Gremio alerta que la vigencia del DNU pone en peligro la continuidad de las farmacias y miles de puestos de trabajo
La conducción del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFyB) advirtió que, si bien se cayó la ley ómnibus, "está en vigencia el decreto de necesidad y urgencia, que es ni más ni menos que una estafa" y señaló a "en el capítulo de nuestra actividad, fue promovido por la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), que quiere que los argentinos paguemos los medicamentos caros, que el paciente, la obra social y el Estado se fundan, que el farmacéutico no cumpla su papel profesional y que el médico sea coimeado".
El gremio denunció que existe "connivencia entre esos tres componentes del sistema de salud, para que los médicos prescriban ciertos medicamentos a cambio de reintegros económicos". Aseguraron que la mayoría de los médicos "ya no prescriben medicamentos por su nombre genérico, como estableció la ley, sino que lo hacen en favor de determinadas marcas, que son las más caras del mercado, y hasta en algunos casos colocan un sello que dice "no autorizó la sustitución".
Asimismo, indicó que "un medicamento de marca puede llegar a costar el doble de un genérico, y en el caso de las vacunas, esa diferencia puede llegar a diez veces" y agregó que "por cada 10 pesos que paga el público por un medicamento, 8,4 van al laboratorio, 1,3 a la farmacia y 0,3 a la droguería".Reclaman una política de control de precios
El secretario General del sindicato, Marcelo Peretta, afirmó: "hay que tener una política de fijación y control de precios, de autorización previa, como ocurre en algunos países", y añadió que "acá el precio de los medicamentos lo fijan los laboratorios, que incluso ponen el porcentaje de ganancias de las droguerías y las farmacias".
El DNU alimenta la corrupción
Advirtió que el DNU alimenta la corrupción por la cual las grandes farmacéuticas premian a los médicos para que prescriban y recomienden sus marcas comerciales caras sobre la base de argumentos falsos, ya que ningún laboratorio puede alegar mayor o mejor calidad que otro porque todos están sometidos a los mismos controles y exigencias establecidas por la ANMAT.
Planteó que "se adjudica un negocio oligopólico de 9.000 millones de dólares anuales a un grupo reducido de 300 laboratorios, cuyo número no se modifica desde el año 1990, y se les amplía el mercado ya que además de vender en 11 mil farmacias, venderán en 30 mil estaciones de servicio, 50 mil supermercados y 100 mil kioscos.
Consideró que "los laboratorios tienen una ganancia sideral", y explicó que "sobre el costo de un medicamento, el porcentaje de rentabilidad siempre es superior al 500 por ciento".
Laboratorios con alto margen de rentabilidad
Por su parte, el secretario adjunto de la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales, Carlos Nemesio, expresó con que "hay un precio sugerido por los laboratorios", y subrayó que "los márgenes de rentabilidad para la etapa de comercialización se redujeron notablemente, en un 40 por ciento".
Apuntó que "todos quieren parte de la tajada y a las farmacias les toca cada vez menos. Esto nos coloca en una situación difícil. Los laboratorios se manejan a través de distribuidores, las droguerías, cuando antes las farmacias podían comprar en forma directa. Los laboratorios se quedan con el 80 por ciento del precio al público".
El dirigente afirmó que "el reparto de la torta debería ser más justo" y reveló que "hoy la industria no explica cuál es la base de un medicamento, habla del precio internacional de la droga, pero nadie conoce el costo del proceso industrial, ni cuánto se gasta en publicidad y en visitadores médicos". En ese sentido, deslizó la posibilidad de que existan "propinas negras, como viajes a Miami" a modo de reconocimiento.
Defensa de la política de los genéricos
Peretta insistió que "la prescripción de medicamentos por su nombre genérico anduvo muy bien hasta 2005", y reconoció que "desde el Ministerio de Salud había un apoyo a esta política". Subrayó que "desde 2005, el mercado volvió a estar dominado por premios, lobbies, y el imperio del negocio".
Precisó que "en su mejor momento, los genéricos llegaron a tener 40 por ciento de participación del mercado", que "hoy representan apenas 2 por ciento". Agregó que "los farmacéuticos dejaron de sustituir porque se los castigaba", y precisó que "cuando se trataba de genéricos, las prepagas y obras sociales podían demorar hasta 120 días en abonar el copago".
El titular del sindicato de Farmacéuticos advirtió que "hay influencia de los laboratorios en las prepagas y obras sociales para que prescriban cierto tipo de productos" y añadió que "la obra social presiona para que sus médicos prescriban cierta cantidad de medicamentos", porque indicó que "si están incluidos en lo que a la industria le interesa, reciben un 10 por ciento de reintegro económico".
Dijo que "esto desestimula que se cumpla la ley. Hay que volver a la ley tal cual se sancionó" y precisó que "la diferencia de precio entre el genérico y el de marca, puede ser del doble. Y en algunas vacunas puede ser mucho mayor, hasta 10 veces".