulsa, a pesar de la complejidad y el gasto que esa elección demandaría. Cómo hacer un plebiscito cuando en el medio hay cientos de temas sobre los cuales decidir.
Su primera reacción lo ratifica: "La casta contra el pueblo", se tituló el mensaje que difundió, donde señaló que "la casta se puso en contra del cambio que los argentinos votamos en las urnas. Sabemos que no va a ser fácil cambiar un sistema donde los políticos se hicieron ricos a costa de los argentinos que se levantan todos los días a trabajar".
Y usó un lenguaje desafiante cuando advirtió que continuará con su programa "con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país".
Uno de los funcionarios más golpeados por este fracaso fue el ministro del Interior, Guillermo Francos, a quien se lo notó confuso en la primera entrevista que concedió minutos después de la derrota legislativa. Los periodistas le tuvieron que aclarar una enorme confusión: Francos creía que al volver a comisión seguía vigente la votación en general de la ley. El reglamento de la Cámara de Diputados dice lo contrario. La ley se cae por completo, hay que empezar de cero. La confusión tal vez refleje la inexperiencia de La Libertad Avanza en cuestiones legislativas, que le sobra al kirchnerismo, ya que tiene cuadros sentados en esas bancas desde hace muchos años.
El ministro del Interior se mostró sorprendido de que haya habido diputados que "estaban de acuerdo con el cambio y votaron la emergencia, pero después, en particular, votaron con el kirchnerismo". Y explicó que el Gobierno acudió a la votación "esperando que se aprobaran las facultades delegadas y no se aprobaron". "No tenía sentido continuar con el tratamiento de la ley, por eso la mandamos de vuelta a comisión", señaló Francos. Otro que deberá asimilar este golpe es el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien también parece haberse visto sobrepasado por la exigencia del cargo, siendo que es su primera vez como legislador.
El mensaje que enviaron gobernadores a Javier Milei
Fue claro que los gobernadores enviaron un mensaje duro al gobierno: quieren que se coparticipe el impuesto PAÍS, que grava las operaciones con divisas y está recaudando una fortuna de 480.000 millones de pesos mensuales.
Enterados de esa demanda, en el Gobierno hicieron una última apuesta antes de la sesión: dijeron que a más tardar en junio se levantará el cepo cambiario, por lo que ese gravamen perdería sentido. Viejos lobos de mar, los gobernadores no se comieron el amague. Creen que le será muy difícil al gobierno levantar las restricciones cambiarias antes de fin de año, y con suerte. "Queremos esa platita", fue el mensaje que enviaron desde varias provincias, con Córdoba a la cabeza.
Queda claro a partir de este resultado adverso que la estrategia del oficialismo falló. Milei creyó que podrían llevarse por delante a los gobernadores tratando de hacer valer el 56 por ciento obtenido en el balotaje. Pero discutir porotos en Diputados exige negociación y toma y daca. Casta pura. Y el mileísmo todavía no juega en primera en esas lides.
Ahora, se espera que se produzca un drástico recorte de fondos de la Nación a las provincias. Probablemente se acaben las transferencias discrecionales. Lo que sumirá a los distritos del interior en una profunda crisis. La Rioja ya avisó que estudia sacar cuasimonedas.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, reunió a su tropa y avisó estar dispuesto a ir a una batalla judicial que termine en la Corte Suprema. Su argumento central es que la provincia aportar el 40 por ciento de la riqueza y recibe sólo el 20% de la coparticipación. Kicillof, quien aspira a conducir el peronismo y tiene el aval de Cristina Fernández, buscará victimizarse y contará con el respaldo de los gremios docentes de Roberto Baradel, los estatales provinciales de Oscar de Isasi y el resto del sindicalismo peronista duro.
En sus últimas apariciones, a Kicillof se lo notó más combativo que nunca, siempre con su gobernadora Verónica Magario al lado. El peronismo kirchnerista ve que se le viene la noche en las intendencias, donde el polvorín de pobreza puede hacer eclosión si se profundiza la escasez de alimentos en los comedores sociales.
Por si faltara poco, los datos que llegan de la economía reflejan que la Argentina caería en recesión a fines de marzo. La construcción y la industria retrocedieron por encima del 12% en diciembre, cuando ya las empresas estaban avisadas de que se venía una parálisis de las obras públicas.
Milei admitió semanas atrás que una de las dudas era saber si la gente "aguantaba" el ajuste. Esa duda se profundiza en esta hora. Y ya se sabe por experiencia lo que se pueden magnificar las penurias de los pobres si son agigantadas por los punteros del peronismo y su gimnasia en las calles. En este escenario, hará falta más que redes sociales para hacer frente a una eventual tormenta perfecta que parece estar empezando a gestarse en los bolsones de pobreza más profundos de la Argentina.