Ley ómnibus: cuál es el doble camino que se abre para Javier Milei y qué pasará con el proyecto
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La vuelta a comisiones de la llamada Ley ómnibus dejó expuesta la debilidad política del presidente Javier Milei y su espacio, que ahora se debate entre salir a buscar un acuerdo que mejore su capacidad de maniobra en el Congreso o meterse en una pelea a fondo con gobernadores y legisladores, mientras que el debate de la iniciativa tendrá que volver a empezar desde cero.
Milei se embarcó en su primera gira internacional con la satisfacción de ver aprobada en general su proyecto "Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" el último viernes en la Cámara de Diputados tras numerosos cambios negociados con la oposición dialoguista, pero la posibilidad de que los artículos sobre privatizaciones y delegación de facultades no alcanzaran mayoría suficiente estuvo siempre latente.
A poco de empezar la votación en particular este martes, ese fantasma empezó a tomar cuerpo. La delegación de facultades se vio limitada y los artículos sobre reforma del Estado empezaron a caer de a uno. Los bloques dialoguistas, en especial el que conduce el experimentado Miguel Pichetto, le hicieron ver al oficialismo que sin un acuerdo mejor con los goobernadores debían volver a foja cero.
Con Milei en el extranjero, el Gobierno empezó a apuntar sus cañones contra los gobernadores por el durísimo revés que en rigor dejó expuesta su debilidad política, pero la situación también lo pone frente a la posibilidad de ampliar su espacio con una nueva alianza que incluya al PRO, como se especuló en los últimos meses.
Ley ómnibus: qué pasará con el proyecto tras el revés que sufrió Milei
El regeso del proyecto a las comisiones de Legislación General, de Presupuesto y Hacienda y de Asuntos Constitucionales implica que el debate se resetea por completo. La aprobación en general de la semana pasada con 144 votos a favor y 109 en contra queda sin efecto.
El trámite parlamentario exige que cuando una iniciativa vuelve a comisión se necesita firmar un nuevo dictamen para llevar al recinto. De esta manera, el oficialismo tendrá que volver a buscar mayoría en las comisiones para intentar una nueva aprobación en general y también en particular.
Sin embargo, la situación en la que quedó La Libertad Avanza con este revés pone en duda todo el proceso. Tanto la Casa Rosada como el bloque de La Libertad Avanza apuntó sus críticas contra los gobernadores. Desde el exterior, Milei retomó su diatriba contra "la casta".
Ya durante las extenuantes negociaciones el Presidente había acusado a los legisladores de estar esperando "coimas" e incluso a poco de que se votara en general intentó meterle presión a los diputados. Esto molestó a los bloques de Hacemos Coalición Federal y de la UCR, pero incluso a varios en el PRO, que actualmente son los más cercanos a su espacio.
En ese contexto, el futuro del proyecto tras el revés que sufrió en el recinto es todavía incierto. Fuentes parlamentarias consultadas por iProfesional señalaron que "es posible que todo se empiece a debatir de nuevo recién en marzo, cuando arranquen las sesiones ordinarias".
Por que la vuelta a comisión dejó expuesta la debilidad del Gobierno
Sin mayoría parlamentaria, ni gobernadores, ni intendentes, el oficialismo se vio obligado de arranque a negociar modificaciones con la oposición más dialoguista en la Ley ómnibus, pero los acuerdos que logró alcanzar nunca fueron sólidos ni generaron el consenso suficiente entre esa oposición dialoguista.
Los gobernadores presionaron hasta último minuto para lograr un acuerdo fiscal que nunca llegó. Reclamaron la coparticipación del impuesto PAIS o, en su defecto, el envió de recursos para las cajas de jubilaciones de las provincias desde el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.
El Gobierno se negó sistemáticamente, con el argumento de que había hecho ya numerosos cambios y concesiones. En efecto, los hizo: el proyecto tenía originalmente más de 600 artículos y terminó con 300.
Sin embargo, en la oposición dialoguista nunca dejaron de apuntar en distintas charlas a la "improvisación" que mostró el oficalismo. Incluso en el PRO se mostraron preocupados durante las últimas semanas. En los bloques insistíian en que no había "interlocutores claros" con el Gobierno ni mucho menos con el propio Milei.
La disyuntiva de Javier Milei: ¿pelea a fondo o nueva alianza?
En este cuadro de situación, el Gobiero se encuentra ante una disyuntiva. Uno de los caminos que se abre para Milei es concretar la frustrada alianza con el PRO de Mauricio Macri -que no por casualidad se prepara para volver a presidir el partido- para dotarse de dirigentes con mayor capacidad de maniobra política y experiencia.
Como contó iProfesional, la votación misma de la Ley ómnibus dejó de manifiesto que ese partido es el más cercano al oficialismo, dado que fue el que menos cambios propuso y el único bloque que decidió acompañar sin miramientos también el articulado y la letra chica.
El otro camino camino posible es que Milei redoble la apuesta y busque enfrentar a su base electoral -ciertamente fuerte- con el Congreso, identificado por él mismo como "la casta". El Presidente ya había coqueteado en el pasado con la herramienta de la consulta popular como parte de esa pelea.
Probablemente todo esto empiece a resolverse cuando Milei regrese a la Argentina luego de la entrevista que tiene prevista con el Papa Francisco para el próximo lunes. En cualquier caso, el revés que sufrió la Ley ómnibus en la Cámara de Diputados puso al jefe de Estado a elegir entre dos caminos.
La vuelta a comisiones de la llamada Ley ómnibus dejó expuesta la debilidad política del presidente Javier Milei y su espacio, que ahora se debate entre salir a buscar nuevos acuerdos políticos que mejoren su capacidad de maniobra en el Congreso o meterse en una pelea a fondo con gobernadores y legisladores, mientras que el debate de la iniciativa tendrá que volver a empezar desde cero.
Qué pasó en la sesión: las alarmas que sonaron desde el arranque
Tanto las emergencias en materia económica, financiera, de seguridad, tarifaria, energética y administrativa como su plazo hasta el 31 de diciembre habían sido aprobadas al principio de la sesión de este martes con 134 votos a favor y 121 en contra.
Pero los inconvenientes para el Gobierno llegaron cuando se votaron los artículos sobre la "base de la delegación" de facultades que le iban a permitir a Milei tomar medidas por decreto en esas áreas. Fue allí donde se acotó el margen de acción que tendría el Presidente.
En el bloque Hacemos Coalición Federal que encabeza Pichetto, los diputados socialistas y los de la Coalición Cívica adelantaron su rechazo a la delegación de facultades en su totalidad. En tanto, la UCR pidió retirar un inciso ante la posibilidad de que fuera rechazado.
Era el inciso que delegaba facultades al Presidente para "transformar, modificar, unificar o eliminar fideicomisos o fondos fiduciarios públicos", incluidos aquellos "destinados a subsidios". La bancada de Pichetto, donde tallan los gobernadores, propuso una modificación para salvarlo: excluir a los fondos fiduciarios que contienen recursos de obras para las provincias.
Sin embargo esto no alcazó y el inciso fue rechazado con 112 a favor y 142 en contra. Claramente, la postura de la Coalición Cívica y parte de la UCR, combinada con la oposición dura del kirchnerismo a todo el proyecto, influyó.
Como en un efecto cascada, a ello le siguieron otros dos incisos. Uno de ellos le daba a Ejecutivo la facultad de "regular y reordenar el sector energético" en función de "la apertura de la exportación de hidrocarburos y sus derivados" y "la adecuación y recomposición de las tarifas del sistema energético sobre la base de los costos reales del suministro", entre otros puntos.
El otro lo habilitaba a "fortalecer la actuación de las Fuerzas Federales de Seguridad" cuestiones coo "la investigación, prevención y lucha de los delitos complejos y el crimen organizado; la producción y tráfico de estupefacientes; la corrupción de niños, niñas y adolescentes; terrorismo" y otros.
El tramo final del debate
La falta de un acuerdo sólido con los gobernadores que influyen en la oposición dialoguista empezó a mostrar su letalidad en el recinto, cuando varios incisos de otros artículos empezaron a salir rechazados tras la votación de las facultades delegadas.
Pichetto les advirtió a los oficialistas en pleno recinto que fueran "flexibles" y aceptaran propuestas de cambios porque de lo contrario "van a seguir perdiendo". En efecto, fue lo que ocurrió cuando el debate iba apenas por el artículo 6 de los 300 que tiene la iniciativa.
En ese contexto, el oficialismo propuso ir a un cuarto intermedio (sugerido por Pichetto, según supo iProfesional) antes de que se iniciara el debate de otro tema sensible sobre el cual había dudas hasta las horas previas a la sesión: la privatización de empresas públicas.
En la reunión que se llevo a cabo en el despacho de Martín Menem los diputados no encontraron la forma de aunar posiciones y, al regresar al recinto, se decidió volver todo para atrás. Ahora el debate tendrá que emmpezar desde cero, si es que Javier Milei decide retomarlo con una nueva negociacion.